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Las movilizaciones contra la hipoteca

Leyendo las firmas recogidas...

Leyendo las firmas recogidas...

Como estamos empezando la semana santa, aunque para muchos la santidad y las vacaciones no empiezan hasta el miércoles, me parece momento de escribir un artículo lleno de coronas de espinas.

De un tiempo a esta parte vemos en esta web y en todos los demás medios de comunicación españoles una serie de campañas contra las condiciones hipotecarias, contra las cláusulas suelo o a favor de la dación en pago para liquidar nuestras deudas hipotecarias.

A mí me parece todo muy bien, y haría el pino puente si consiguiera librarme de la mía, pero tengo que decir que no me parece serio, y que esta clase de campañas nos retratan aún mejor que las hipotecas que firmamos.

Nos retratan como una sociedad infantil que cree que el Estado debe gestionar los negocios de los particulares pues estos no son capaces de leer o entender la letra pequeña de lo que firman, aunque lo que firmen les vaya a vincular para toda la vida.

Nos retratan como una sociedad inmadura y analfabeta que prefiere arriesgar el trasero a informarse, que prefiere colgarse a leer, que prefiere firmar cualquier cosa a preguntar a quien sepa.

Nos retratan como una sociedad que en el fondo no cree en el compromiso, en las reglas del juego ni en la responsabilidad de lo hecho. Si compré un piso y gano el doble, genial. Y si compré un piso y no lo puedo pagar, me jodo. Y lo mismo vale para los bancos. Pero aquí no hay nada de eso: aquí el particular que la cagó quiere entregar el piso para saldar la deuda y el banco que se metió en el riesgo que no debía quiere que lo rescatemos.

Mi respuesta es no: desahucio para los particulares y quiebra para los bancos, a ver si de una vez espabila el que la hace. A ver si de una vez podemos convencernos de que no hay acción sin consecuencia. A ver si de una vez, en suma, nos convencemos de que democracia es soberanía, y soberanía es responsabilidad.

Y si la gente no sabe, no entiende, no se atreve, no pregunta y no se informa, por lo mnos que no vote, y así al menos no estaremos en manos de zopencos que no saben gobernarse a sí mismos con lo que firman y nos gobiernan a todos con lo que votan.

Gran descubrimiento: lo que unos reciben, otros lo pagan

El último currela

El último currela

Ahora que andamos a vueltas con la posibilidad de aceptar la dación en pago como forma de resolver la hipoteca, me viene a la cabeza otra de las reivindicaciones históricas de ciertos grupos: la renta mínima social.

Dar por saldada una deuda entregando el bien que la garantizaba puede parecer muy bien, igual que puede parecer muy bien que te paguen un sueldo sólo por levantarte de la cama cada día. En ese mismo orden de cosas, estaría también muy bien que se pagase un sueldo a las amas de casa, y que se pagara un sueldo a los que  cuidan de los ancianos, y que se pagase un sueldo a las personas que crían los niños y los educan, pues aportan más al futuro de la sociedad que los que ni crían ni educan niños.

Lo que pasa, y es que alguien tiene que decirlo de una santa vez, es que todo lo que unos reciben lo pagan otros, y que para pagar todos esos sueldos y peroles de sopa boba habría que sangrar a los demás.

Sin duda habrá quien piense que sería ideal golpear a ese enemigo social invisible al que llaman “los ricos”, y de ahí sacar la pasta para que todos pudiésemos elegir si trabajar o no, si ahorrar o no , incluso si pensar o no. Pero lo cierto es que ricos hay muy pocos, se acabarían enseguida, y a los cuatro días, o antes, habría que sangrar al segundo escalón, porque los apesebrados del sueldo público no renunciarían a su forraje, y luego al tercer escalón, y luego al cuarto, de modo que tarde o temprano, según en qué escalón estuviésemos, nos tocaría a todos alimentar a la sanguijuela, porque la sanguijuela del que exige sin aportar nada es insaciable.

Para evitar llegar a eso, creo que es mejor cortar por lo sano y empezar, cuanto antes, a hablar claro:

La hipoteca la paga el que la firmó, en las condiciones que la firmó y hasta el último céntimo. Y si no, no haberla firmado. Y el que sea imbécil para dejarse engañar, que vaya al juzgado y se inhabilite, porque si él no quiere depender de su firma, yo no quiero depender de su voto.

El que prestó la pasta a quien no debía, que presente quiebra y se vaya a cascarla al cementerio de los bancos muertos. Si arriesgó más de lo que debía, que no me venga ahora a pedir rescates de dinero público. Jugar está muy bien. Jugar y ganar, mejor aún. Pues jugar y perder, se llama joderse. ¿Lo digo más claro?

Fuera de esto, queda un mundo entero de mandangas, componendas y filosofías muertas de hambre que, en realidad, pretenden desplumar al que produce para dárselo al que se rasca el ombligo. Fuera de esto están buena parte de los subsidios, los rescates, las daciones, las condonaciones de deuda y otros trucos para evitar pagar lo que se debe.

O para hacer que, de un modo u otro, lo paguemos los demás.

Y para eso, conmigo que no cuente.

La dación en pago de una hipoteca. El lado amargo

Bueno... Pues si no quieren pagar, que no paguen... Déjalos que decidan...

Bueno... Pues si no quieren pagar, que no paguen... Déjalos que decidan...

La gente siempre ha querido las cosas gratis, sin pagar un duro, por su cara bonita y porque ellos lo valen. En este país siempre ha sido popular el robo y héroes los bandoleros, pero creo que últimamente estamos sufriendo una gran oleada de descaro al pedir que se haga lo que sea, lo que haga falta, para que las deudas caduquen y el todogratis se extienda por el mundo.

Lo primero que he visto en ese sentido han sido varias movilizaciones  exigiendo la renta mínima ciudadana, que es un sueldo mínimo al que se tendría derecho sólo por nacer. No voy a repetir aquí los maravillosos razonamientos de los que piden tal cosa, pero sí os diré algo: cuando todo el mundo tiene cuatrocientos euros, esa cantidad equivale a cero.

En segundo lugar, me ha llamado la atención la verdadera bronca que organizan las asociaciones de internautas ante cualquier amenaza contra el todogratis de las pelis, el todogratis de las series, y el todogratis de la música. Se les llena la boca hablando de cultura, de compartir, de crear sociedad, cuando lo cierto, lo real, es que a ellos puede que le importen esas cosas, pero a una abrumadora mayoría de internautas lo que les importa es poder descargarse lo que quieran, gratis, y sin publicidad. Lo novedoso no es que se robe: lo novedoso es que se creen pretextos tan complejos para defenderlo.

Lo último y más apropiado para esta web es el tema de la dación en pago. Se comenta alguna sentencia en la que se dice (habría que leerla) que entregar el piso debería ser suficiente para cancelar una hipoteca. Y yo digo que sí, que es verdad, y que propongo que se haga así, pero con la hipotecas que se constituyan a partir de ahora. Las otras se constituyeron con unas normas, y se deben cumplir esas normas. Si para las nuevas acordamos eso, pues que así sea.

Y ahora os pregunto yo: ¿qué tipo de interés tendrían esas nuevas hipotecas que se podrían liquidar con darle el piso al banco?, ¿a cuántos años prestarían el dinero?, ¿a quién se lo prestarían?, ¿en qué condiciones? Pensemos un poco y hagamos conjeturas…. el que se atreva.

O sea que muy bonito todo, pero si podemos cancelar una hipoteca entregando el piso, tened en cuenta que esa hipoteca quizás no sería para nosotros. Lo cual, si me lo permitís, da lugar a una última pregunta : ¿Estamos todos tontos por pedir semejante cosa? 

 

Exigen que desaparezca la hipoteca si el banco se queda con el piso

Opiniópn de los bancos al respecto. El del globo verde somos nosotros.

Opiniópn de los bancos al respecto. El del globo verde somos nosotros.

Tardaba ya en hacerse realidad esta iniciativa, pero al fin se ha concretado.

La propuesta, impulsada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, cuenta con el asesoramiento del Colegio de Abogados de Barcelona y solicita que el sistema hipotecario español se equipare al de Estados Unidos, donde la vivienda, y sólo la vivienda, garantiza el pago de la cantidad hipotecada.

En estos momentos, cuando un ciudadano no puede pagar la hipoteca, el banco la saca a subasta, y como la situación económica actual está como todos sabemos, resulta que la subasta se queda sin pujadores con lo que, el banco, según la ley, se puede quedar con ella por el 50 % del valor de salida.

La jugada, pro tanto, es la siguiente: debes 100.000 Euros. El banco te embarga el piso y, valga lo que valga, lo saca a subasta en ese valor, y como nadie puja por él, el banco se lo queda en 50.000 y trata de sacarte por el medio que sea los 50.000 € restantes porque, como sabéis, el embargo del piso no anula la hipoteca.

Lo que solicitan estas plataformas ciudadanas es que los bancos asuman también parte de su culpa y de su riesgo. Si el piso es el que garantiza la deuda, una vez que el banco se queda con el piso no es lógico, no es justo, ni equitativo, que la deuda subsista.

O dicho de otro modo: si un ciudadano compra piso cuando no debe, pues que espabile. Pero si un banco da una hipoteca por un piso que no lo vale, que espabile también.

Lo que plantea la Plataforma de Afectados por la Hipoteca es que se debe reformar la Ley de Enjuiciamiento Civil y la Ley Hipotecaria a fin de e introducir la figura de la dación en pago, que ya existe en países como Francia o Estados Unidos, para dar por cancelada la totalidad de una deuda hipotecaria con la entrega de la vivienda al banco.

Sobre las consecuencias de este asunto, hablamos en los comentarios. Pero yo, de momento, propongo una: sube el riesgo, sube el diferencial.