
Tu fantasma se preguntará qué pasa...
Hasta ahora se habían visto las hipotecas a treinta, treinta y cinco y hasta algunas, muy raras, a cincuenta años. Los bancos tradicionales estiran poco a poco estos plazos y algunos hipotecan ya a cincuenta y cinco años, pero como novedad algunas entidades privadas de préstamo están ya empezando a realizar hipotecas a noventa años, tentadas por la posibilidad de competir con cuotas más bajas y asequibles para el castigado bolsillo del ciudadano.
La idea, copiada de Gran Bretaña y Japón, donde se las conoce por hipotecas hereditarias, responde al alargamiento de la esperanza de vida y a la necesidad, cada vez más acuciante, de dar flexibilidad a los pagos en una época en la que la renta disponible ha resultado no ser la prevista.
Con estos plazos, la hipoteca está pensada para endeudarse desde muy pronto y con cuotas muy pequeñas, lo que permite emanciparse a los jóvenes ya que pueden contar desde los venite o veinticinco años con su propia vivienda, pero tiene la desventaja, obvia por otra parte, de que el coste final de la vivienda es desmesuradamente alto. De hecho, es tan alto, que uno cabe poreguntarse para qué puede servir en la práctica una hipoteca así y cual es la ventaja competitiva frente a un alquiler.
Basta con coger una calculadora para darse cuenta de que en los primeros cuarenta o cincuenta años se pagan casi exclusivamente intereses, con lo que si se quiere liquidar la hipoteca habría que pagar prácticamente entero el valor del piso, ¡y cuando el piso ya tiene cuarenta años! Y si no, habría que seguir pagando cincuenta años más. El envejecimiento de la vivienda puede no se runa variable muy importante cuando hablamos de quince o veinte años, pero cuando hablamos de noventa, la cosa cambia.
En mi opinión, no vale la pena ser propietario de algo que nunca llegará a ser tuyo y que supondrá una carga para los que vengan detrás, máxime cuando el cálculo de las cuotas hace que sigas debiendo casi lo mismo después de 40 años de pagar.
Id a nuestra sección de calculadoras y veréis cual es el precio final de un piso de 200.000 euros con un a hipoteca a 90 años. Por echaron unas risas, más que nada.