Archivo por meses: mayo 2012

El vodevil de Bankia

bankia

La situación a la que hemos asistido como espectadores de lujo en estos últimos meses con Bankia no viene sino a reflejar la utilización política a la que se ha sometido a las Cajas de Ahorros durante tantos y tantos años y que ha acabado por dejarlas a los pies de los caballos.

Rodrigo Rato, un excelente político económico, fue designado para llevar las riendas de Caja Madrid, una entidad financiera a la deriva, sin que poseyera el bagaje financiero necesario como para rescatar a una entidad que se estaba difuminando ante el crecimiento y el buen hacer de su gran competidor, la Caixa.

En una huida hacia adelante, forzado, a su vez, por los intereses políticos de otra Comunidad gobernada por el Partido Popular, Valencia, Caja Madrid aceptó una fusión catastrófica con la caja valenciana, Bancaja, lo que llevó a la entidad madrileña a acumular en su balance tal nivel de productos tóxicos que su viabilidad se convirtió en una situación insostenible.

Como bien han demostrado los tiempos, el experimento más político que económico se ha venido abajo como un castillo de naipes, y ahora Bankia, la antigua Caja Madrid, tendrá que recibir una inyección de 7.000 millones de liquidez para poder seguir saliendo a flote.

Por ello se hace necesaria una reestructuración financiera inminente, un cambio en el modelo de gestión de las Cajas, pero de verdad, no de cara a la galería, para que los criterios políticos dejen de tener peso en los Consejos de Administración, y sean los criterios económicos y financieros los que primen a la hora de tomar decisiones.

Porque esta es la única fórmula adecuada para que el crédito llegue a los ciudadanos y a las empresas y para que no sean al final los contribuyentes los que tengan que sufragar los excesos y los derroches de unos políticos incompetentes situados a dedo al frente de entidades financieras, sin los conocimientos financieros adecuados ni la voluntad de buena gestión exigible.

Bankia es la última metáfora del desastre financiero de este país, un desastre que nos ha traído hasta donde estamos y está aletargando nuestra recuperación de una manera inefable.

Soportando el chaparrón

Cada una lo soporta como puede

Cada una lo soporta como puede

Con la que está cayendo es agradable comprobar como todavía se mantienen algunas buenas ofertas hipotecarias que poder llevarnos a la boca, al menos en teoría, porque otra cosa será ya que luego nos la concedan que visto lo visto es algo cada vez más complejo.

Sin embargo, ING Direct e iBanesto siguen manteniendo su lucha particular, lo cuál acabará por beneficiarnos a todos nosotros que podremos disfrutar de un diferencial mucho más económico. De esta manera, mientras que la mayoría de las entidades financieras se están moviendo por diferenciales sobre el 3-4% estas dos operadoras online siguen manteniendo en el mercado un diferencial del 1,49%.

Además, siempre y cuando se mantenga una cierta vinculación con ellas se pueden eliminar la inmensa mayoría de las comisiones, con lo que al final todo queda mucho más barato. Como pega tenemos las restricciones habituales de las hipotecas online, basadas principalmente en lo rígido de sus ofertas.

Si en una entidad financiera al uso siempre tienes la posibilidad de modificar alguna de las condiciones en función de tus circunstancias, en lo que se refiere hipotecas y entidades financieras online el cliente se tiene que someter a las condiciones fijadas en el paquete de oferta estipulado, sin casi margen de maniobra real.

Esta competitividad extrema de las entidades que operan casi exclusivamente online se debe a la transparencia que ofrece el mercado de Internet a los consumidores, de forma que pueden comparar diferentes productos de manera inmediata con un mero golpe de click.

Una transparencia que, aunque se está intentando perseguir en las últimas modificaciones legislativas aprobadas por los diferentes gobiernos, tanto regionales como estatal, no llega nunca a conseguir el nivel que se puede alcanzar en Internet, por lo que las diferentes asociaciones de consumidores recomiendan siempre darse una vuelta por la red antes de contratar cualquier producto hipotecario.

En definitiva, en Internet encontramos las mejores ofertas, aún en estos tiempos de chaparrón, aunque no son aptas para todos los bolsillos, sino sólo para aquellos que se pueden permitir cumplir con los estrictos requisitos y las rigideces exigidas por las entidades que operan a través de soporte online.

Hipotecas y recortes: pasar de todo como solución aceptable.

La estrategia del castor: sumergirse y esperar.

La estrategia del castor: sumergirse y esperar.

Decía un comisario de infausta memoria, que a veces saber mantener el orden es no hacer nada, y un político no mucho mejor valorado que una de las artes más difíciles de aprender a la hora de gobernar es la de no hacer nada en absoluto y dejar que los problemas se resuelvan solos.

Por supuesto, conociendo al personal, esta política de brazos cruzados le parecerá encantadoramente eficaz a más de cuatro, pero antes de apoyarla con todo entusiasmo conviene saber por qué, en el caso de los bancos y las hipotecas, todos los esfuerzos tienden a ella.

En este blog y en otros muchos, hace años que se viene hablando de la parálisis de las instituciones europeas y de su incapacidad para llegar a acuerdos o diseñar planes de acción que resuelvan de una vez por todas la falta de credibilidad de los mercados.

Sin embargo, el problema consiste en que los pisos valen cada vez menos, los bancos tiene buena parte de sus activos convertidos en ladrillos y vigas de bovedilla, y las hipotecas de sus balances son activos tóxicos, o lo que es lo mismo, activos que pueden convertirse en impagados en cualquier momento.

Pero resulta que los que tenemos una hipoteca sabemos que hay que pagarla mes a mes, y eso lo saben también los bancos. Por tanto, cada mes que pasa, el riesgo de los bancos disminuye porque hay una serie de cuotas que se han pagado, y unas cantidades de dinero que se han recibido. Los bancos, por tanto, están tan pillados como nosotros y por el mismo plazo.

Por eso, una solución posible es esperar a que la sucesión de cuotas pagadas vaya aminorando el riesgo, diluyendo los impagos, y con ayuda del IPC en unos pocos años, cinco o seis, tendremos que el dinero vale un 20 % menos, y la deuda total de los hipotecados es un poco menor, con lo que resucitarán pro sí mismos los balances de los bancos.

¿Optimismo? No. Simplemente reconocer que a veces la solución menos traumática es la más larga. Veremos si llega a funcionar o todo salta por los aires mucho antes…

Que se hipotequen los bancos

Vieja estampa del caciquismo

Vieja estampa del caciquismo

Hay muchas soluciones alternativas para el saneamiento del sistema financiero, pero la mayoría de ellas no se nos pasan por la cabeza al común de los ciudadanos mientras, como es obvio, los que están en el ajo pasan de puntillas sobre ellas para que no calen en la opinión pública.

Como siempre, creo que el problema viene de falta de claridad en los conceptos, y por eso me pongo tan pesado con ese tema.

Una hipoteca es simplemente una garantía sobre un préstamo. Ni más ni menos. Los ciudadanos hemos comprado pisos a mansalva suscribiendo hipotecas que permiten a los bancos quedarse directamente con su titularidad en caso de impago. Pero el caso es que ahora se ha dado la vuelta la tortilla y son los bancos los que tienen problemas de liquidez, tanto para devolver lo que recibieron prestado de la banca extranjera como para responder ante los depositantes. ¿Y pretenden que cubramos nosotros su obligaciones?

Bien, puede interesarnos, por muchas razones que ya se han comentado aquí y sobre las que sin duda volveremos. Pero en las mismas condiciones que ellos nos aplicaron. Si quieren dinero, que se hipotequen, como hacemos los demás..

Los bancos pueden hipotecar sus activos y sus acciones igual que nosotros podemos hipotecar nuestros pisos. Cada vez que el Estado les dé un dinero, que suscriba una hipoteca sobre una parte de sus acciones, de sus edificios y de sus empresas participadas. Y si no cumplen, el Estado se queda con ellas. Y entre tanto, si quieren vender algo o hacer alguna operación, que pidan permiso al dueño de la hipoteca, como tenemos que hacer nosotros si queremos vender una casa hipotecada.

Y, por supuesto, que se les cobre el notario a la misma cuota que a nosotros, y el impuesto de actos jurídicos correspondiente, para que sepan lo que cuesta pedir dinero cuando no se tiene.

Y que el Estado les exija un seguro sobre esos activos, como nos exigen a nosotros un seguro de la vivienda en las condiciones que mejor les parecen.

Luego, en cómodos plazos y con un interés del Euríbor más un punto o dos, que devuelvan el dinero de ese rescate, hasta el último duro y sin retrasarse un mes, porque en caso contrario se les aplicaría el desahucio de sus consejos de administración, sus oficinas y sus poltronas.

De esa manera, entenderían lo que han hecho hasta ahora, escarmentarían más de cuatro y quizás llegaríamos a ver condiciones más razonables en la hipotecas. Aunque sólo fuera para que se las aplicasen luego a ellos.

La morosidad de las familias, el gran problema de la banca

Las cuentas siguen sin salir

Las cuentas siguen sin salir

A pesar de que la banca se las prometía muy felices con la morosidad de los promotores inmobiliarios, la cuál les había llevado a perder mucho dinero, no hay duda, pero que parecía últimamente controlada, ahora llega otro gran problema de dimensiones siderales y de muy difícil consideración.

Se trata de la morosidad de las familias españolas en sus préstamos hipotecarios. Como consecuencia del incremento persistente y pertinaz de la tasa de desempleo, cada vez hay más familias que no tienen capacidad real para poder pagar sus hipotecas, y acaban, por tanto, por dejar de pagar sus cuotas.

Esto provoca que las entidades financieras acumulen un agujero negro sin solución, más allá del embargo de la vivienda, algo que acaba por repercutir de manera negativa sobre las propias entidades, con lo que acaba por convertirse en la pescadilla que se muerde la cola.

Desde las asociaciones de consumidores, donde se reconoce este problema y las dificultades que puede crear al sistema, abogan por una solución pactada, de manera que las entidades financieras encuentren alternativas para que los propios clientes puedan seguir pagando sus cuotas y ellos no pierdan mucho dinero.

Se trataría de profundizar en el campo de la renegociación hipotecaria, ampliando cuotas y reduciendo tipo de interés, lo cuál provocaría una reducción de beneficios para bancos y cajas en el corto plazo, no hay duda, pero en el medio-largo plazo permitiría mantener un volumen adecuado de ingresos.

Además, de esta forma las familias españolas podrían seguir manteniendo sus viviendas sin problemas, a pesar de su situación económica de extrema dificultad, a la espera de que llegaran tiempos mejores que les permitieran afrontar el futuro con mayor optimismo.

Ya hay Comunidades Autónomas, como el País Vasco, donde el gobierno regional está abogando por este tipo de soluciones, convencidos de que es la única fórmula adecuada para intentar salir todos juntos de la crisis, más allá de hundir el sistema a costa de bancos y familias.

Lo único seguro, eso sí, es que el desempleo seguirá creciendo en los próximos meses, y con él las dificultades de todos los agentes relacionados con toda la economía en general.

Pendiente abajo

El Euríbor sigue cayendo pendiente abajo

El Euríbor sigue cayendo pendiente abajo

Cuando el pasado mes de marzo el Euríbor cerraba su cotización mensual en el 1,499% muchos podían pensar que nos encontrábamos ya en el suelo del indicador y que a partir de ese momento sólo cabía pensar en un renacimiento de las cifras para repuntar durante el mes de abril.

Pero la coyuntura económica mundial, y sobre todo europea, así como las nefastas previsiones sobre el futuro han hecho que el Banco Central Europeo no se atreva a tocar el tipo de interés para la zona Euro y ello siga provocando que el Euríbor se mantenga a la baja, acercándose a los valores del marcado por el máximo organismo financiero europeo.

Así, el cierre de la cotización media mensual del Euríbor durante el mes de abril, en el 1,368%, supone una caída de 0,7 puntos porcentuales con respecto al cierre de abril de 2011, lo que, traducido a cuota mensual debería de arrojar un descenso de 60-70 euros mensuales para una hipoteca media, ciertamente significativo en los tiempos que corren.

Una reducción, sin embargo, que no será generalizada, sino que se limitará a la existencia, o no, de una cláusula suelo en el articulado hipotecario, que podría limitar e, incluso, evitar, la reducción de la cuota mensual, en función del valor fijado en el momento de constitución de la hipoteca.

De cualquier forma, lo que parece evidente es que en los próximos meses deberíamos de encontrarnos con un panorama similar, con el Euríbor a la baja. No en vano, la cotización diaria del indicador el último día de cotización, ayer, día 30 de abril, marcará el comienzo del mes de mayo.

Por ello, si tenemos en cuenta que partimos del 1,311%, no sería descabellado pensar que antes del 15 de mayo podríamos estar por debajo del 1,3%, unas cifras realmente preocupantes para las entidades financieras y altamente atractivas para los ciudadanos hipotecados, que pueden empezar a plantearse seriamente una mejoría en su estado económico.

Según los expertos, por otro lado, el Euríbor no debería de incrementar su cotización antes de final de año, y nos encontraríamos con valores continuamente a la baja y acercándose al 1%, aunque no es previsible que lleguen a alcanzar esta cifra.