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¿Que tengo que prever para mi vivienda este Verano?

La vivienda en España puede verse afectada este año, dado a que se ha informado que crecerá en un 6.5% y el precio se elevara en 3.5% en el 2017, según BBVA, en el siguiente articulo te daremos unos cuantos consejos para poder saber que es lo que uno tiene que cuidar respecto a su vivienda este verano.

El crecimiento de la tasa de interés

Se ha informado en estas últimas semanas que es muy probable que este verano el porcentaje y el precio de vivienda incremente, se informó que las compraventas de vivienda se elevaran a cerca de un 6.5% y el precio de esta se elevara aun 3.5%, todo esto se tiene que tenerse en cuenta. Ya que, el precio y el valor de su vivienda puede elevarse sobre todo para este año 2017.

Flujos de Crédito

Estos flujos han evolucionado para las familias que poseen crédito, esto se usa primordialmente para la compra de vivienda, a lo largo de 2016 este incremento en un 13.2%, respecto al mismo año del 2015.

Los préstamos hipotecarios

Estos préstamos hipotecarios han tenido un gran incremento en estos años sobre todo en los últimos dos años y en este año también, en los siete primeros meses de este año se han firmado más de 115,815 hipotecas nuevas las cuales tuvieron un incremento del 21.2%.

Sin embargo, este verano hay que tener todo esto en cuenta para hacer buen uso de nuestros recursos económicos y hacer los mejores movimientos financieros para tri y para tu economía.

La vivienda de los jóvenes. Alquiler, hipoteca y piso compartido

Y parece que sus palabras nos pillan en mal momento...

Y parece que sus palabras nos pillan en mal momento…

Ya sabéis que yo soy de los sota caballo y rey: si los jóvenes no tienen dinero, no consumen, pro mucho que estén en edad de formar una familia, hacerse con una casa o quieran comprar un coche. Y si los que tienen dinero, que son lo mayores, no tienen ganas de consumir, entonces nos vamos directamente a la porra, porque la clave económica de los nuevos tiempos está más en la demanda que en la oferta.

Y pro ahí va la coda, según los datos que van llegando. Los inquilinos menores de 34 años destinan el 55,34% de su salario al pago del alquiler, de unos 661 euros de media, lo que supone 56 euros más que el año pasado,  y superando la recomendación oficial de destinar como máximo el 35% de los ingresos mensuales al pago de la vivienda.

Así de claro y así de crudo lo decía el portal inmobiliario pisos.com

En el caso de la hipoteca, cuyo precio medio en España es de 523,09 euros, los jóvenes menores de 34 años deben invertir el 43,79% de su sueldo, y eso en los sitios más favorables, porque en comunidades como Madrid, Baleares o Cataluña,  el valor medio de las hipotecas se sitúa en unos escalofriantes 749, 686 y 608 euros, respectivamente.

Así las cosas, las dificultades para los jóvenes no se basan ya tanto en la modalidad elegida, el alquiler o la hipoteca, como en que no tienen ingresos suficientes para ninguno de los dos supuestos. Y eso en el supuesto de que tengan la suerte de estar trabajando, pues ya sabemos en qué niveles se encuentra el paro juvenil en nuestro país.

Por mucho que los bancos estén ahora interesados en volver a dar créditos, los jóvenes no son su objetivo prioritario: con alto paro, alta temporalidad y expectativas borrosas, es difícil firmar un contrato a  veinte o treinta años.

¿Y cual es la solución por la que optan los jóvenes? Compartir piso. Y ahí también hay malas noticias, porque el precio medio de la habitación en alquiler ha subido un 22,5% respecto al año pasado, situándose en los 280,15 euros al mes.

La franja de edad que más demanda inmuebles compartidos está comprendida entre los 18 y los 25 años (49,44%), mientras que los inquilinos de entre 26 y 35 años suponen el 29,30%. Por otro lado, el 54,87% de los perfiles son mujeres frente al 45,13% de hombres, lo que se explica, en parte, a que las mujeres trabajan por término medio en sectores peor pagados.

O sea que si esperamos que esta gente pague las pensiones de los que se están jubilando ahora, más nos vale ofrecerles algo mejor. Ya no por solidaridad, sino por propio interés.

El precio de la vivienda sigue al alza

Hay cosas que no cuadran...

Hay cosas que no cuadran…

No estoy muy seguro de que se deba a la recuperación, pero como hay que dar a cada cual lo suyo, lo cierto es que el precio de los pisos se está recuperando. Mi idea, la verdad es que este alza de precios se debe ante todo al abaratamiento del precio del dinero y al deseo de los bancos de encontrar, un negocio, el que sea, que revitalice de alguna manera sus márgenes operativos.

Pero sea como sea, y con el combustible, que sea, el caso es que se mueve, los pisos se venden y las hipotecas se siguen firmando. Vamos a ver los datos del ministerio de Fomento.

Según esos datos,el precio de la vivienda libre en España subió en el primer trimestre del año un 2,4%  interanual, hasta situarse en 1.492,4 euros de media por metro cuadrado.  Con este precio, y en euros constantes, la vivienda sigue un 34,3% por debajo del valor máximo que alcanzó en el primer trimestre de 2008.

Con relación al trimestre anterior, el precio aumentó un 0,2%. lo que suma un aumento anual del 3,1%, una buena rentabilidad comparada con otros bienes.

Por Comunidades Autónomas, y hablando siempre de crecimientos interanuales, destacan Baleares (9,6%), Cataluña (4,9%), Madrid (4,2%), Extremadura (3,7%), Galicia (2,6%), Comunidad Valenciana (2,4%) y Canarias (2,4%). Del otro lado, mostraron caídas de precios: La Rioja (-2,2%), País Vasco (-1,9%), Cantabria (- 1,3%), Aragón (-0,1%) y Ceuta y Melilla (-0,3%).

En lo que se refiere a la antigüedad de las viviendas, el valor medio del metro cuadrado de la vivienda  de hasta cinco años de antigüedad se situó en 1.727,8 euros en el primer trimestre de 2016. Esto supone un crecimiento interanual del 0,2%., aunque muy desigual, dependiendo enormemente de los lugares en que las viviendas están ubicadas.
Las viviendas de más de  cinco años de antigüedad alcanzaron un precio de 1.486,4 euros por metro cuadrado, lo que supone una subida del 2,6% en tasa interanual.

Por municipios  los precios más elevados de la vivienda libre se presentaron en San Sebastián, 2.993,9 euros/m2, Ibiza, 2.620,4 euros/m2, Sant Cugat del Vallès, 2.610,2 euros/m2, Barcelona, 2.594,5 euros/m2, Madrid, 2.533,6 euros/m2 y Getxo, 2.507,9 euros/m2.

Los precios más bajos en municipios de más de 25.000 habitantes se registraron en Elda, 508,9 euros/m2, Ontinyent, 547,5 euros/m2, Jumilla, 560,0 euros/m2, Villarrobledo, 567,6 euros/ m2, Villena, 598,3 euros/m2 y Tomelloso, 621,5 euros/m2.
Como veis, el factor geográfico es completamente determinante, pero de eso ya hemos hablado en muchas ocasiones y constituye un problema clave de nuestro país…

Seguiremos en ello.

Lo que tu hipoteca agradece a los paraísos fiscales

paraiso-fiscalAhora que está tan de moda la cosa con eso de la lista Falciani y los papeles de Panamá, no está de más echarle un vistazo a la influencia que tiene para nosotros el tema de los paraísos fiscales.

A lo mejor pensáis que me he vuelto loco, pero vuestra hipoteca tiene mucho que agradecer a los paraísos fiscales, y más aún vosotros, que sois los que la pagáis. ¿El qué? Pues de eso voy a hablar hoy.

En general, se consideran paraísos fiscales aquellos territorios que por sus bajos impuestos compiten con su entorno atrayendo capitales, de modo que quien mete su dinero en uno de ellos escapa al control y al pago de sus tributos en el territorio donde realmente reside o donde realmente generó sus ingresos. Hay montones de ellos, y pro más que todo el mundo señale a los de los demás, lo cierto es que el que puede se monta uno para que los ricos de su país, los que no tenían ninguna intención de pagar sus impuestos, al menos no se vayan con la pasta a otro lado.

Los paraísos fiscales nos perjudican a todos porque, al ayudar a que algunos eviten sus impuestos, obligan a que los demás paguen esa carga adicional para mantener los gastos del Estado.

Y sin embargo, aunque nadie lo diga, también tienen su lado positivo, por más que resulte increíble: los paraísos fiscales mantienen el dinero en efectivo lejos de los mercados, escondido, anclado en su escondite, porque un escondite es un lugar en el que no te encuentran, pero también un lugar del que más vale no salir. Y eso es fundamental, porque tratándose de las enormes cantidades que se ocultan en esos lugares, si el dinero se pusiese en movimiento para refugiarse en valores de inversión, como por ejemplo la vivienda, harían aumentar terriblemente el precio de esos bienes, haciendo que fuesen aún más inasequibles para el común de los mortales.

Los paraísos fiscales, por tanto, mantienen el dinero lejos de la circulación y evitan el efecto inflacionario sobre los bienes de inversión. ¿Qué pasaría si los supermillonarios, en vez de comprar fondos de inversión, comprasen edificios? Que los edificios tendrían tal precio que nadie más podría comprarlos.

Pues reflexionad sobre ello cada vez que, como yo, digáis que nadie los combate porque todos saben a quién deben ayudar a quién no. A lo mejor también hay alguien con buena intención que una vez pensó combatirlos y luego se lo pensó mejor por esto que he contado.

Nada es fácil…

 

La vivienda y la hipoteca en busca de normalidad

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Hoy toca un artículo con muchos gráficos. No es que piense que una imagen vale más que mil palabras, porque entonces me metería a fotógrafo en vez de a escritor, pero la representación gráfica de los datos es siempre un ahorro de tiempo y esfuerzo.

El primer gráfico, que antecede a estas líneas, es la evolución del precio de la vivienda según distintas fuentes: por un lado está el Instituto Nacional de Estadística, en gris, por otro el ministerio de Fomento en negro, y por otro, en azul oscuro, los datos de los notarios. Los dos azules más claros corresponden a los precios anunciados en los dos portales inmobiliarios más importantes: idealista y Fotocasa. Como veis, los datos son muy dispares, porque en este país la gente no le dice la verdad ni al médico.

El otro punto reseñable es que la vivienda se recuperó un poco el año pasado para caer de nuevo en el primer trimestre de 2015, seguramente porque la recuperación económica no es tan sólida como la pintan, o porque nuestras condiciones demográficas no invitan ocupar nuevas viviendas ni suscribir hipotecas.

El otro gráfico que voy a colocar a continuación es el del stock de viviendas, con la comparativa entre las viviendas edificadas y las viviendas terminadas.

Este año, por primera vez, se inician más viviendas que las que se terminan, lo que da a entender que el viejo ciclo de acabar lo que se había empezado y salir del atolladero como se pudiese ha terminado. No obstante, creo que es bueno fijarse en la enorme variación de volumen respecto a lo años anteriores, aun cuando los datos sólo correspondan a los primeros meses del año.

A mi entender, lo que se viene a interpretar de todo lo anterior es que la vivienda ha dejado de ser una anomalía, tanto al alza como a la baja y se encamina a una paulatina normalización del sector. Y esto, que puede ser bueno, o lo sería en un país normal, no dejar de ser algo preocupante en un país como el nuestro adicto al ladrillo y al cemento.

El empleo que muchos quieren, el de andamio y paleta, no va a volver mañana…

 

 
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Las viviendas sociales de la banca

Castizos que somos...

Castizos que somos…

Cuando te dicen que la banca está haciendo un verdadero esfuerzo para ayudar a sus clientes, y te lo dice nada menos el presidente de la Asociación Española de Banca, lo primero que te sale de dentro es alzar una ceja. Pero luego lo piensas mejor, haces cuentas, y llegas a la conclusión, que debería ser obvia, de que lo que más le interesa a la banca es que las hipotecas se paguen y te lees los datos con un poco más de detenimiento.

Según José María Roldán, presidente de la asociación, las entidades han refinanciado ya las hipotecas de 500.000 familias que atraviesan dificultades, lo que supone en términos globales que un 10% del crédito hipotecario ha sido refinanciado.  Incluso cuando esto no es suficiente, la banca trata de presar apoyo con otras soluciones, como rentas a precios “fuera de mercado” o  el fondo social de viviendas.

Y ahí es donde viene lo que ya no sabe uno si empieza a sonar a broma, o que ha habido un vuelco en la percepción del asunto, porque la banca destinó 6000 viviendas a alquileres sociales y por lo visto se han ocupado hasta la fecha sólo 1500, quedando vacías las otras tres cuartas partes. ¿Y qué dice la banca de eso? Que las administraciones no colaboran identificando a las familias en riesgo de inclusión y que siguen vacías porque nadie ha hecho los trámites para ocuparlas.

Cuando el debate se pasa a estos términos, es que estamos en un momento en el que la banca quiere cambiar su imagen, y esos tíos no dan puntada sin hilo. Estoy completamente convencido de que los bancos han tomado estas medidas impulsados pro las circunstancias, y también de que las administraciones están más interesadas en el rédito político de encontrar a un chivo expiatorio que en aportar verdaderas soluciones a las personas con un problema.

Pero el hecho de que se peleen por determinar quién pone más y quién se esfuerza más, es ya un síntoma de los tiempos que van a venir.

Lo que nos falta es saber qué es lo que están pensando en realidad y qué es lo que en realidad van a hacer.

Efectos de lo nuevos tiempos políticos.

Efecto de un país que tiene demasiada parte de su economía pendiente de las decisiones del BOE y otras administraciones públicas.

 

La palabra que marcará la evolución de la vivienda: localización

Por aquí hay vivienda de sobra y muy barata.

Por aquí hay vivienda de sobra y muy barata.

En un negocio, y casi me atrevería decir que en la vida toda, la variable geográfica es determinante y constituye la decisión más importante que debe tomar cualquier gestor o cualquier persona. Y en el tema de la vivienda y la hipoteca no podía ser de otra manera.

Cuando leemos datos sobre la evolución de los precios y la vivienda, e incluso cuando hablamos de la necesidad de que todo el mundo tenga derecho a un techo bajo el que cobijarse, al final nos estrellamos siempre con lo mismo: localización.

Los datos que se nos ofrecen suelen ser medias de distintos tipos de pisos, de distintos tamaños y de distintas localizaciones, pero nunca se nos habla ni de varianzas ni de desviaciones típicas, que creo que es donde están realmente los riesgos y también las oportunidades.

En los próximos años, puede que en España se recuperen los precios de la vivienda en algunos lugares mientras que en otros siguen cayendo. La distinta distribución de valores y expectativas y la muy dispar percepción frente al futuro de unas zonas y otras es lo que marca la diferencia.

En las grandes ciudades, especialmente aquellas con más demanda, es muy posible que los precios dejen de caer o incluso que se recuperen en breve, pero en las ciudades envejecidas, en aquellas en que cada anciano que fallece se convierte en una vivienda puesta a la venta por los herederos (que viven en otro lado)( la vivienda no sólo no puede  recuperarse a corto plazo sino que es muy posible que no se recupere nunca, porque el ritmo de pérdida de población es muy superior al ritmo de amortización del ladrillo.

Por eso, a la hora de meterse en una hipoteca, no sólo importan las condiciones del préstamo y la valoración de la casa, sino también la evolución de la zona en que se encuentra, la edad de su población, las oportunidades que ofrezca a los jóvebes y, en general, las expectativas a medio plazo. Treinta años es mucho tiempo.

En España, en conclusión, no faltan viviendas, ni tampoco viviendas asequibles. Lo que faltan son viviendas  en los lugares donde a  la gente le gustaría vivir y sobran muchas, muchísimas casas en los lugares que la gente considera más duros o menos deseables. Por eso se pueden seguir comprando magníficas construcciones por cuatro duros en algunos pueblos del interior y por eso sigue costando miles de euros el metro cuadrado en los centros de las capitales.

Y habría que ver lo que dicen los que piden viviendas sociales para todos si se las ofrecieran en los montes de Riaño.

Habría que verlo..

Y en 2104 también bajaron los pisos

Activo difícil de colocar

Activo difícil de colocar

Pues no. Tampoco fue 2014 el año de la recuperación en el mercado de la vivienda, tanto en precio de los pisos como en importe de las hipotecas concedidas. Quienes creen que el ladrillo saldrá nuevamente al rescate de nuestra economía, deberá esperar un poco más.

Al final, y de media, para vivienda usada, el precio de la vivienda  cerró diciembre  1.559 euros por metro cuadrado, lo que significa una disminución dell 8,54% .

Por comunidades, ninguna autonomía aumenta su precio pmedio en 2014. Lo s mayores descensos se han registrado en Aragón (-12,32%), Murcia (-12,15%), Asturias (-11,04%), Cataluña (-10,68%) y Galicia (-10,38%).

Castilla La Mancha tiene en estos momentos los precios más baratos, con una media de 1.019 euros/m2 y la vivienda más cara se encuentra, por término medio, en el País Vasco, con 2.936 euros/m2.

Por provincias, los mayores descensos interanuales se han producido en Pontevedra (-15,04%), Ávila (-14,50%), Tarragona (-14,04%), Córdoba (-13,75%) y Castellón (-13,57%).

 

En conclusión: si la población sigue envejeciendo, los pisos se mantienen en pie y las rentas de la gente no alcanzan a pagar lo que antes se pedía, la única respuesta lógica del mercado es que los precios continúen a la baja, empujados por una parte por quienes tienen necesidad de vender, mientras los posibles compradores se permiten esperar agazapados a la espera de la oportunidad que mejor les convenga.

No muy alentador, desde luego, pero terriblemente realista.

A ver si es cierto que el BCE nos inunda dinero y repuntan las hipotecas. Porque por otro camino, difícil lo veo.

 

El mercado inmobiliario y la flojera de la rentabilidad

Lo que va quedando...

Lo que va quedando…

Es un hecho: el capital anda errante por el mundo en busca de rentabilidad. La aversión al riesgo, que tantas veces hemos comentado, deja lugar poco a poco a la búsqueda de ese riesgo que convierta a cualquier inversión en un poco, un poquito más rentable que el viejo sistema del calcetín, los bajos del colchón o la teja del cobertizo.

El tipo de interés de los depósitos anda aproximadamente por el nada por ciento, y hay casos en los que hay que pagar incluso para dejar el dinero al banco, si se tienen en cuenta las comisiones, sisas, alcabalas y distintas limaduras. La bolsa parece que va subiendo, pero los dividendos no son lo que eran, la fiscalidad aprieta esas rentas y cualquier día puede venir el gran, enorme, glorioso batacazo que devuelva los valores de los mercados a una proporción razonable con los beneficios de las empresas.

¿Qué hacer, entonces, sobre todo si eres un fondo  de pensiones que tienes que pagar a tus viejos hoy y no en diez años?

La idea brillante que se les ha ocurrido a muchos es regresare al ladrillo y la hipoteca. Grandes males, viejos remedios.

Y con los particulares, sucede algo muy similar. ¿Dónde metes los cuatro duros que van quedando? Comprar un piso y tratar de rentabilizarlo vuelve a ser una opción, ahora que la bajada de precios ha metido un importante mordisco a los inmuebles de muchas ciudades.

Según las estadísticas de los notarios, el comprador típico de una vivienda es hoy un trabajador indefinido o autónomo de más de 45 años, que compra una vivienda de alrededor de cien mil euros y paga al contado, sin hipoteca, un 85% del importe de la vivienda. 

Su intención no es tanto especular con ella a la espera de que los precios vuelvan a subir como trata de sacarle un 5% anual, algo que en otros tiempos hubiese parecido poco y hoy se antoja una rentabilidad casi astronómica.

La hipoteca, por tanto, sigue en horas bajas: el comprador típico no es el que necesita la casa y se endeuda para ello, sino el que tiene el dinero y busca un lugar donde meterlo.

Por eso quizás, no acaban de bajar los alquileres tanto como se esperaba después del desplome de los precios de la vivienda en propiedad. Pero de eso ya hablaremos otro día.

¿A qué huele una hipoteca?

El perfume. Historia de un asesino.

El perfume. Historia de un asesino.

Como diría el inolvidable personaje de Apocalypse Now, me encanta el olor de las hipotecas por la mañana. Huelen… a Victoria.

El chiflado aquel, de todos modos, hablaba de napalm.

Las hipotecas, con llegar a ser un arma de destrucción masiva no van tan lejos, pero parece que el olor de la hipoteca, o el olor de la vivienda que se vende, es también muy importante a la hora de promocionar lo que estás vendiendo.

¿Por qué nos íbamos a fijar sólo en la vista? Cuando intentamos persuadir a alguien, o incluso cuando salimos de ligue, sabemos de sobra que no basta con tener un buen aspecto exterior (vista) y no decir tonterías (oído), sino que también es muy importante oler bien. Sin embargo, a la hora de vender una vivienda, se suele cometer el error de fiar todo su atractivo a su tamaño, luminosidad, y a la zona en la que se encuentra.

Una casa que se vende es una casa que hace pensar a  su futuro habitante que será un lugar donde esté a gusto, un lugar cómodo y sobre todo un lugar agradable para vivir. El olor a cerrado, a humedad o a cañerías no ayude, aunque todo el mundo sepa que eso es lo que ocurre cuando una casa está cerrada. Todo el mundo sabe también que ese chico o esa chica despampanante que acaba de conocer va al baño, tiene legañas y mal aliente por las mañanas, pero eso no impide que se trate de mitigar la idea. ¿Por qué no se hace con las casas?

Una hipoteca es una casa vendida, y una hipoteca tiene que oler a fresco, a limpio pero sin recordar un hospital, a posibilidades, en suma.

¿Hay que evitar los malos olores? Por supuesto, pero no sólo esos: también todos los que sean raros o infrecuentes y lleven al visitante a tratar de adivinar a qué huele, distrayendo su atención de lo que ha venido a ver. Una barrita de incienso exótico, por ejemplo, puede hacer que el posible comprador pase el tiempo intentando adivinar a qué huele y luego no sea capaz de saber siquiera cuántas habitaciones tenía el piso.

O sea que vis a, sí, pero también olfato. Que una casa no se vende así como así y no s epuede dejar de lado ningún detalle.

 

La vivienda y las cuentas públicas

Lo que el Estado recaudó con el mercado de la vivienda. Grafico de Idealista.com

Lo que el Estado recaudó con el mercado de la vivienda. Grafico de Idealista.com

Ya es oficial: el agujero en nuestras cuentas ha llegado a un billón de euros. Ese es el importe de nuestra deuda pública, del que el 86 % corresponde al Estado, un 10 % a las Comunidades autónomas y un 4% a los ayuntamientos. En realidad, es el Estado central es responsable de una parte un poco menor, ya que ha soportado el fondo de liquidez de las comunidades en quiebra y los fondos para pagos a proveedores de las administraciones locales.

El caso es que las cuentas del Estado no cuadran, y son muchas las razones. Una de ellas, que nuestras hipotecas le facilitaban unos maravillosos ingresos que, de pronto, han desaparecido. Y los gastos nunca desaparecen, porque para suprimir gastos hay que cabrear a alguien, y el mayor deseo de cualquier político en nuestro sistema es poder tener a todo el mundo contento, aunque sea a costa del futuro, un futuro en el que a lo mejor gobiernan otros, que serán los que tengan que lidiar con ese toro, o comerse ese marrón, si hablamos más claro aún. De eso va la democracia, se supone

Echad un ojo a la gráfica: esos eran los ingresos que el mercado de la vivienda, a través de distintos impuestos y cargas, facilitaban al Estado, y su evolución en estos años.

El caso es que de 2007 a 2013, los ingresos tributarios procedentes de la vivienda se han quedado en menos de una tercera parte de lo que eran. ¿Veis ahora por qué nadie estaba dispuesto a detener aquella locura de los millones de pisos construidos, las hipotecas concedidas hasta al perro del apuntador y la euforia de los políticos? ¿Comprendéis ahora pro qué Rodrigo Rato, todo un ministro de Economía, dijo que “las viviendas suben porque la gente las compra y las puede compra”?

Al final las cosas siempre tienen una explicación y rara vez tiene que ver con la buena fe, al menos en estos casos en los que aparece involucrada la codicia o la especulación.

Los presupuestos municipales, los de las Comunidades Autónomas y los del Estado siguen anclados en unos tiempos en los que disponían de ese dinero. El caso es que ya no existe esos ingresos, ni tampoco existen las Cajas de Ahorros para seguir metiendo el sablazo al ciudadano por la puerta de atrás, y las cuentas acaban por cantar solas. O por desplomarse.

Acabo con una anécdota esclarecedora: en la mayoría de los ayuntamientos, los presupuestos no se diseñan viendo los ingresos y decidiendo en qué se puede gastar ese dinero. Lo que se hace, en el mundo real, es decidir primero el gasto y luego, sólo después, ir buscando de dónde va a salir ese dinero.

Y si no lo creéis, porque es increíble, preguntad a cualquiera que haya estado alguna vez en política municipal.

Es de risa.

La vivienda como bien regulado. El caso turístico

Alojamientos túrísticos

Alojamientos túrísticos

Supongo que a estas alturas ya habréis oído todos hablar de eso que llaman economía colaborativa y que para unos es el intercambio comercial del futuro, eliminando intermediarios, mientras para otros es un simple refinamiento de la evasión fiscal y una vuelta más de tuerca a la competencia desleal.

La aparición de aplicaciones como Uber, Blablacar y Airbnb han supuesto una revolución en varios sectores. La primera de ellas sirve para unir a quienes deseen un trayecto en coche con los particulares que estén dispuestos a llevarlos por un precio predeterminado. la segunda hace lo mismo para trayectos largos y la tercera alquila alojamientos entre particulares.

En el primer caso se subieron a los árboles los taxistas, diciendo que no se podía permitir que el transporte urbano lo realizasen particulares sin licencia, pues para dar ese servicio ya cumplen ellos unos requisitos, pagan unas licencias y pagan sus impuestos.

En el segundo caso se encabronaron las compañías de transporte de viajeros, por la misma razón, porque si un particular te lleva de Madrid a París por 50 € (precios reales) y te lleva tranquilamente en su coche, ¿cómo diablos puede competir un autobús o un tren?

En el tercer caso, que es el que nos ocupa , por aquello de la vivienda y la hipoteca, protestaron los hoteles y los alojamientos turísticos, alegando que un particular no puede alojar en su casa a quien quiera, y que el alquiler de alojamientos turísticos es una actividad regulada que no puede ser desempeñada por un particular.

La verdad es que la cuestión es peliaguda, porque el Estado no  puede meterse nunca entre los acuerdos entre particulares, siempre que el bien que se preste sea propio y la voluntad de las partes esté clara, pero por otro lado, las autoridades entienden muy bien que de donde se cobran impuestos es de dónde las actividades ¡se realizan con un alta fiscal, una licencia y un negocio en regla.

¿Qué hacer? Buscar medios de entorpecerlo.

Por ejemplo, la Comunidad de Madrid acaba de prohibir que se ofrezcan alquileres de pisos y viviendas vacacionales por menos de 6 noches. Para plazos inferiores a seis noches el único contrato válido será el de los estalecimientos hosteleros.

Baleares ha seguido esa estela y obliga a que loa vecinos del inmueble den su consentimiento para que se pueda alquilar como apartamento vacacional (norma de dudosa legalidad a mi juicio) y que el inmueble tenga más de cincuenta y cuatro años. Los inmuebles nuevos, quedan excluidos.

Las espadas siguen en todo lo alto, y no parece fácil combatir la piratería, o falta de licencia legal, según se mire, en cada vez un mayor número de sectores.

Por cierto: también hay una para guisar en casa y que la gente se apunte a tu menú, si le gusta lo que ofreces. Ya veréis cómo se ponen los restaurantes en cuanto la cosa se extienda…

Seguiremos hablando del asunto