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Consecuencias de la bajada de los pisos

Reunión con un experto. (espero que os suene)

Reunión con un experto. (espero que os suene)

Parece que el goteo no cesa: diversas instituciones europeas y mundiales hablan de que en España se producirán, en los próximos tres años, una caída del 20 % en el precio de la vivienda, y que aún así el mercado inmobiliario seguirá sufriendo grandes rigideces por la falta de liquidez en el mercado de hipotecas.

Y no, no es buena noticia.No es buena noticia, por más que todos sepamos que los pisos se pusieron por las nubes y que la vivienda es un bien básico. No es buena noticia, porque una gran parte del capital y del ahorro de los españoles, ese que hace que en Alemania digan que somos más ricos que ellos, está en ladrillos.

Cuando los pisos bajan, el español se empobrece. Por poner un ejemplo de andar por casa, para nosotros, una bajada de los inmuebles es como un verano de lluvias. Puede que haya alguien que se dedique el cultivo de la piña y se vea beneficiado por esas lluvias, pero un país que vende sobre todo buen tiempo, sol y playa, no puede celebrar que un verano cualquiera cambie el tiempo y se ponga a llover. Con los pisos pasa otro tanto: nuestra riqueza nacional, nuestra capacidad de endeudamiento, nuestras reservas para los malos tiempos (que han resultado ser estos, vaya por Dios), están invertidas en un porcentaje alto, demasiado alto, en bienes inmuebles, y un descenso de sus precio tiene muchos efectos negativos. Vamos a ellos, así por encima:

-Riqueza real. De eso es de lo que vengo hablando.

-Efecto contable: los banco dieron dinero, nuestro dinero, a los hipotecados. A cambio del dinero, se quedaron con las hipotecas. Como el dinero no va a volver, si los pisos bajan, los bancos pierden dinero. Concretamente el nuestro.

-Efecto psicológico: la sensación o percepción de riqueza por parte de las familias, y por ende, su predisposición a la inversión o al gasto, está profundamente relacionada con el precio de los pisos. Cuanto más baje el precio de la vivienda, más pobre se sentirá la gente, menos valdrá el piso de la bisabuela que se iba a heredar y se vendería para pagar el cambio del horno en la panadería, etc…

-Efecto fiscal: Siempre que se produce una bajada continuada del precio de un bien, los posibles compradores prefieren esperar, a ver si en un tiempo consiguen comprarlo más barato. En este caso, la espera es doble. Por un lado no te conceden la hipoteca, y por otro, los pocos que podrían pedirla, se dan su tiempo para encontrar una ganga o dejar que los precios bajen aún más, ya que se trata de un bien de un valor muy alto. De ese modo, los pisos no se venden, y las arcas públicas, que ingresaban importantes sumas de impuestos por este concepto, siguen y seguirán más secas que nunca.

O sea que aunque en principio nos suene bien eso de la bajada, no hay tanto que celebrar. Nada, diría yo.

Los precios vuelven a subir en marzo

Euribor La subida mensual del IPC ha situado en marzo su tasa anual en el 2,4%, por debajo de la del mes de febrero, según los datos registrados por el INE (Instituto Nacional de Estadística).

Vestido y calzado, lo que más sube

El alza mensual de marzo se ha debido sobre todo, a la subida en el grupo de Vestido y calzado en un 4% y al grupo de Ocio y cultura, que registró un alza mensual del 1,7%.

Por rúbricas, destacan las subidas mensuales de Calzado de niño (7,2%), Complementos y reparaciones de prendas de vestir (6,4%), Prendas de vestir de niño y bebé (5,4%), Prendas de vestir de hombre (4,5%), Calzado de hombre (4,2%) y Prendas de vestir de mujer (3,2%).

En términos interanuales, los productos que más incrementaron los precios corresponden a Medicamentos y material terapéutico (26,3%), Educación universitaria (22,3%), Aceites y grasas (19,5%), Patatas y sus preparados (18,6%), Tabaco (9,9%) y Transporte público urbano (8,9%).

Bajan los precios de Transporte

Por otro lado, protagonizan los descensos mensuales Bienes y servicios relativos a los vehículos (-0,7%), Vehículos (-0,4%), Servicios hospitalarios (-0,2%), Equipos y soportes audiovisuales, fotográficos e informáticos (-0,2%), Seguros (-0,1%) y Servicios de transporte (-0,1%).

Por rúbricas, los descensos mensuales más pronunciados de precios correspondieron a Carne de ovino (-2,8%), Carne de ave (-1,8%), Frutas frescas (-1,7%), Huevos (-0,8%), Transporte personal (-0,5%) y Carne de porcino (-0,5%).

Anualmente el abaratamiento lo encabeza Carne de ovino (-4%), Objetos recreativos (-3,5%), Legumbres y hortalizas frescas (-2,9%), Comunicaciones (-1,9%), Productos lácteos (-0,9%) y Prendas de vestir de mujer (-0,5%).

Por comunidades autónomas, diecinueve de ellas elevaron sus precios en marzo respecto a febrero. A la cabeza de esta lista estaría Melilla (0,8%), Ceuta (0,7%), Euskadi (0,6%) y Navarra (0,6%).

El IPC en las comunidades autónomas quedaría asi:

Autonomía Variación mensual Variación anual
Melilla 0,8% 0,9%
Ceuta 0,7% 1,3%
Euskadi 0,6% 2,4%
Navarra 0,6% 2,4%
Canarias 0,5% 1,8%
Madrid 0,4% 2,4%
Extremadura 0,4% 2,3%
Andalucía 0,4% 2,2%
Cataluña 0,3% 3%
Aragón 0,3% 2,3%
Islas Baleares 0,3% 2,6%
Murcia 0,3% 2,6%
Galicia 0,3% 2,4%
Castilla y León 0,3% 2,4%
Castilla La Mancha 0,3% 2,2%
Com. Valenciana 0,3% 2,3%
Cantabria 0,2% 3,3%
Asturias 0,2% 2,3%
La Rioja 0,1% 2,2%

Por su parte la inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos elaborados, elevó anualmente hasta situarse en 2,3%.

Pulsa en Evolución del IPC para ver todo el historial del IPC

Clausulas que anulan tu hipoteca

La banca hace cosas raras...

La banca hace cosas raras...

Hoy vamos a entrar en materia, o sea al grano, en vez de opinar sobre generalidades como, reconozco, hago algunas veces. Por norma general, me gusta hablar de los conceptos y de lo que significan realmente algunas de las cosas que leemos y escuchamos, pero hoy creo que es más interesante desglosar las cláusulas que la Unión Europea ha considerado abusivas y que podrían ser reclamables en España.

Vamos allá:

1) excluir o limitar la responsabilidad en caso de daños. Por ejemplo, un banco se equivoca, esto causa daños, y el banco, pro contrato, dice que no es responsable. NULA.

2)Excluir o limitar de forma inadecuada los derechos legales del consumidor con respecto al banco, de manera que no se permitan las compensaciones de saldos u otras prácticas de pago, ya que se exige que el banco autorice expresamente esas otras opciones.

3) Que los compromisos del consumidor sean en firme mientras los del banco sean opciones, tipo “podrá hacer esto o podrá hacer lo otro”. Abusiva y nula.

4) Que las indemnizaciones en caso de renuncia no sean equivalente. En caso de desistimiento el banco se queda con las comisiones. ¿Y si es el banco el que dice que no, por qué no paga? NULA.

5) Indemnizaciones desproporcionadas. NULAS.

6) Desigualdad en quién puede y en qué casos se puede rescindir el contrato pro una de las partes y desigualdad en las cantidades a indemnizar. Nula.

7) Autorizar al banco profesional a poner fin a un contrato de duración indefinida, sin notificación previa con antelación razonable, salvo por motivos graves. NULA

8 ) Prorrogar automáticamente un contrato de duración determinada si el consumidor no se manifiesta en contra. Fin de las prórrogas tácitas.

9) Incluir en la escritura final cláusulas que no aparecen en los borradores ni las propuestas con suficiente antelación.

10) Permitir que el banco cambie unilateralmente cláusulas de lo firmado.

11) conceder al Banco el derecho de interpretar las cláuslas dudosas.

12) Supeditar el cumplimiento de compromisos a el cumplimiento de una serie de condiciones.

13) Obligar al consumidor a cumplir con todas sus obligaciones aun cuando el banco no hubiera cumplido con las suyas.

14) Prever la posibilidad de cesión del contrato, con lo que pueden menguar la solvencia o la garantía del banco.

Y ojo a la 15, que os va a gustar:

15) Suprimir u obstaculizar el ejercicio de acciones judiciales o de recursos por parte del consumidor, en particular obligándole a dirigirse exclusivamente a una jurisdicción de arbitraje no cubierta por las disposiciones jurídicas, limitándole indebidamente los medios de prueba a su disposición o imponiéndole una carga de la prueba que no debería corresponderle.

La hipoteca impagable y el fin (temporal) de los desahucios

Interesante novela de Evelyn Waugh, autor también de Retorno a Brideshead. No sé por qué se me habrá venido a la cabeza...

Interesante novela de Evelyn Waugh, autor también de Retorno a Brideshead. No sé por qué se me habrá venido a la cabeza...

Lo primero de todo, invitaros a responder a la encuesta que hemos puesto esta semana sobre el controvertido tema de los desahucios. Porque lo cierto es que todas las opciones son buenas y todas tienen razón. Las analizamos una a una:

Sí, hay que detener lo desahucios porque quizás eso lleve a modificar una ley hipotecaria abusiva y también un poco simplona, basada en la buena fe de las partes y en que todo el mundo se comporta, como dice el código mercantil, “como un honrado y probo padre de familia”, Los hechos, sin embargo, parecen confirmar más bien la teoría de juegos, según la cual todo el mundo se comporta tratando de buscar su beneficio, sin importarle los marrones (a las que en bonito se  llama externalidades ) que van quedando a su paso. Por ese mecanismo, mucha gente obró de manera imprudente, comprando un piso mayor o mejor de lo que podía pagar, y muchos bancos dieron hipotecas a gente que dejaría de pagarlas en cuanto soplase la primera brisa en contra. La ley hipotecaria, por tanto, no está ni con los tiempos ni a su altura, y tiene que buscar una mejor adaptación a al realidad económica actual.

La suspensión temporal de los desahucios perjudicará a los que todavía pagan, porque los recursos de los bancos van a estar orientados a cubrir este boquete durante un buen periodo de tiempo. Si lo que necesitábamos era clarificar la situación y que se supiera cuanto antes cual es la situación real de nuestro sector financiero y sus activos tóxicos, impedir a los bancos la liquidación de impagados puede llevar la necesidad de recapitalización a cuotas desconocidas. Y ojo, que no digo altas, sino desconocidas, lo que es mucho peor en un momento como el presente, donde parecer ser mejor la muerte que la incertidumbre. Además, los españoles nos conocemos: una vez que desaparece la amenaza de que te pongan en la calle, ¿cuántos creéis que dejarán de pagar de los que ahora estaban pagando? Pronto conoceremos las cifras, pero preveo un repunte importante en la morosidad. Al tiempo.

Sí, los desahucios son un drama y una tragedia, y no sólo personal, sino también económica para todo el país. No me extiendo más, porque ya hablé sobre ello hace unos días. Aquí os dejo el enlace

Por último, es cierto también que la paralización de los desahucios perjudicará a la credibilidad exterior de nuestros bancos y nuestras cuentas, lo que se convertirá en una nueva ronda del efecto dominó. Como los bancos tienen menos medios para recuperar lo prestado, tendrán más dificultades para acceder a la financiación, prestarán menos, subirá el paro, y entraremos en otra ronda depresiva, sin ni siquiera el alivio de que el Gobierno venga al rescate, porque tampoco habrá quien compre la deuda pública.

La alternativas, por tanto, es simple: o vamos de duros y nos estrellamos, o vamos de compasivos, y nos estrellamos. Visto así, como España es país católico, preferiremos estrellarnos por resultar compasivos. Lo malo es que la Merkl es hija de un pastor protestante y no ni abogada ni licenciada en filosofía, sino en Física. O sea que entenderá que los pecadores deben pagar por sus pecados y que dos y dos son cuatro.

Lo demás, monsergas.

Ya lo veréis.

Hipoteca de reina y peones muertos

Elige bando

Elige bando. El otro mueve primero

Hoy vamos de ajedrez, el juego de los grandes indiferentes. Para jugar al ajedrez hace falta algo más que cálculo, análisis y capacidad de concentración: hace falta ante todo frialdad, sentido lógico, y esa indiferencia de que hablaba Borges.

L0s jugadores de ajedrez, incluso los malos como yo, sabemos que no hay ninguna acción sin c0nsecuencia, y que al final de la partida te encuentras con la posición que te has labrado, movimiento a movimiento, sin que nadie que no se haya vuelto loco (o tonto) pueda decir que ha perdido porque ha tenido mala suerte.

Una compra de al importancia de la vivienda, el lugar en que se compró y la hipoteca que se eligió, con su tasa de interés y su diferencial, tiene algo de movimiento de ajedrez: lo haces una vez, no te puedes echar atrás y tendrá consecuencias hasta el final de tu vida.

Lo cierto es que muchos movieron mal. Lo cierto es que llegados a este ataque de la crisis haya demasiada gente con las defensas abiertas y a punto del desahucio. Lo cierto es que la decisión fue responsabilidad suya y sólo suya, tanto cuando se equivocaron como cuando les engañaron. El engaño sólo es disculpa cuando no existe información ni fuentes alternativas, cosa que sobra hoy en día.

Pero lo cierto también es que un país o una sociedad juega el mismo color, y la actual normativa de perder la casa, conservar la deuda y permanecer marcado como moroso es una pérdida intolerable de peones para nuestro sistema económico. Cada desahucio no es sólo una tragedia personal y familiar, sino que es también un grupo de personas que queda fuera de la opción de convertirse en autónomos, en consumidores y casi hasta en ciudadanos que puedan levantar cabeza a nivel económico.

¿Podemos permitirnos excluir a toda esta gente de un sistema que necesita cotizaciones, consumidores y pequeños empresarios? Yo creo que no.

Es necesario buscar un término medio, el que sea, entre asumir las responsabilidades propias y quedar fuera del sistema económico de por vida.  El error de ciertos sectores, a mi entender, es tratar de abrir huecos para el escaqueo, la picaresca, o la simple inseguridad jurídica. La dación en pago, por ejemplo, no puede ser una opción, porque encarecería los intereses una manera alarmante. La deuda eterna tampoco lo es, porque como vengo diciendo, saca del tablero a esos peones, empujándolos a la economía sumergida, otro de nuestros males más preocupantes.

Seguramente no es le momento de buscar esa fórmula, dada la situación de nuestros bancos y el peligro que supondría ahora su hundimiento, pero hay que ir buscando, poco a poco, una salida para todos los que quedan fuera del mercado,  y no sólo por razones éticas, morales y de solidaridad.

Tenemos que buscar una solución, sobre todo, porque son de los nuestros y porque los necesitamos.

Mentalidad de ajedrecista…

La incertidumbre del supervisor bancario único en Europa

No trabajará hasta 2014

No trabajará hasta 2014

Por una vez, casi hablamos de una primicia:  la cumbre europea celebrada ayer suspende , al menos hasta 2014, la entrada en funcionamiento del regulador bancario único. Según dicen, antes de diciembre de este año se acordarán las normas que regulen su operativa, pero su operatividad se pospone hasta dentro de año y pico, y suponemos, conociendo cómo van las cosas de Palacio, que hasta mucho después.

En principio, el Gobierno español ha dicho que esto no supone un gran contratiempo, porque lo que importan son las normas, pero mucho me temo que, na vez más, no puedo estar de acuerdo y que todo este tema, tan espeso y tan obtuso para la gente de a pie, se convertirá en nuevos problemas para la financiación de las pymes, más trabas para la concesión de hipotecas, y en suma, más recesión y más paro.

Trato de explicarlo, porque el tema es durillo:

Como todos sabemos, la Unión Europea había concedido un fondo para el rescate bancario. Después de tener que pasa por el bochorno de que nuestros datos no les valiesen y enviaran a los llamados auditores independientes, resultó que la banca española necesitaba hasta cincuenta y seis mil millones de euros de recapitalización. La Unión Europea, con una serie de condiciones (diga lo que diga Rajoy, había condiciones) concedió a España una línea de crédito de hasta cien mil millones de euros para este fin.

Por se lado, parecía que el agujero bancario podía cubrirse con cargo a este acuerdo, pero para que el dinero fluyese era preciso que se probase un regulador bancario único, y ahora resulta que el regulador bancario no estará en funcionamiento hasta 2014.

¿Qué pasa entonces? Pues pueden suceder dos cosas que el dinero siga en el limbo, con lo que nuestros bancos seguirán en tiempo de sequía, sin poder financiar la economía real. O que el dinero llegue, pero o como rescate bancario, sino como simple deuda pública, lo que aumentará terriblemente la ratio de endeudamiento del Estado Español ya que este dinero no dependerá del rescate bancario, aún inoperante, sin de oto tipo de acuerdo que no puede mantenerse al margen de las cuentas anuales.

Resumiendo: que nos han jorobado bien.

La decepción del banco malo

Papel mojado

Papel mojado

A pesar de que la semana pasada nos congratulábamos de la creación del banco malo bajo el prisma de que con ello se conseguiría una importante rebaja en el precio de las viviendas, ahora nos tenemos que despertar del sueño a tenor de las informaciones que han venido apareciendo en estos últimos días.

Según diferentes expertos, que citan fuentes del Ministerio de Economía, el banco malo dispondrá principalmente de suelo en lugar de viviendas. Es decir, que el número de viviendas que este banco malo podrá poner a disposición de los ciudadanos será muy limitado, en contraposición al suelo que pondrá en manos de los promotores y constructores.

Es decir, nos encontramos, una vez más, con la injusticia de una medida que beneficiará a los constructores en detrimento del ciudadano de a pie, que tras frotarse las manos con la promesa inicial ahora se encontrará con que todo quedará en agua de borrajas.

Podemos intuir entonces que el Gobierno busca dinamizar el sector inmobiliario poniendo en manos de promotores y constructores solventes el suelo de otros que no lo fueron a precios altamente competitivos.

Sin embargo, mucho me temo que esto no resuelve el problema, ya que los pisos seguirán con precios artificialmente elevados, beneficiando a la vez a la banca, pero perjudicando a los ciudadanos y a la economía en general.

Porque no podemos perder de vista el hecho de que necesitamos que el precio de la vivienda toque suelo de una manera definitiva para que podamos empezar a hablar de una recuperación.

Por tanto, el Gobierno se vuelve a equivocar en la dirección de sus medidas, bajo la ceguera de devolver favores debidos y manteniendo sus intereses creados, perjudicando, de nuevo, a los ciudadanos que somos los que les hemos votado.

En definitiva, nos enfrentamos de nuevo a la ceguera general de los políticos europeos, en general, y españoles, en particular, en función de la cual priman los intereses de las grandes corporaciones y de las grandes empresas en detrimento de los ciudadanos, sin percatarse de que sin unos ciudadanos que puedan consumir todo lo demás carece de ningún sentido.

Un rayo de esperanza o la antelación de la subida del IVA

A la rica vivienda, oiga

A la rica vivienda, oiga

Según los datos que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística sobre la compraventa de viviendas nos encontramos con que, ¡al fin!, los datos son algo positivos, con un crecimiento del 3% durante este pasado mes de agosto, en tasa interanual, hasta totalizar un volumen de 27.708 operaciones de compraventa de las que un 49,8% se ejercieron sobre viviendas de segunda mano y un 50,2% sobre viviendas nuevas.

Estos datos que podrían tomarse como un rayo de esperanza, deben de ser tomados en perspectiva para comprobar que, en realidad, no aportan ninguna solución plausible a la actual situación, ya que puestos en contexto nos encontramos con que se produjeron durante el mes inmediatamente anterior a la subida del IVA.

Por tanto, es lógico pensar que muchos compradores adelantaron el momento de la compra para poder ahorrarse así el incremento impositivo que tuvo lugar a partir del 1 de septiembre, relativizando, por tanto, la importancia de la subida de compraventa de viviendas, quedándose ésta en nada.

Los expertos de la cuerda del gobierno confían, por otro lado, en que este incremento del mes de agosto se convierta en tendencia durante los próximos meses basándose en la creación del banco malo que debería de ayudar a rebajar los precios de la vivienda en nuestro país, al hacer que las propias entidades financieras empiecen a valorar las viviendas que tienen en cartera por su precio real de mercado y no por el precio de adquisición.

Pero retornando a los datos presentados por el INE, nos encontramos con que en tasa intermensual, es decir, en la comparativa entre los datos del mes de agosto y los de julio, tenemos que se produce un incremento del 1,2%, muy inferior al repunte que habíamos observado en el mes anterior, ya que julio con respecto a junio supuso un crecimiento del 7,8%.

Y en el desglose regional, tenemos que el mayor número de compraventas por cada 100.000 habitantes, La Rioja lidera el ránking con 106, seguida de Baleares, con 101 y Comunidad Valenciana, con 99. En términos absolutos, más del 60% de las compraventas se realizaron en Andalucía, 5.526, Valencia, 4.073, Cataluña, 3.835 y Madrid, 3.343.

En definitiva, datos que no invitan precisamente a la esperanza en cuanto se hurga un poco en la noticia, más allá del titular.

La maldades del banco malo

Que viene el banco malo... (dibujo de joserico.com)

Que viene el banco malo... (dibujo de joserico.com)

Todos los bancos son malos.

Vale, bien, una vez he pagado mi tributo correspondiente al templo de las obviedades tontas, ¿qué tal si nos preguntamos qué es eso de un banco malo, de lo que tanto se habla últimamente?

Un banco malo es una vieja solución técnica que permite que las entidades financieras se deshagan de sus activos devaluados pasándoselas a un banco, normalmente de carácter estatal, de tal manera que los balances de estas entidades queden limpios y toda la “porquería” se concentre en un sólo lugar, que ejerce de cloaca financiera donde van a parar todos los desechos. Su principal utilidad es acabar con la incertidumbre de qué activos problemáticos tiene cada entidad y cual es su nivel real de solvencia.

Como ya sabéis algunos de los que me leéis habitualmente en este blog, no estoy radicalmente en contra de la idea de crear un banco malo, aunque sólo sea para despejar un poco el panorama. Nuestra crisis es sobre todo de credibilidad y cualquier medida que ayude a aclarar el panorama no parece, en principio, desacertada.

Lo que ocurre es que hay bancos malos bien montados y bancos malos que nacen ya chapuceros, contrahechos y a medida de los peores chorizos, con lo que se consigue que más que una ayuda sean una prolongación del chanchullo.

Un banco malo montado como es debido, obliga a loa bancos a amortizar todo lo que le pasan a este banco, de modo que se ve en qué situación están se nacionalizan, se liquidan o se sanean.

Un banco malo chapucero se dedica simplemente a comprar los activos chungos de los bancos, pero al valor que e les dio en su momento. Y ahí esta de nuevo el mal: un activo sobrevalorado que se convirtió en un agujero, sigue sobrevalorado, pero ahora en manos de todos, comiéndonos a escote la diferencia entre el valor contable y el valor real.

En España, pro lo pronto,  ya hemos visto dos señales terriblemente alarmantes:

-Que el banco malo no se hará cargo de deudas y créditos inferiores a los 250.000 euros.

-Que el banco malo, en el caso de las viviendas e hipotecas, no se hará cargo de los inmuebles valorados en menos de 100.000 euros.

¿Qué significa esto? Que los bancos están perdiendo el trasero para engordar las valoraciones y conseguir así meter todos estos pufos en el banco malo. Osea, incentivos para que todo cueste más, y encima, que el dinero lo ponga otro.

Genial.

El pasado siempre está ahí (Hipoteca y presupuesto)

Y pedimos a los que ahorran que nos ayuden...

Y pedimos a los que ahorran que nos ayuden...

El Gobierno ha publicado los Presupuestos Generales del Estado,  y de momento a los mercados parecen serles indiferentes, en parte porque no se los creen y en parte porque otra vez, una más, se pueden resumir en mayores recortes pero ninguna reforma.

Lo peor, sin embargo, y estoy seguro de que lo veremos en fechas próximas en el interés pagado por la deuda, es que los recortes van de nuevo contra la inversión, y mucho menos contra el gasto. ¿Cual es el resumen? Que se pretende que todo siga como hasta ahora, pero tirando con un poco menos. No se desmantelan las estructuras duplicadas, ni se busca una racionalización del gasto, ni se busca la eficiencia: simplemente se recorta, a derecho y sin mirar, para no tener que cerrar chiringuitos, retirar pesebres ni abolir abrevaderos o cementerios de elefantes. O dicho en terminología deportiva: patada a seguir.

Lo llamativo, sin embargo, y que afecta bien de cerca al tema hipotecario, es el hecho de que todos los periódicos, del cualquier signo ideológico, mencionen escandalizados el hecho de que el pago de la deuda se lleve una cuarta parte de todos los ingresos del Estado. O toda la subida del IVA, o que se gaste más en pagar la deuda que en subsidios a los desempleados.

Y entonces, cuando leo eso, el que alucino soy yo. ¿Y qué demonios se pensaba la gente que era la deuda? ¿Qué carajo creían que era el déficit público?

Las familias pasamos pro lo mismo: una buena parte, más del 25% de nuestros ingresos, se nos van en pagar la hipoteca. Y es que las deudas son para pagarlas, no para creer que vendrá alguien a perdonarlas o que desaparecerán pro sí solas. No es la rapacidad ni la codicia del capital lo que ha hecho que una cuarta parte de nuestros impuestos se vayan al pago de deuda: es la mala cabeza, el despilfarro y la mala administración de todos nuestros políticos desde que empezó la democracia. Porque una cosa está clara: no hay sitio en este artículo, ni en tres más que dedicara, para citar todos los defectos del franquismo, pero aún así, el haber dejado a España endeudada hasta las cejas NO es uno de ellos.

Osea que, ¿a qué se debe esto? A que pagamos, ahora, todos estos treinta años. A que el pasado está siempre ahí, con la hipoteca, con lo que fumamos, con lo que trasnochamos, con los préstamos estúpidos que pedimos. Siempre nos espera a la vuelta de la esquina en forma de infarto, sordera, desahucio o quiebra nacional.

Por eso me burlo siempre de los que se proclaman ciudadanos del mundo saltándose las fronteras: porque todo lo que hicimos y dejamos de hacer, lo que hicieron y dejaron de hacer nuestros padres, abuelos y bisabuelos es lo que realmente marca la diferencia. Es nuestro capital y nuestro lastre.

El quiere empezar de cero es porque deja un pufo. Eso no falla.

Adiós a la deducción por compra de vivienda

Habrá casas baratas

Habrá casas baratas

Ya se había anunciado, pero al presentación de los próximos Presupuestos Generales del Estado lo ha terminado de confirmar: los que compren su vivienda habitual a partir del 1 de enero de 2013 no podrán desgravarse su hipoteca.

Estamos, por tanto, ante uno más de los vaivenes del Gobierno, y digo Gobierno en sentido institucional, porque hoy me he levantado muy fino:

Primero vino Zapatero a decirnos que los ricos dejarían de poder desgravarse la hipoteca y retiró esta bonificación. Allí fue cuando nos enteramos, con pasmo, de que ser rico era ganar más de veinticuatro mil euros al año. Pensamos que el pobre hombre estaba majara, pero lo que sucedía, simplemente, era que conocía lo que dejaba tras de sí y tenía buenas razones para pensar que quien ganase esa cifra pudiera considerarse rico. Y acertó.

Llegó luego Rajoy y pensó que eso era un infamia y una afrenta, sobre todo para los Registradores de la Propiedad, gremio al que pertenece, y decidió devolver a las leyes fiscales esa desgravación, permitiendo que en 2012 todo el mundo se desgravase la hipoteca. La idea oficial era que de ese modo saldrían más viviendas de la cartera de los bancos y de los constructores, se aliviaría la crisis bancaria y se desatascaría el problema del ladrillo.

Por supuesto, no fue así ni mucho menos, porque la gente no compra viviendas por tres razones: porque no tiene pasta, no se la prestan, y no sabe cuánto le va a durar el curro.

Así las cosas, el problema inmobiliario sigue tan echo polvo como hace un año, las cuentas públicas un poco peor, la herencia de Zapatero se ha convertido en la parálisis de Rajoy y desaparece de nuevo la desgravación pro hipoteca, que cuesta al Estado unos tres mil quinientos millones de euros al año.

Lo cierto es que esta desgravación es muy difícil de explicar desde el punto de vista teórico, ya que supone que los españoles pagamos a escote una parte del precio de un bien que es propiedad privada y exclusiva del que lo compra. Esto sólo es justificable en el caso de que esta propiedad suponga un bien para la comunidad y ahí es donde surgen las subvenciones (en teoría, digo), pero existiendo la posibilidad del alquiler no está ni mucho menos clara la razón pro la que, del bolsillo de todos, tenga que salir una parte del importe de una vivienda que se compra en propiedad.

¿Que es un bien de primera necesidad? Sí, claro, como la electricidad. Y en lugar de desgravar, te crujen a impuestos.

Hipoteca e incertidumbre. La hipoteca unicornio.

Por ahí fuera nos retratan. Lo más triste es tener que leer a corresponsales extranjeros para enterarnos de algunas cosas o para que alguien se atreve a decir lo que pensamos muchos. No os perdáis este artículo de la alemana Stefanie Claudia Müller sobre la situación de España.

Una hipoteca esperando a su cliente

Una hipoteca esperando a su cliente

Mientras tanto, la decisión sobre si pedimos o no el rescate sigue sin tomarse, y algunos, como el presidente del BBVA empiezan a ponerse nerviosos por el daño que esta simple dilación produce a la economía española y su credibilidad.

¿Y cuales son los hechos? El hecho es que ya pedimos el rescate de la banca y aún no ha llegado un duro. El hecho es que aceptadas las condiciones, se procedió a iniciar la batería de reformas requeridas, pero por nuestra parte nos e ha avanzado gran cosa y por parte de la Unión Europea nos e ha desembolsado un céntimo, con lo que nuestro sistema financiero sigue sin un chavo de lo liquidez y las hipotecas continúan siendo animales mitológicos, como los unicornios y los pegasos.

La razón profunda de todo este inmenso despropósito hay que buscarla, creo yo, en la escasa voluntad reformadora del gobierno español, de este y de cualquier otro. De lo que se trata, parece, es de capear el temporal, apaciguar a los mercados y dejar que el tiempo vaya pasando, pero sin molestar a los votantes propios y mucho menos a los grupos de poder que en estos momentos disfrutan de una situación ventajosa. Se trata de que las reformas las pague otro, de que en Alemania haya elecciones y llegue alguien con ganas de soltar la pasta. Se trata de que el tipo de interés, o la prima de riesgo (que viene a ser lo mismo) se reduzca en los mercados de capitales para poder volver a la vieja costumbre de pedir un poco prestado todos los años para no tener, así, ni que recortar gastos ni que aumentar ingresos.

Somos adictos a la deuda y nos comportamos como yonkis. Decir que sí, agachar la cabeza, prometer buena conducta y esperar la ocasión para intentar meternos otros pequeño o gran chute de dinero ajeno.

Con el dinero propio no nos llega, y subir impuestos, ya sea a los ricos, a los pobres o al Sursum Corda no sirve para que suba la recaudación. Lo Impide la curva de Laffer y ya está: hay una cantidad máxima que se puede recaudar, se suban lo que se suban los impuestos.

Si dinero no tenemos y ganas de decidir lo importante tampoco, ¿qué tenemos?

A una pandilla de diletantes esperando que se le pase el cabreo al vigilante. Pero me temo que esta vez no tendremos suerte. Nos han tomado la medida: nosotros prometemos hacer reformas y ellos prometen darnos dinero.

Hacer que hacemos, que dicen en mi pueblo.