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Nadie parece acordarse de la vivienda

Bla, Bla, Bla, Bla

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Visto el panorama social uno podría pararse a pensar que el tema de la vivienda es una de las cuestiones que más preocupa a los ciudadanos de este país, pero a juzgar por la poca importancia que se le ha dado durante las jornadas del debate sobre el estado de la nación que se ha celebrado estos días debe de ser un problema menor.

Todas las intervenciones se han centrado en loar la labor propia, en el Gobierno, y en criticar todo, tanto lo criticable como lo que no lo es, por parte de la oposición. Poniendo el acento en la corrupción, como no podía ser de otra manera, y en el problema del desempleo, por supuesto, pero ¿qué pasa con la vivienda?

Se han limitado al “y tú más”, para no romper con la tradición, y al final nos hemos ido sin medidas concretas que nos podamos llevar a la boca, medidas con las que las familias en problemas puedan buscar un rayo de luz a su futuro y las familias que mantienen un poder económico aceptable, a pesar de la que está cayendo, puedan plantearse la compra de nuevas viviendas.

El problema ya lo conocemos todos, está diagnosticado. Hubo una burbuja inmobiliaria que explotó, bien, ahora llega el momento, de una vez por todas, de buscar soluciones reales para que nos podamos empezar a plantear el futuro.

Necesitamos una ley hipotecaria transparente, que permita una relación de igual a igual entre las entidades financieras y los clientes, para que éstos puedan decidir sus prioridades. Habrá clientes que apuesten por la dación en pago y otros que prefieran un tipo de interés más bajo.

Se necesita, desde ya, una bolsa de viviendas para alquiler social, pero una bolsa que sea eficiente, que no se plantee desde el punto de vista teórico, sino desde una visión más pragmática, con el objetivo de que sirva de colchón para las familias que efectivamente están sufriendo la parte más dura de la crisis.

Y necesitamos, por supuesto, que las entidades que han sido nacionalizadas con el dinero de todos abran el grifo del crédito tanto a empresas como a familias. No se trata ya de una cuestión de voluntad sino de obligación moral. Niegan el crédito a los mismos que les sufragan las pérdidas, ¡demencial!

¿Hasta cuando seguirá cayendo el precio de la vivienda?

Sigue ahorrando, amig@

Sigue ahorrando, amig@

Los expertos inmobiliarios y económicos siguen afanándose por hacernos pensar que la vivienda tiene que seguir bajando, a pesar de que algunos propietarios ya se están tirando de los pelos por los precios ridículos que obtienen de sus pisos, pero la verdad es que los datos no hacen sino dar la razón a estos analistas.

Esta semana hemos conocido los datos que publica de manera mensual la web pisos.com, que, como un agente activo en el sector, deben de ser tenidos en cuenta a la hora de analizar en la situación real que nos encontramos en lo que se refiere al precio de la vivienda en nuestro país. Concretamente, los datos de enero reflejan una caída del 10,59% en el precio de la vivienda usada en tasa interanual, es decir en comparación con los datos de enero de 2012.

En términos absolutos, el precio medio en España por metro cuadrado se situó en los 1.877 euros, contra los 2099 de hace ahora un año. Por otro lado, en la comparación intermensual nos encontramos con que en el mes de diciembre el precio medio del metro cuadrado de vivienda usada fue de 1.887 euros, es decir, que en el transcurso de un mes la vivienda se ha abaratado en un 0,55%.

Unas caídas que deberían de agudizarse en los próximos meses ante la subida del IVA para vivienda, que ha pasado del 4 al 10%, ya que los compradores de vivienda intentarán repercutir esta subida de tipo impositivo al precio de la vivienda, para acabar pagando lo mismo, con lo que se avecinan meses de negociaciones muy duras en contra de los vendedores de viviendas.

En lo que se refiere al desglose por Comunidades Autónomas tenemos que el País Vasco se presenta como la región más cara, con un precio medio de 3.390 euros por metro cuadrado, seguida de Madrid (2.356 euros/metro cuadrado) y las Islas Baleares, con 2.196. En el otro extremo, la Comunidad con los pisos más baratos fue Castilla-La Mancha, con 1.099 euros por metro cuadrado.

En definitiva, la tendencia parece claramente marcada, con unos precios a la baja sin solución de continuidad, y que nos llevarán a unas viviendas a precio de “saldo” de aquí a finales de 2013, buenas noticias para los compradores pero no tan buenas para los vendedores, que no siempre son promotoras y bancos.

Los pisos caerán aún más

La vivienda sigue al rojo vivo

La vivienda sigue al rojo vivo

La verdad es que ya no sé que decirte, ya no sé si decirte que se trata de una buena o de una mala noticia. Vamos por partes. En principio, es una buena noticia porque al caer los pisos estos serán más asequibles para las familias dispuestas a comprar una vivienda. Ahora bien, ¿qué ocurre con aquellas familias que necesiten desprenderse de la suya?

Quiero decir. Durante los años de burbuja inmobiliaria cualquier familia de clase media podía hacerse con una vivienda en propiedad gracias a las hipotecas regaladas que ofrecían los bancos por doquier, y son esas familias, en la mayoría de los casos, las que quieren vender ahora sus viviendas encontrándose con que el precio ha caído de manera importante y con que, lejos de recuperarse, va a caer aún más.

Y eso es, precisamente, lo que nos dice la agencia Fitch, que tras analizar el estado del sector inmobiliario en nuestro país ha llegado a la conclusión de que el precio de la vivienda sólo ha caído un 25% desde que comenzara la crisis, lo cuál parece insuficiente para las necesidades del sector que todavía sigue realmente sobrevalorado, según los cálculos realizados por esta agencia.

Por los datos que maneja la caída de las ventas inmobiliarias se han situado en un 70%, y para poder compensar dicha caída se necesitaría un descenso del precio de la vivienda cercana al 40%, lo que nos ofrece ese 15% pendiente para estos próximos años.

Sin duda, la presencia del “Banco Malo” servirá para que el precio de la vivienda caiga de manera más pronunciada ya que hasta ahora las entidades financieras mantenían el precio de los pisos artificialmente altos con el objetivo de no reflejar en sus balances las pérdidas acumuladas como consecuencia de su exposición excesiva al ladrillo.

Algunos expertos auguran que con ello podríamos empezar a ver la luz al final del túnel y encontrarnos con una situación más positiva a la hora de iniciar la senda de la recuperación definitiva de la crisis, con un sector inmobiliario más reducido, por supuesto, pero menos expuesto a los rigores de la financiación excesivo.

Permiso de residencia para los que adquieran vivienda de más de 160.000 Euros.

Algunos de los clientes que se acogerán a la nueva ley...

Algunos de los clientes que se acogerán a la nueva ley...

A estas alturas todos hemos oído hablar de la polémica reforma del reglamento de la ley de extranjería, por la cual se concedería el permiso de residencia a todos aquellos extranjeros que comprasen una vivienda por un valor superior a 160.000 euros.

Por una vez, el Presidente Rajoy habló claro y dijo que “tenemos que vender el stock de viviendas“. Y aunque no han tomado una decisión en firme, está claro por dónde va la idea.

A pesar de las críticas escuchadas por ahí, y de que reconozco que se trata de una vulgar mercantilización del permiso de residencia, tengo que decir que la idea en general me parece buena. Y  lo explico:

Mercantiliza, sí, un derecho de las personas. A mucha gente eso le parece horrible, pero yo creo que en una situación de emergencia un país tiene que poner en valor sus recursos, y uno de los nuestros es la cantidad de gente que quiere venir a vivir aquí. Yo también preferiría que nuestros recursos fuesen otros, como la posición dominante en el mercado de la electrónica de precisión. Pero como hay lo que hay y tenemos lo que tenemos, pues hay que usarlo.

-Es un acicate para traer gente con dinero y mantener alejados a los pobres. Esta es otra de las críticas que escucho. Y es verdad. Pero hay que ser sincero y hacerse la gran pregunta. Vale, ¿y qué? ¿No hacen eso desde las churrerías a los concesionarios de coches? Hay algo obvio que nadie dice: la gente viene aquí a vivir de algo. El que tiene trabajo o recursos, vive de su trabajo o sus recursos. El que no los tiene, vive del trabajo o de los recursos de los demás.  Yo, francamente, prefiero a loa que vienen a vivir de lo suyo, antes que a aquellos que no consumen más que una lata de sardinas diaria y el resto lo envían a sus países por transferencia. Es honrado y legítimo lo que hacen, desde luego, peor son preferibles los otros.

-Necesitamos vender pisos. Sí, tiene razón Rajoy. Lo necesitamos, porque cada piso que se vende disminuye un poco el agujero de la banca, ese que hay que cubrir con fondos propios o europeos. Necesitamos también encarcelar banqueros, poner en órbita a fuerza patadas en el culo a políticos y muchas cosas más. Pero es objetivamente cierto que todos esos pisos sin vender son un lastre terrible para nuestra economía. Cualquiera que sea la manera que se piense para venderlos, es buena. Objetivamente.

-Y ahora, ojo a la hipoteca. Lo que no se puede es vender un piso de ese precio a un extranjero y darles la hipoteca desde aquí para que apliquen la dación en pago por el simple procedimiento de largarse. Si esos pisos se venden, hay que pedir al menos la mitad al contado, o que la hipoteca corra a cuenta de un banco de su país. La dación no puede ser la gatera por la que se venga aquí un par de años, se pruebe fortuna, y se vuelva uno a marchar si las cosas salen mal.

Sobre las condiciones en que se venderán esos pisos si la norma llega a aprobarse, ya hablaremos más adelante. Porque el mercado hipotecario va a cambiar mucho en los próximos años. Y para mal. Ya lo iremos viendo…

Lo que significaría una bajada radical de los pisos

Los vencedores se reúnen para decidir qué hacen con los bancos

Los vencedores se reúnen para decidir qué hacen con los bancos

Hay gente que está esperando a la apertura definitiva del banco malo para intentar comprar un piso, y en principio parece una buena idea, porque los pisos van a tener que bajar una verdadera burrada para que así, de una buena vez, se acaben por convertir en pérdidas reales lo que hasta ahora son solamente pérdidas potenciales. Además, para esos pisos es posible que haya financiación, aunque es de suponer que no será en unas condiciones muy ventajosas ya que hay una pérdida implícita en la operación, a la que no se va a añadir un riesgo de impago. O sea, que a los que están preparando esa jugada más les vale tener el dinero en efectivo o preparar buenos avales.

Sin embargo, esa bajada de los pisos va a tener otras dos consecuencias de las que aún no conocemos el alcance y que son la razón pro la que hasta ahora se ha tratado de evitar a toda costa una liquidación general de vivienda.

-En primer lugar, la valoración general de los pisos va a descender, con lo que eso llevará aparejado en el campo personal y en el campo financiero. Si el precio medio de los pisos baja, y va a bajar si hay muchos miles de viviendas que se venden con descuentos del cincuenta por ciento, el resto de pisos, que se valora a precio de mercado, verá bajada también su valoración. Así, quien tenga una hipoteca en estos momentos, y aunque la esté pagando religiosamente todos los meses, empezará a ser un cliente sospechoso, a que el valor medio del bien hipotecado se ha reducido respecto a su deuda.

La gracia de esto vendrá cuando desde Europa nos pidan que apliquemos las normas contables comunes y resulte que, a partir de ese momento, muchas hipotecas que se consideraban sanas pasen a ser hipotecas tóxicas…

-En segundo lugar, la vivienda es la principal acumulación de capital de las familias, y la garantía tradicional de conservación de la riqueza. Si el precio de los pisos baja, los españoles nos empobrecemos, y eso hará más difícil el endeudamiento para cualquier pequeña empresa e incluso empeorará la percepción general, lo que puede llevar a reducir el consumo. O dicho con palabras más corrientes: si mi piso ya no vale cuarenta millones, que es lo que tengo ahí para una emergencia, y sólo vale veinte, entonces mejor no meterse en aventuras…

Ya se sabe: todo tiene sus contrapartidas.

La vivienda sigue cayendo, pero ¡sigue sin ser suficiente!

Seguimos hundiéndonos

Seguimos hundiéndonos

Todos los expertos económicos nos advirtieron de la situación en la que nos encontrábamos en plena burbuja inmobiliaria y de las dificultades con las que nos encontraríamos en cuanto la burbuja estallara, bueno no todos, sólo algunos, pero el caso es que se veía venir, y entonces se apuntaba a que los precios de la vivienda debían de caer drásticamente antes de que nos pudiéramos empezar a plantear la recuperación.

Pues bien, según el Indice de Mercados Locales que elabora periódicamente la tasadora Tinsa, una de las más importantes del país, el precio de la vivienda en nuestro país ha caído un 46,5% de media desde que se alcanzaran los máximos históricos en el año 2007, es decir, que según estos datos nos encontramos con que los precios se han reducido en casi la mitad.

Y no es sólo que nos encontremos con precios que se han desplomado, sino que además el proceso parece seguir sin solución de continuidad a juzgar por los valores que cada trimestre van apareciendo. Si nos atenemos a los valores que ofrece la propia Tinsa nos encontramos con que en el tercer trimestre de este año 2012 la caída de precios ha sido de un 11,5%, similar a la caída que se experimentó en el trimestre inmediatamente anterior.

Las Comunidades Autónomas con una mayor caída de los precios de la vivienda fueron Cataluña, Navarra, Baleares y Aragón, con un descenso respectivo del 19,1%, 16,8%, 15,4% y del 15%, es decir, claramente por encima de la media nacional, agudizando su situación de crisis importante en la que se encuentran inmersos.

Pero la situación se agrava aún más sin tenemos en cuenta que se considera que los precios de las viviendas tienen que seguir cayendo durante los próximos meses ya que la creación del banco malo debería, al menos en teoría, generar un descenso en los precios de los pisos de en posesión de las entidades financieras.

Es decir, que el próximo índice no debería de ser muy diferente, incluso peor, que el actual y ofrecernos una situación realmente desoladora en lo que al sector inmobiliario se refiere, provocando una perpetuación de la crisis sin un límite temporal claro.

La hipoteca y el amor.

Cuestión de echarle paciencia...

Cuestión de echarle paciencia...

No sólo nuestros sueldos y las prestaciones sociales están bajando. Por lo que parece, la actual crisis económica conduce a que los españoles nos queremos mucho más y desciende también y de una manera realmente acusada, el número de divorcios, volviendo de regreso, en lo que antes era una cifra imparablemente creciente, a los niveles del año dos mil o dos mil dos.

Ahí van los datos: según el estudio  de 2011 del Consejo General del Poder Judicial, los divorcios descendieron un 1,9%, de 119.554 a 117.179, mientras que las separaciones se redujeron un 7,7%, de 7.962 a 7.347, y los matrimonios declarados nulos aumentaron de 166 a 176, un 6%. Eso, en 2011. En 2012 parece ser que esta tendencia aún se hace mayor.

O sea que, tanto hablar del daño psicológico que supone una ruptura y tanto hablar del sufrimiento emocional que se causa a los hijos, cuando los hay, en el caso de una ruptura y parece ser que lo único que verdaderamente hace recapacitar a los españoles a la hora de tomar una resolución tan drástica es la hipoteca.

Está claro, por tanto, que es lo que entendemos y qué es lo que nos importa. El dato, que parece una anécdota, nos retrata más como individuos y como sociedad que tres baterías consecutivas e encuestas. Hablamos de solidaridad, de empatía, de preocuparnos por los demás y de cien mandangas edulcoradas por el estilo, pero lo cierto, lo real, es que lo que no pueden los hijos, ni la amenaza de la depresión,   ni el supuesto derecho a una segunda oportunidad que tantos exigen para los delincuentes, lo puede, de un plumazo y sin esfuerzo, la consciencia de que tras el divorcio hay que seguir pagando la hipoteca a solas.

Es una afirmación cínica, por supuesto, pero da gusto ver cómo con la crisis tenemos todos un poco más de paciencia, soportamos mejor los defectos de la pareja y, en suma, nos queremos un poco más.

¿Y sabéis una cosa? Que hay una parte de todo esto que digo que no es sólo cinismo, sino también pura y cruda realidad: que muchos de los que ahora han tenido que aguantarse porque no pueden permitirse dos viviendas morirán juntos, felizmente, a los noventa años. Porque a veces darse un respiro, aunque sea por obligación y no por ganas, lleva a estas cosas.

Para los demás, para los que no tendrán más remedio que segur aguantando a quien ya no quieren por culpa de una hipoteca, mis condolencias y si acaso, un consejo: con un poco de buena voluntad, todo el mundo tiene un lado amable.

Al fin y al cabo, hasta Hitler tenía novia.

¿Bajará el precio de la vivienda?

La verdadera realidad del sector

La verdadera realidad del sector

A pesar de que en un principio el Gobierno español había negado por activa y por pasiva la opción de la creación del banco “malo”, algo que se le había venido recomendando durante largo tiempo, su recapitulación en favor de esta opción puede generar un importante vuelco en el mercado inmobiliario español con una más que esperada caída de los precios de la vivienda en nuestro país.

¿Por qué bajará el precio de la vivienda?

Hasta ahora nos encontrábamos con un mercado de la vivienda artificialmente dirigido por las entidades financieras que mantenían el precio de los pisos que tenían en cartera demasiado alto, aprovechando el monopolio de financiación del que disfrutaban y siguen disfrutando ante los ciudadanos que quieren lanzarse a la compra de una vivienda.

De esta forma, para no perder dinero en sus balances valoraban las viviendas que habían embargado por su precio de adquisición en lugar de por su precio actual de mercado, con lo que, si tenemos en cuenta que la tendencia del precio de la vivienda ha sido claramente a la baja en estos últimos años generaba un desfase importante.

Ello hacía que los particulares que quisieran vender su vivienda no bajaban tampoco el precio tanto como deberían, ya que se movían en un escenario de precios altos, convirtiendo la situación en la pescadilla que se mordía la cola.

Entonces, con la creación del banco “malo” las viviendas comenzarán a valorarse por su precio de mercado de una manera definitiva produciéndose un vuelco evidente en el precio de los inmuebles de nuestro país, claramente a la baja, permitiendo así la adecuación general a la realidad que estamos viviendo en estos momentos.

Esto es importante porque es la única manera de que se pueda iniciar la recuperación del sector inmobiliario en España, porque se necesita, ante todo, que el precio toque fondo de una manera definitiva. A partir de ese momento podemos empezar a plantearnos la lenta y paulatina mejora del sector en favor de precios más competitivos y de ausencia de chantaje, en virtud del poder de la financiación, por parte de las entidades financieras.

Un rayo de esperanza o la antelación de la subida del IVA

A la rica vivienda, oiga

A la rica vivienda, oiga

Según los datos que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística sobre la compraventa de viviendas nos encontramos con que, ¡al fin!, los datos son algo positivos, con un crecimiento del 3% durante este pasado mes de agosto, en tasa interanual, hasta totalizar un volumen de 27.708 operaciones de compraventa de las que un 49,8% se ejercieron sobre viviendas de segunda mano y un 50,2% sobre viviendas nuevas.

Estos datos que podrían tomarse como un rayo de esperanza, deben de ser tomados en perspectiva para comprobar que, en realidad, no aportan ninguna solución plausible a la actual situación, ya que puestos en contexto nos encontramos con que se produjeron durante el mes inmediatamente anterior a la subida del IVA.

Por tanto, es lógico pensar que muchos compradores adelantaron el momento de la compra para poder ahorrarse así el incremento impositivo que tuvo lugar a partir del 1 de septiembre, relativizando, por tanto, la importancia de la subida de compraventa de viviendas, quedándose ésta en nada.

Los expertos de la cuerda del gobierno confían, por otro lado, en que este incremento del mes de agosto se convierta en tendencia durante los próximos meses basándose en la creación del banco malo que debería de ayudar a rebajar los precios de la vivienda en nuestro país, al hacer que las propias entidades financieras empiecen a valorar las viviendas que tienen en cartera por su precio real de mercado y no por el precio de adquisición.

Pero retornando a los datos presentados por el INE, nos encontramos con que en tasa intermensual, es decir, en la comparativa entre los datos del mes de agosto y los de julio, tenemos que se produce un incremento del 1,2%, muy inferior al repunte que habíamos observado en el mes anterior, ya que julio con respecto a junio supuso un crecimiento del 7,8%.

Y en el desglose regional, tenemos que el mayor número de compraventas por cada 100.000 habitantes, La Rioja lidera el ránking con 106, seguida de Baleares, con 101 y Comunidad Valenciana, con 99. En términos absolutos, más del 60% de las compraventas se realizaron en Andalucía, 5.526, Valencia, 4.073, Cataluña, 3.835 y Madrid, 3.343.

En definitiva, datos que no invitan precisamente a la esperanza en cuanto se hurga un poco en la noticia, más allá del titular.

¿Bajarán los pisos con el banco malo?

¿Seguimos con el agua al cuello?

¿Seguimos con el agua al cuello?

Curiosa metamorfosis la que ha sufrido nuestro Ministro de Economía que ha pasado de negar una y mil veces la posibilidad de la creación de un banco malo para la maltrecha situación financiera de muchas entidades nacionales a valorar positivamente todo lo que puede generar para la economía en su conjunto, especialmente de cara al descenso del precio de la vivienda, cosas de la política, supongo.

Aún así, no podemos negar que De Guindos tiene razón. Uno de los principales lastres de la economía está siendo que las viviendas no están descendiendo tanto como deberían ya que las entidades financieras se niegan a depreciar el valor de sus activos, de todas esas viviendas que han estado embargando durante todos estos años de crisis.

Ello ha provocado un desajuste claro en el sector con lo que no ha podido lograr la recuperación que debió de haberse producido ya hace unos meses, porque las entidades financieras han estado manteniendo precios desorbitados en un momento de coyuntura económica que pedía precisamente lo contrario, aprovechando su capacidad para mantener clientes cautivos gracias a su monopolio en concepto de financiación para los clientes.

Según los expertos en la materia, con la creación de una entidad financiera “mala” los bancos y cajas podrán derivar hacia ella sus activos tóxicos, aquellas viviendas que han perdido gran parte de su valor, y éstos serán vendidos al precio que corresponde en el mercado, con lo que se beneficiarán las propias entidades, que aunque sufrirán pérdidas, al menos se desharán de sus activos tóxicos, y los propios ciudadanos que podrán acceder a viviendas mucho más económicas.

A pesar de que ya se han lanzado pequeños trazos de como se orquestará este banco malo lo cierto es que todavía no tenemos clara la letra pequeña con lo que no podemos pronunciarnos sobre su viabilidad futura en un escenario de recesión económica como la actual. Sin embargo, todo apunta a que podemos estar ante la solución menos mala para conseguir que las entidades financieras solventes no se contagien de la situación que han generado el resto de entidades, especialmente las Cajas, gobernadas en su mayoría por políticos caprichosos y guiados por los intereses creados.

Adiós a la deducción por compra de vivienda

Habrá casas baratas

Habrá casas baratas

Ya se había anunciado, pero al presentación de los próximos Presupuestos Generales del Estado lo ha terminado de confirmar: los que compren su vivienda habitual a partir del 1 de enero de 2013 no podrán desgravarse su hipoteca.

Estamos, por tanto, ante uno más de los vaivenes del Gobierno, y digo Gobierno en sentido institucional, porque hoy me he levantado muy fino:

Primero vino Zapatero a decirnos que los ricos dejarían de poder desgravarse la hipoteca y retiró esta bonificación. Allí fue cuando nos enteramos, con pasmo, de que ser rico era ganar más de veinticuatro mil euros al año. Pensamos que el pobre hombre estaba majara, pero lo que sucedía, simplemente, era que conocía lo que dejaba tras de sí y tenía buenas razones para pensar que quien ganase esa cifra pudiera considerarse rico. Y acertó.

Llegó luego Rajoy y pensó que eso era un infamia y una afrenta, sobre todo para los Registradores de la Propiedad, gremio al que pertenece, y decidió devolver a las leyes fiscales esa desgravación, permitiendo que en 2012 todo el mundo se desgravase la hipoteca. La idea oficial era que de ese modo saldrían más viviendas de la cartera de los bancos y de los constructores, se aliviaría la crisis bancaria y se desatascaría el problema del ladrillo.

Por supuesto, no fue así ni mucho menos, porque la gente no compra viviendas por tres razones: porque no tiene pasta, no se la prestan, y no sabe cuánto le va a durar el curro.

Así las cosas, el problema inmobiliario sigue tan echo polvo como hace un año, las cuentas públicas un poco peor, la herencia de Zapatero se ha convertido en la parálisis de Rajoy y desaparece de nuevo la desgravación pro hipoteca, que cuesta al Estado unos tres mil quinientos millones de euros al año.

Lo cierto es que esta desgravación es muy difícil de explicar desde el punto de vista teórico, ya que supone que los españoles pagamos a escote una parte del precio de un bien que es propiedad privada y exclusiva del que lo compra. Esto sólo es justificable en el caso de que esta propiedad suponga un bien para la comunidad y ahí es donde surgen las subvenciones (en teoría, digo), pero existiendo la posibilidad del alquiler no está ni mucho menos clara la razón pro la que, del bolsillo de todos, tenga que salir una parte del importe de una vivienda que se compra en propiedad.

¿Que es un bien de primera necesidad? Sí, claro, como la electricidad. Y en lugar de desgravar, te crujen a impuestos.

La vivienda sigue en caída libre

¡Cuidado que la vivienda baja!

¡Cuidado que la vivienda baja!

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda libre cayó durante el segundo trimestre del año en un 14,4% en tasa interanual, lo que supone el mayor descenso que sufre este índice desde el año 2007, lo cuál pone de manifiesto que las medidas del Gobierno al respecto mediante la última reforma financiera parece que están comenzando a funcionar.

En comparación con la caída que ya se había producido en el el primer trimestre nos encontramos con que se agudizado el proceso a la baja, ya que en los tres primeros meses del año experimentamos un descenso del 12,6%, es decir casi dos puntos porcentuales menos que en los meses que van desde abril a junio.

El gran problema es que con esta caída ya acumulamos un total de 17, sí, sí, 17 trimestres consecutivos de caída, lo cuál puede ser una buena noticia para aquellos que quieran comprar una vivienda, pero nefasta para los que con su esfuerzo adquirieron una vivienda en los tiempos de burbuja inmobiliaria y ahora se encuentran con que el precio de la misma se está hundiendo, y no nos engañemos, no se trata de grandes terratenientes, sino de gente como tú o yo, clase media que paga, como puede, su hipoteca de manera religiosa.

Una caída que parece haberse acelerado desde principios de 2011, cuando la caída se situaba en el 4,1%. Según los expertos económicos estos descensos se deberían de haber producido antes, pero las reticencias de las entidades financieras a rebajar el precio de las viviendas que habían embargado provocó que los descensos fueran menores de los que determinaba el mercado.

Por tanto, una vez más, nos encontramos con que el sector financiero, responsable directo de la crisis y de la tardía recuperación que estamos sufriendo, se sitúa al frente de las causas de las dificultades que sufren los ciudadanos de a pie, y a pesar de ello siguen recibiendo las ayudas de los gobiernos, lo cuál es, en gran medida, necesario habida cuenta del modelo económico en el que estamos inmersos, el cuál no tiene ningún sentido sin el sector financiero operativo a pleno rendimiento.