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Hipoteca, diferencial y grifo cerrado

Vista aérea de nuestra economía financiera

Vista aérea de nuestra economía financiera

Yo es que ya no sé en que mundo vivimos: se supone que los bancos son entidades que recogen el dinero de los ahorradores y se lo prestan a aquellos que pretenden hacer una inversión, pero ahora resulta que el grifo se ha cerrado y los bancos no prestan. Vale. Y si no prestan, ¿a qué se dedican?

La respuesta, creo, es que se dedican a cobrarnos comisiones por servicios que han convertido en casi imprescindibles a fuerza de burocracia y a otra cosa: a prestar, pero no a nosotros.

Los diferenciales de las hipotecas no han hecho más que crecer en los últimos meses. Antes era posible encontrar fácilmente una hipoteca con un tipo de interés, del Euribor más medio punto. Luego ese medio punto subió a seis décimas, siete, ocho, y ayer mismo, en una operación que conozco por razones familiares, le pidieron a una persona Euribor más dos puntos.

Me diréis lo mismo que yo le dije a esa persona: que se puede encontrar más barato. Y es verdad. Pero en los sitios en los que te lo dan un poco más barato te lo encarecen con comisiones diversas, obligaciones de seguros y tres abanicos de hojas de palmera para abanicar al sursum corda. Si no lo pagas por un lado lo pagas por otro: el encarecimiento de las hipotecas que se conceden está siendo descomunal y no tiene visos de detenerse.

La razón, quizás, está en que ya no interesamos al banco como clientes. Y no exagero. Pensadlo: ¿por qué nos va a prestar a nosotros el banco a un tipo del 2 % si puede prestarle al Estado al 3 o al 4% y con la garantía absoluta de que se lo devolverán?

¿Por qué nos van a dar a nosotros una hipoteca cuando ese dinero se puede meter en Bonos del Estado, en Bonos, Obligaciones y Letras del Tesoro que pagan mayor interés y tienen menos riesgo?

Para mí, está claro. No nos prestan porque mientras haya entidades públicas dispuestas a seguir endeudándose, somos clientes de segunda que creamos riesgos, pagamos mal, podemos aumentar su parque de pisos invendibles y además dejamos menos a ganar.

El ciudadano de a pie, para conseguir un duro, ya no está compitiendo sólo con otro ciudadano un poco más solvente que él, sino con el propio Estado que es, a través de su deuda, el que marca el interés que nos acabarán cobrando.

Por eso se cierran los grifos. Por eso estamos tan secos

¿Sabemos algo en realidad sobre cómo evolucionan las hipotecas?

A veces las brujas nos cazan a nosotros...

A veces las brujas nos cazan a nosotros...

A veces creo que no, que estamos a oscuras, o que nosotros mismos nos nublamos el pensamiento a fuerza de estar atentos a las noticias, los gráficos y la evolución del Euríbor. Hay gente, incluso, que cree que la constante información desorienta, y ese puede ser nuestro caso. Por eso en este blog tratamos de hablar de todo un poco aunque nuestro tema principal sea el hipotecario.

Sobre este asunto, se realizó hace unos años un curioso experimento: se  mostraba a dos grupos de personas una imagen desdibujada de una boca de incendios, siempre lo bastante borrosa como para que no fuese reconocible.  En el primer grupo, iban aumentando poco a poco la resolución de la imagen en diez pasos. En el segundo, lo hacían más deprisa, en cinco pasos, de tal modo que sólo se les mostraban las imágenes pares de las que veía el primer grupo.

Cuando se llega al punto en que ambos grupos han visto la misma imagen, por ejemplo cuando el primero va por la sexta imagen y el segundo por la tercera, resulta que es mucho más probable que los miembros del segundo grupo, que han visto menos fotos, identifiquen lo que están viendo. Pero no un poco más probable, sino mucho más probable.

De esto parece deducirse que cuanta más información  tenemos, menos conocemos las cosas, porque las hipótesis que vamos formulando por el camino nos restan capacidad de análisis de la siguiente información. El problema es que tratamos nuestras ideas preconcebidas, o nuestras hipótesis y conclusiones preeliminares como si fueran bienes, y nos cuesta deshacernos de ellas, por lo que se van convirtiendo poco a poco en un lastre.

Quizás esto sea también el origen de la gran crisis hipotecaria que padecemos y del batacazo bancario que al precedió: demasiada gente estaba  aferrada a sus ideas preconcebidas sobre que “los pisos no bajan nuncca”, y se informaba demasiado a menudo sobre las alzas constantes en los precios como para darse cuenta de lo que tenía que llegar irremediablemente.

En estos momentos, quizás vayamos por el mismo camino. O sea que ojo. Información, toda, pero sin perder la perspectiva y manteniendo una mínima higiene mental. De lo contrario acabnaremos creyendo que el coste de una hipoteca es sólo lo que nos cobra el banco. Y hay otros. Muchos otros.

La hipoteca china y el gran Yuyu

Qué tiempos aquellos en que nos comparaban con los ricos...

Qué tiempos aquellos en que nos comparaban con los ricos...

Dicen que China está revuelta porque un trabajador de ese país tiene que ahorrar el salario de catorce años para poder comprarse una vivienda, mientras que en otros países la media es de seis o siete.

Dejando aparte la malsana envidia que producen esos países donde la vivienda se compra con el sueldo de seis años, uno no puede dejar de preguntarse, ante semejantes datos, a qué altura empezamos a quedar aquí, cuando un piso medio cuesta alrededor de 180.000 euros y una salario medios ronda los 1400 euros. La cuenta, a ojo, y para los términos medios, son diez años y medio. Y las hipotecas, cada vez más largas, como sabéis, pero esa es otra.

Ahora, si me lo permitís, os diré por qué estamos peor que ellos y luego, si queréis, lo debatimos en los comentarios.

Catorce años es más que diez y medio, de acuerdo, ¿pero no os dais cuenta de que aquello es una dictadura y aún así este tema supone una amenaza para la paz social? El hecho, al menos el que yo deduzco, es que ellos están peor que nosotros, pero nosotros somos mucho más mansos y conformistas que ellos, o vivimos en una dictadura mucho más férrea que la china aunque no queramos darnos cuenta.

A veces este tipo de comparaciones ayuda a abrir los ojos. El otro día, pro ejemplo, me enteré de que una gran empresa quería poner un call center para llamadas a larga distancia en mi ciudad. Todo el mundo lo celebraba, pero yo me pregunté: si pueden elegir Marruecos, Colombia, Ecuador o tu pueblo, y eligen tu pueblo, ¿de veras crees que es como para celebrarlo?

Algo va aún peor de lo que pensábamos, me temo.

 

La hipoteca y el factor demográfico

El caso es parchear...

El caso es parchear...

Está claro: sobran pisos porque no se venden los que hay, y también, hay que decirlo, porque algunos que estaban siendo ocupados por inmigrantes van quedando vacíos a medida que algunos extranjeros regresan a sus paises ante la mala situación que padecemos. A esto se le llama un movimiento procíclico: en los buenos tiempos hacen falta más viviendas, y en los malos se desocupan las antiguas y quedan sin vender las recién construidas.

Creo que ya he dicho alguna vez que la salvación del sector inmobiliario sólo puede venir por el aumento de la natalidad o el aumento de los divorcios. Bromeo, por supuesto, pero procuro decir algo de verdad también en las bromas: el hecho es que el tamaño de la unidad familiar y su progresiva desintegración ha tenido mucho que ver con el auge inmobiliario y de las hipotecas que hemos “disfrutado” los años anteriores.

Cuando una familia se convierte en dos, por un divorcio, se necesitan dos pisos en vez de uno. Cuando la gente prefiere vivir sola a compartir piso, se necesitan más viviendas. Todo eso es tan obvio como que el sector de la construcción podría reflotarse por el simple método de ayudar a los jóvenes a emanciparse.

Si hubiese verdaderas ayudas para que los jóvenes salieran de casa de sus padres, o se consiguiese de algún modo que en España no viviera la gente con sus padres hasta los treinta años, tendríamos media crisis solucionada.

Pero en un país donde el paro juvenil es el 40 % y el nivel educativo sigues desplomándose sin que nadie sepa dónde puede acabar, es muy difícil que las generaciones más jóvenes entren en el mercado laboral, y si no entran en el mercado laboral, no se emancipan, no demandan la viviendas que deberían demandar, no cotizan ala seguridad social y no tienen hijos que sirvan de reemplazo en el futuro.

¿Os dais cuenta de qué clase de desastre estamos describiendo?

A veces las raíces de una crisis como esta son mucho más profundas que cuatro pufos bancarios y un exceso de alegría a la hora de gastar.

 

 

El pico del petróleo (y la pala que lo acompaña)

Tendremos que adoptar extrañas formas económicas, me temo.

Tendremos que adoptar extrañas formas económicas, me temo.

Para que no digáis que no regresamos con ideas nuevas, voy a hablar hoy de un tema que aparentemente se aleja de la temática de este blog pero que, en realidad, tiene mucho que ver con la futura evolución del precio de la vivienda y las hipotecas.

Se trata de la posibilidad, cada vez más cierta, de que hayamos llegado a lo que se llama el pico de la producción de petróleo.

No voy a ser uno más de los que, cada cierto tiempo y desde los años del rey Sigifredo, dicen que el petróleo se va a acabar en breve. El petróleo se acabará, cierto, pero no será esta semana ni tampoco de repente.

Lo que sí ha sucedido, y vamos a analizar juntos su impacto, es que la producción mundial de petróleo ha dejado de crecer desde 2005. Los datos son de la Organización Internacional de la Energía y vienen a significar que, aunque la demanda ha seguido creciendo a buen ritmo, sobre todo por la incorporación de las economías emergentes, la producción no ha crecido al mismo ritmo, lo que explica el encarecimiento del barril, que se ha estabilizado alrededor de los 80 $, un precio que antes considerábamos insostenible.

Por tanto, si no se produce una reducción de la demanda, el precio seguirá aumentando, y de manera mucho más rápida que hasta el momento, porque lo cierto es que existe un problema añadido: el petróleo hay que sacarlo cada vez de capas más profundas o extraerlo de yacimientos más pobres, y aunque todos pensemos que el petróleo se mide en barriles, no es cierto: se mide en la energía que produce, una energía que ha descendido en casi un 20 % desde los años setenta pro la menor calidad del crudo.

¿Os parece raro? No lo es. La alcoholemia no se mide en vinos, cubatas y cañas, sino en tasa de alcohol en sangre. Con el petróleo pasa igual: si antes se extraían 100 litros de gasolina de un barril, por ejemplo, hoy sólo se extraen 75.

Ese es el camino por el que nos movemos hacia una terrible crisis energética que encarecerá todo el desplazamiento.

Las consecuencias son variadas y las iremos analizando poco a poco, pero pensad en dos: intenresa menos deslocalizar la producción e interesa menos residir lejos del puesto de trabajo. Las implicaciones de ambos temas son enormes.

Os dejo incluso un enlace a un artículo en el que se habla de la modificación teórica del radio de la Tierra: http://www.quintopino.org/economia/el-radio-de-la-tierra-es-variable/

¿Cómo lo veis?

 

 

 

 

Vuelta a la rutina con las hipotecas más altas

Todos queremos volver a la playa

Todos queremos volver a la playa

Parece que mi capacidad predictiva ha mejorado sustancialmente con la llegada de los calores, porque las dos principales predicciones que realicé antes de marcharme de vacaciones, hará cosa de un mes, se han cumplido al 100%: ayer, día 1 de septiembre, volví a trabajar, tras un corto mes de asueto, y el Euríbor cerró agosto por encima de la cifra de 2009.

La primera predicción no creo que le importe a mucha gente más que a mí mismo, y a los que tienen que soportar mi malhumor, que ahora puedo excusar bajo los efectos de la depresión postvacacional, pero la segunda, me temo que sí es un asunto de interés general.

Porque como te anuncié allá por el mes de julio, el Euríbor seguiría su escalada durante el mes de agosto, cerrando el mes por encima de su valor del año 2009, lo que supondrá que todas aquellas hipotecas que revisen en uno o dos meses lo hagan al alza.

Es decir, las rebajas ya terminaron, al menos en términos de hipotecas, y se acabó aquellos días maravillosos en los que cada revisión se convertía en una auténtica alegría (siempre y cuando no se tuviera firmada, sabiéndolo, o no, una cláusula suelo, claro está), porque ahora llegan los días negros de subidas, unas subidas que no serán demasiado elevadas, pero que sí comenzaremos a notar en nuestros bolsillos.

En definitiva, y sin tanta palabrería propia de alguien que todavía sufre los efectos del sol en la cabellera, que el Euríbor ha cerrado el mes de agosto en el 1,421%, por encima del 1,373%, con el que cerró julio, y, lo que es más importante, también por encima del 1,334% de agosto del año 2009.

Eso significa que todas aquellas hipotecas que tomen como referencia el Euríbor de agosto a la hora de revisar el tipo de interés aplicado, es decir, todas las que revisen entre septiembre y octubre, sufrirán la subida de la que te hablaba antes.

¿Es o no es el regalo perfecto para la vuelta de vacaciones? Si a ello le añadimos que nos han subido el IVA, que cada vez pagamos más impuestos y que la estabilidad de nuestros puestos de trabajo todavía está por demostrar, no nos queda otra que alegrarnos de regresar a nuestra rutina diaria.

La última oportunidad de revisar a la baja las hipotecas

El tiempo de felicidad de los hipotecados llega a su fin

El tiempo de felicidad de los hipotecados llega a su fin

El tiempo se acaba, los momentos felices en los que todas las revisiones eran a la baja, al menos hasta el el suelo al que nos habíamos comprometido al firmar el contrato de hipoteca, están a punto de acabar, seguramente ya en el mes de agosto, a partir de cuyo momento todas las revisiones serán al alza.

Este mes de julio que se nos escapa entre las manos será el último en el que la tasa mensual del Euribor será menor que la tasa de hace un año, con lo que las revisiones que tengan lugar en los meses de agosto y septiembre, que suelen ser las que toman como referencia julio, serán a la baja. A partir de ahí una nueva bajada a los infiernos.

Aunque de momento no nos quemaremos, porque parece que el ritmo de crecimiento del Euribor está siguiendo la senda marcada por los analistas y no se están produciendo crecimientos grandes, por lo que las subidas en las cuotas serán mínimas en los primeros meses, pero subidas al fin y al cabo.

Unas subidas que se repetirán a lo largo de todo el año y durante el año que viene hasta que el Euribor se vuelva a situar en cifras consideradas como “normales” por los expertos en la materia, valores que estarían entre el 2 y el 3%, los cuáles ayudarían a estabilizar la economía.

Porque muchos bancos están justificando sus pérdidas actuales en el abaratamiento de las cuotas mensuales por culpa de los valores tan bajos en la tasa del Euribor. Ya que con valores tan bajos todo está más ajustado, y entre ese todo se encuentran los márgenes con los que trabajan las entidades financieras.

Unas entidades financieras de las que podemos estar orgullosos en nuestro país, la verdad, porque somos la única nación occidental que no ha tenido que inyectar liquidez a los bancos y aún así estos se han mantenido solventes en todo momento, y ahora han demostrado su eficiencia gracias a las pruebas de resistencia.

Y de todo ello debemos de dar gracias al caso Banesto de principios de los 90, que hizo saltar la alarma en el mundo financiero español, y cambió las reglas de juego, haciendo más rigurosas las reservas de los bancos y en general todas sus actuaciones.

Creciendo que es gerundio, el Euribor sigue hacia arriba

El Euribor crece feliz, como una florecilla en el campo

El Euribor crece feliz, como una florecilla en el campo

El Euribor parece ser el único índice estadístico que está haciendo caso a las previsiones, y según se venía venir está creciendo, lento pero estable, mes a mes, cerrando el mes de junio que terminamos ayer en el 1,281%, es decir, 0,024 puntos porcentuales más que en el mes de mayo, cuando cerró en el 1,249%.

Sin embargo, todavía no hay que alarmarse, o no demasiado todavía, porque aún estamos en esa situación en la que todos los que revisen hipoteca en un par de meses, para lo cuál se tomará como referencia el Euribor de junio, pueden estar tranquilos, porque todavía es más bajo que hace un año.

Pero esa situación tiene toda la pinta de llegar a su fin, porque el valor del Euribor ya se está acercando a las cifras del año pasado. El dato de junio de 2010 es el más elevado desde agosto de 2009, momento en el que el índice de referencia estaba en el 1,334%, es decir, que estamos a tiro de piedra.

No obstante, tampoco podemos rasgarnos las vestiduras, porque siguiendo las previsiones y a pesar de cierto momento de pavor ante la crisis griega y el ataque especulativo a España, el crecimiento está siendo muy paulatino, con lo que ninguna hipoteca sufrirá grandes crecimientos en cuota.

De esta manera los consumidores pueden ir adecuando su presupuesto familiar más cómodamente, con un año de margen para prepararse para la siguiente revisión, que volverá a ser al alza, porque mucho me temo que esto no va a parar, amigo, ya que va hacia arriba.

Nadie sabe donde se colocará el techo de este crecimiento del Euribor, pero las previsiones de principio de año hablaban de un Euribor cercano al 2% al final de 2010, y por lo que se está viendo no iban muy desencaminados, aunque, eso sí, parece que se quedará por debajo de ese 2%.

Si la cosa va más o menos normal, es decir, si las economías comienzan a salir poco a poco de la crisis el año que viene, es más que probable que estemos hablando, entonces, de un Euribor sobre el 2,20-2,50%, cifra que debería de mantenerse durante un tiempo.

Pero claro, esto son sólo previsiones, elucubraciones sobre un presente que tenemos ahora, pero vete tú a saber lo que estará pasando dentro de unos meses, vete tú a saber como afecta la subida del IVA a la economía, demasiadas incógnitas para tenerlas todas en cuenta de manera eficiente.

Así que estamos un poco en el alambre, como siempre que se hace una previsión económica.

Crédito hipotecario

Cuidado con las cosas que parecen ser las mismas que otras que conocemos.

Cuidado con las cosas que parecen ser las mismas que otras que conocemos.

Hoy el General Obvio va a lanzar un ataque, así que poneos a cubierto.

Me doy cuenta de que a fuerza de hablar de cosas un poco complicadas acabo por dejar en el tintero los fundamentos de lo que se supone que hacemos aquí, y al ir al buscado he comprobado que no hay aún ningún artículo dedicado a los créditos hipotecarios, una modalidad hipotecaria muy inetresante para las personas que hayan podido pensar en comprar una casa antigua y reformarla, algo cada vez más habitual pro todo tipo de razones.

Un crédito hipotecario es un contrato por el que una entidad financiera, ya sea Banco, Caja de Ahorros o cualquier chiringuito similar legalmente establecido, concede una cantidad de dinero como financiación de la compra, reforma o mejora de un bien inmueble, de modo que el que lo recibe puede ir disponiendo de ese dinero progresivamente y a medida que lo necesite, sin tener que pagar los intereses por todo el capital como sucedería en la hipoteca tradicional. En el caso del crédito hipotecario, la cantidad que deberá pagarse dividirá en dos concpetos: por saldo dispuesto, y por saldo no dispuesto.

El tipo de interés por el saldo dispuesto suele ser un poco superior al del hipotecario normal, llegando a Euribor más un punto o punto y pico. El interés por el saldo no dispuesto, que es el dinero que aún no hemos utilizado, puede ser cercano a cero y es importante negociar esta parte.

Al no ser fija la cantidad que se debe, no son fijas tampoco las cuotas. Lo que sí es como siempre, como de costumbre, es el procedimiento de embargo en caso de impago.

Este tipo de financiación es particularmente útil a la hora de reformar una vivienda, por ejemplo, puesto que los gastos se realizan en un periodo de tiempo que puede ser entre largo, o muy lago, dependiendo de los albañiles.

O eterno, incluso.

Pero no me tiréis de la lengua.

Cómo se calcula el Euribor

Momento en que está a punto de calcularse el Euríbor por parte de los dioses...

Momento en que está a punto de calcularse el Euríbor por parte de los dioses...

El Euribor es ese monstruo que nos trae a vueltas y del que ahora hablamos poco con la esperanza que no se despierte para comernos a todos, como en los cuentos de los niños. De todas maneras, habrá que hablar alguna vez de él, aunque sólo sea para conocerlo mejor. El Euribor a un año es el tipo oficial de referencia más usado en las hipotecas. Entro en vigor en el año 2000 y desde entonces hemos aprendido a temerlo, en lugar de al antiguo MIBOR, que era el mismo bicho pero con el collar tasado en pesetas.

Euribor, como casi todo en estos tiempos es una abreviatura, y significa Europe Interbank Offered Rate, o dicho en cristiano, “tipo europeo de oferta interbancaria“. Esto viene a decior que el Euribor es el tipo de interés que los bancos se cobran entre sí por las operaciones de préstamo. Y para los que les gusten las matemáticas, añado que el Euribor se define como la media simple de los tipos de interés diarios dispuestos para las operaciones cruzadas al plazo de un año en el mercado de depósitos interbancarios de la zona Euro, tomando como referencia las entidades financieras de mayor volumen negociado.

Y ahora, en detalle, el proceso de cálculo de esta gloriosa variable. Una curiosidad: no lo calcula el Banco Central Europeo, sino la agencia Reuters. ¿A que suena raro?

Todos los días se le pide a cada banco de referencia que envíe sus tipos de interés antes de las once de la mañana. Luego, a las once, la agencia Reuters realiza el cálculo del nuevo valor del Euribor, para lo cuál elimina los extremos más altos y más bajos de todos los bancos que han aportado sus datos y calcula la media aritmética del resto de valores, con una precisión de tres decimales.

Por último, Reuters publica la cifra a los cuatro vientos, ¡y ya está! De eso vivimos pendientes.

¿A que es bonito?

Suavemente el Euribor nos va matando

El Euribor nos mata suavemente

El Euribor nos mata suavemente

Suavemente nos mata, y nosotros no nos damos cuenta, suavemente va subiendo y nosotros no queremos enterarnos, pero poco a poco, muy poco a poco notamos como la cosa ya no va hacia abajo, sino hacia arriba, y eso no es bueno, nada bueno, aunque es de agradecer que la subida no sea brusca.

El Euribor ha cerrado el mes de mayo en el 1,249%, lo cuál supone una subida de de dos centésimas con respecto al valor que registraba en el mes de abril, cuando quedó fijado en el 1,225%, demostrándonos lo que ya habíamos ido notando, y es que el Euribor ha rebotado y a partir de ahora comenzará a subir todos los meses.

Sin embargo, no hay que llevarse las manos a la cabeza, al menos no todavía, porque si comparamos este valor con el de un año vemos que la diferencia todavía es notable. En mayo de 2009 cerrábamos con un Euribor situado en el 1,644%, por lo que todavía estamos mejor que hace un año.

Esta comparación anual es muy, pero que muy importante, ya que es la que se tomará en cuenta a la hora de determinar el tipo de interés que se aplica a nuestras hipotecas. Así, aquellos hipotecados que tengan que revisar su tipo de interés en el mes de julio todavía revisarán a la baja, ya que el Euribor de mayo, que es el que la mayoría de hipotecas que revisan en julio tienen en cuenta, es inferior que el de hace un año.

De hecho, no podremos quejarnos de la situación hasta que el Euribor, comparado con el mismo mes del año anterior, no se encuentre por encima, porque en ese momento estaremos en una situación en la que el tipo de interés a aplicar tras la revisión será superior y la cuota, por tanto, también quedará por encima de la que se venía pagando hasta ese momento.

Al final tenemos que dar gracias y todo de que el Euribor no esté subiendo a gran velocidad, y eso que a principio de este mes de mayo la cosa pintaba muy mal, debido a la debilidad del Euro. Por suerte, los gobiernos de los países miembros se dieron cuenta de la situación y tomaron las medidas necesarias para evitar la catástrofe.

En definitiva, el Euribor ya ha rebotado por lo que comienza su subida aunque, de momento, sigue siendo lenta y pausada.

Acción-reacción, rescate financiero-Euríbor baja

El mundo financiero es una casa de locos

El mundo financiero es una casa de locos

Este pasado fin de semana ha sido una cosa de locos, y el día de ayer, lunes, fue la confirmación de la locura colectiva que se ha apoderado de toda la zona euro, de todos los países europeos, y de todos los especuladores del mundo, que no hacen sino confirmar que el mundo financiero actual se maneja con castillos en el aire, sin nada físico sobre lo que apoyarse.

Si la semana pasada te decía que el Euríbor comenzaba su fase alcista y lo hacía a una velocidad de vértigo con motivo de la crisis griega, hoy me tengo que comer mis palabras con patatas, porque la acción conjunta de los Gobiernos europeos para proteger la moneda única han calmado a los mercados financieros, han eliminado de un hachazo cualquier tentativa de los especuladores y han conseguido que el Euríbor se relaje.

El mayor problema del Euro estaba siendo la capacidad de los especuladores financieros de generar una cantidad suficiente de decisiones microeconómicas a lo largo del mundo que perjudicaran la moneda europea a través de la rumorología, más o menos fundada. Sin embargo, esos rumores que sonaban a cantos de sirena para los pequeños inversores, ignorantes de lo que se mueve en las altas esferas, se han esfumado con el plan de acción de los Gobiernos europeos de este fin de semana.

750.000 millones de euros dan para mucho, y de momento han dado para que el Euro se pueda sentir tranquilo, y para que las tensiones financieras que habíamos estado viviendo estos días desaparezcan, generando un pequeño descenso del Euríbor, y, en general, su estabilización.

Sin embargo, una vez pasada la tormenta es el momento para realizar las reflexiones necesarias que nos lleven a plantearnos una reforma estructural del mercado financiero, el cuál maneja el mundo a su antojo ante la mirada cómplice de los gobiernos, que sólo actúan en situaciones de emergencia como la actual.

Mientras sigamos en un mundo asimétrico, con actividades comerciales y financieras supranacionales, pero con gobiernos nacionales, los pobres ciudadanos de a pie no tendremos otra cosa que hacer más que pagar religiosamente nuestras cuotas hipotecarias, al son que nos marquen las decisiones de los gurús financieros, que siguen tan libres como antes de empezar la crisis.

Entonces, ¿para qué ha servido la crisis? Sólo para que algunos sean más ricos todavía, y para que la mayoría seamos más pobres.