Archivo por meses: enero 2010

Jubilación a los 67

Cualquier día harán ir a trabajar hasta a los muertos (pero sólo a algunos, no penséis...)

Cualquier día harán ir a trabajar hasta a los muertos (pero sólo a algunos, no penséis...)

Hasta los miembros de su Gobierno lo dicen por los pasillos: Zapatero se levantó ocurrente y decidió, de pronto, sin encomendarse a Dios ni al diablo, subir la edad de jubilación a los 67 años.

Por lo visto, muchos de sus ministros se enteraron por la prensa de esta medida, que ha pillado por sorpresa a propios y a extraños. Como supongo que ya habéis leído algo al respecto, me permito explicar muy por encima, si la risa me deja, en qué consiste la idea:

A partir de 2013 la gente se empezará a jubilar con 65 años y dos meses, y la edad de jubilación se aumentará en dos meses al año hasta que en 2025 tengamos la cifra propuesta: 67.

Lo cierto es que el la Seguridad Social iba de cabeza a la quiebra y había que hacer algo, y enseguida, para evitar su colapso en los próximos años, cuando el número de activos fuese más o menos igual al de inactivos. Las cifras indican, más o menos, que en 2040 está previsto que haya un 32 % de jubilados, lo que sumado a los menores de edad hace que tengamos a un trabajador por cada español pasivo. Y eso contando con que no haya paro, por supuesto.

Con esto, como veis, no hago más que sumarme a la broma: había que hacer algo enseguida, y hasta 2013 (año posterior al de las elecciones, ojo al dato) no se empieza a subir el tope de la jubilación, y sólo dos meses. Había que hacer algo urgente y resulta que lo posponen quince años, lo que, sabiendo como sabemos el modo en que se rige este país, significa que aún veremos otras diez o doce ocurrencias, ocho reformas, treinta y tres enmiendas y setenta y ocho borradores. O sea, nada.

Pero no voy a decir que esta medida es un brindis al sol, porque contiene su significado, y muy importante: que la cobardía política del gobierno no conoce límites ni pudor.

Pero ya de la que estamos, analizamos las consecuencias muy brevemente, de este retraso en la edad de jubilación:

Los que cobran más y son más difícil de despedir (y por tanto hacen menos, porque echarán a otros) se incrustan aún más en la empresa o la función pública.

-El paro juvenil, que ya es bestial (40 %), aumentará aún más si se llega a aprobar una barbaridad así.

El aumento de la vida laboral no compensa, ni de lejos, el aumento de la esperanza de vida. Es un puñetero y mierdoso parche para no abordar medidas de verdadero calado (por ejemplo, decir no a la prejubilaciones que tanto gustan a las grandes multinacionales).

Hay muchos otros efectos, pero cuento con que los vayáis citando vosotros.

 

 


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Donde dije digo, digo cambio (y corto)

Hipotecado negociando con el banco el cambio de hipoteca con las fuerzas armadas (y las que se van a armar)

Hipotecado negociando con el banco el cambio de hipoteca con las fuerzas armadas (y las que se van a armar)

– Españolito Hipotecado (EH) llamando a entidad financiera, ¿me oye?

– Entidad financiera (EF): sí, alto y claro. Cambio.

– EH: Eso digo yo: cambio…  La hipoteca de banco.

– EF: ¿mande? No oigo nada. Cambio.

– EH: es mi Scattergories-hipoteca y me la llevo. Cambio.

– EF: te pierdo, no oigo nada. Cambio.

– EH: que digo que ya no te acepto como animal de compañía. Cambio y corto.

Aunque no lo parezca, esta conversación se produjo más de 60.000 veces el año pasado en lo que supone una cifra récord de subrogación de hipotecas según el INE, ese Zeus de las estadísticas que dice que el número de hipotecados que hicieron un corte de mangas a su entidad financiera creció un 16% respecto a 2008, cuando ya había crecido un 7% respecto a 2007.

En estos tiempos de crisis, en los que la pela es la pela más que nunca, muchos hipotecados han pasado de estar con su banco como Pili y Mili a estar como Pimpinela y marcharse atraídos por los cantos de sirena de otra entidad.

Así es el capitalismo: sin piedad y sin escrúpulos; yo te robo los clientes, tú me robas los clientes y aquí paz y después gloria, porque el “yo te doy cremita, tú me das cremita” se queda sólo para los anuncios.

Lo mejor de todo es que ponerle los cuernos al banco está bien visto, ya sea porque te quieres deshacer del suelo de la hipoteca, para encontrar un diferencial más benévolo o porque los otros te prometen el oro y el moro: los muebles de la casa, un crucero, perdonarte parte de la hipoteca… Y próximamente una cita con Elsa Pataky y un tour por el Vaticano.

Otra parte curiosa es que todos creen que ganan, aunque en el caso de los hipotecados está por ver porque mi instinto de espía me dice que estas entidades son todas el mismo perro con distinto collar.

En su caso sí está clara la ganancia: ¿qué es condonar una insignificante parte de la hipoteca a cambio de conseguir un cliente que sabes que paga religiosamente sus cuotas desde hace años y que el departamento de riesgos verá solvente? No tiene precio.

Aunque no se concedan casi hipotecas, con las subrogaciones las que ya hay se mueven más que un palomo cojo. Qué le vamos a hacer si está de moda. Si la madre de la Pajín es tránsfuga, ¿por qué no lo podemos ser los hipotecados?

Ale, a pertrecharse y buscar el mejor postor, prometo que los hay que te dan hipotecas a 45 euros, pero cuidado al adentraros en el lado oscuro porque, aunque no lo parezca, los bancos siguen estando más agarraos que un chotis. Sí, pi. Palabra de Matahari.

Menos es más, más es menos, menos dinero para las hipotecas

¿Quieres una casa? Olvídate del banco que no te va a dar el dinero

¿Quieres una casa? Olvídate del banco que no te va a dar el dinero

Que los bancos estaban dando menos hipotecas y las que daban eran de menos dinero ya lo sabíamos, lo intuíamos, lo habíamos sufrido en nuestras propias carnes, pero ahora ya tenemos la certeza estadística.

Nada es cierto del todo hasta que el INE se pronuncia y ahora lo ha hecho, lo ha hecho lanzando una cifra media para las hipotecas constituidas en noviembre de 2009, una cifra que se queda en 135.657 euros.

Que así dicho no suena a nada, ni bien ni mal, pero que si la comparamos con los datos de un año antes nos encontramos con una reducción de un 9.9%, muy por encima del porcentaje de disminución del precio de los pisos.

Por tanto, tenemos que el dinero que prestan los bancos ha disminuido por encima de lo que han bajado los precios, lo cuál no cuadra por ningún lado, porque entonces, o la gente está pagando a “tocateja” o no entiendo como se están comprando los pisos que se están comprando.

Está claro que los bancos están haciendo lo que quieren, nos están tratando como tontos y se están guardando el dinero para poder cuadrar sus balances sin pensar en la pobre gente, como tú y como yo, que queremos comprarnos un piso.

El sentido común dice que el precio de las viviendas debería de ser coherente con la cantidad que prestan los bancos para las hipotecas, porque en otro caso el sistema se va a venir abajo, es totalmente insostenible.

No tiene sentido que el precio de una vivienda haya bajado de 105 a 100, pero que el banco haya reducido el dinero que me presta de 85 a 75, algo falla en el sistema.

Un sistema que ha sido creado por los bancos, para los bancos y sus propios beneficios, y perjudicándonos a nosotros, los pobres curritos que sufragamos las deudas de las entidades financieras pero que no vemos, ni de lejos, los beneficios que acumulan en época de bonanza.

Y los gobiernos, que saben lo que se juegan en el envite, nos ignoran de manera deliberada y se limitan a ejecutar sus leyes al dictado de las entidades financieras que manejan los hilos del poder a su antojo.

Los fallos del colectivismo (III): desincentivación del esfuerzo y penalización de la excelencia.

Cuando trabajar bien no sirve de nada, pasan cosas como esta

Cuando trabajar bien no sirve de nada, pasan cosas como esta

Dentro de este recorrido por los fallos de los sistemas socialistas y comunistas llegamos hoy a una lacra de difícil solución: la desincentivación del esfuerzo.

Podíamos hablar otra vez del mono que no trabaja y que precisamente por no trabajar se vuelve más competitivo con las hembras, tiene mejor salud, y vive más años, pero de eso ya hablamos el otro día.

Hoy, en cambio, como pidieron algunos lectores, voy a tratar de abordar el asunto desde una óptica cercana: la igualdad o equivalencia entre el que hace algo, el que hace mucho, y el que no hace nada. La igualdad o equivalencia entre el perfeccionista, el que trata de mejorar las cosas, el indolente y el que simplemente es un chapucero y un marrano.

Todo eso nos suena cercano y conocido, ¿verdad? Pues bien: ese es el pilar fundamental de las relaciones laborales en el socialismo. Y lo mismo que ocurre en una empresa cuando se trata igual a los que cumplen o a los que no, sucede en un país, pero a lo grande.

En nuestras economías capitalistas hay una reminiscencia de ese sistema, fomentada a ultranza por los sindicatos de izquierda (que son casi todos): la negociación colectiva. Los sindicatos detestan todo aquello que pueda servir para distinguir al buen trabajador del malo, y se amparan en que estos mecanismos se utilizan para cometer abusos y arbitrariedades contra los trabajadores. Es totalmente cierto, pero no cabe olvidar que tratar igual a todos es un abuso y una arbitrariedad ya en sí misma, con lo que cometer un desmán para evitar otro no puede ser una mejora. Es simplemente un trasvase de poder y una presión a la baja sobre la productividad. ¿Cual es la idea? Que todos trabajen como el que menos, porque trabajar como el que más es de idiotas.

Los sistemas socialistas y comunistas se basan en esto: los recursos son del Estado y los trabajadores son todos iguales. En estas condiciones, mejorar un producto, hacerlo más eficiente, más duradero o de mejor calidad no tiene sentido, pues el Estado garantiza que no habrá otro producto en el mercado compitiendo con el tuyo. Los consumidores te comprarán a ti obligatoriamente, y al precio que se fije. La calidad y la eficiencia no cuentan.

La producción en los sistemas comunistas y socialistas es como la comida en la cárcel: como no hay otra cosa, todo está bien. Cualquier iniciativa para mejorar el producto aumentará el esfuerzo y nadie querrá asumir ese sacrificio a cambio de nada. Los sistemas comunistas sólo avanzan cuando deben competir, como en la carrera armamentística contra Occidente, la carrera espacial, o la guerra contra los nazis. Sin competencia exterior, se hunden en su propia inoperancia, su indiferencia y la falta de incentivos para trabajar más, trabajar mejor o mejorar lo que se produce.

En ese sentido podríamos decir que los funcionarios operan a menudo como un estado socialista propio dentro de un sistema capitalista, pero esos matices os los dejo para vosotros, en los comentarios, que yo ya me he vuelto a pasar de extensión.

A ver si entre todos tenemos un buen debate.

 

El que no llora no mama, y las empresas inmobiliarias comienzan a llorar para mamar

Papá Estado sigue dando de mamar al sector inmobiliario, generador de la crisis actual

Papá Estado sigue dando de mamar al sector inmobiliario, generador de la crisis actual

Está claro que el que no llora no mama, y que la mejor forma de conseguir dinero público, de ese que pagamos tú y yo con nuestros impuestos, con nuestros impuestos abusivos y que luego mira para lo que sirven.

Sirvieron para avalar a las entidades financieras, que sí que son necesarias para que nuestro circo económico funcione, pero, claro, también podían haber guardado cuando iban bien, como todo hijo de vecino, como tú y yo, protegiendo parte de los beneficios para las épocas de crisis.

Luego sirvieron para subvencionar a las empresas automovilísiticas, incluyendo a los concesionarios de coches, que, igual que los bancos, habían ganado dinero a expuertas pero ninguno tuvo la suficiente cabeza como para ahorrar para épocas de crisis.

Y ahora, parece que va a servir para salvar a las empresas inmobiliarias, o al menos eso es lo que pide Santos González, que por lo que parece, que yo no lo sabía, es el Presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE para los amigos).

Pues este hombre, el tal Santos González, ha hecho unas declaraciones en las que advierte que el nivel de endeudamiento hipotecarios de las empresas inmobiliarias, constructoras y promotoras, es inasumible por el sector financiero.

Y amparado en estas conclusiones solicita, de manera indirecta, ayudas públicas para estas empresas para que puedan salir de esta situación insostenible porque si no están condenadas a la desaparición, propiciando el fin del sector.

Eso sí, dice que las empresas inmobiliarias deberían comprometerse a no volver a cometer las mismas tropelías en las que han incurrido en estos últimos años, vamos, exactamente igual que las entidades financieras estadounidenses, que pidieron dinero público por sus excesos, prometiendo no volver a cometerlos y ahora han vuelto a caer en ellos.

Pero digo yo, si yo soy autónomo y pierdo clientes o no puedo mantener mi nivel de deuda, me toca cerrar mi negocio y el gobierno no viene a ayudarme, entonces, ¿por qué va a ayudar el gobierno a las empresas inmobiliarias?

Yo quiero que mis impuestos se dediquen a ayudar a los ciudadanos de a pie y a salvar a los autónomos que tienen que cerrar sus pequeños negocios, no a estas grandes corporaciones en las que los propietarios no son responsables y siguen teniendo sus ahorros en alguna cuenta de un paraíso financiero perdido.

Los bancos inventan nuevas cláusulas cárcel. ¡¡Cuidado!!

Un banco poniéndose tierno

Aparentemente, un banco poniéndose tierno. En realidad, oficial de la 9ª División Panzer de las SS

Disculpadme si me pongo poético:

Los bancos son fieras carnívoras que necesitan grandes cantidades de alimento para mantener su metabolismo depredador de cuentas de resultados siempre crecientes. Ahora, en plena sequía, el medio ambiente no colabora en la caza y tienen que inventar nuevos mecanismos para lograr sostener su cruenta fisiología.

Para los que hayáis firmado una hipoteca después de 2007 o la vayáis a firmar ahora, hay una cláusula llamada ” COMPENSACIÓN DE RIESGO POR TIPO DE INTERÉS“, que es totalmente legal, pero que obliga a pagar una fuerte cantidad de dinero si se quiere liquidar la hipoteca, ya sea para llevársela a otro banco, o porque hemos heredado a un tío América, o nos ha tocado la primitiva.

La clave para saber si nos va a afectar o no es la revisión de la hipoteca: si nos revisan el tipo de interés cada 12 meses, o cada menos, estamos salvados. Pero si tenemos una hipoteca a tipo fijo, o una de esas nuevas hipotecas que se revisan cada 18 meses (supuestamente para darnos estabilidad), entonces estamos jodidos.

Os lo cuento para que lo miréis en vuestros contratos aquellos a los que os pueda afectar, y para que lo tengáis en cuenta los que estéis a punto de firmar una hipoteca: mucho cuidado con esta cláusula si la revisión de la hipoteca es por periodos superiores al año.

También hay que tener cuidado con la CLÁUSULA DE DESISTIMIENTO, que no es más que un simple truco de diccionario para volver a cobrar la comisión por cancelación, pero llamándole de otro modo. Esta cláusula indica que habrá que pagar entre el 0,25 y el 0,5 % de todo el capital de la hipoteca en caso de cancelarla, ya sea para llevársela a otro sitio o porque se paga en su totalidad.

Sólo hay un modo de evitar estos truco, así que tomad nota: antes de ir a firmar la hipoteca, pedid una oferta vinculante y un proyecto de escritura. Y os lo leéis tranquilamente, antes de ir a la notaría. Luego, si lo que os dieron y lo que se presentó a la notaría no coinciden, hay modos de denunciar (aunque lo mejor es estar atento también en la notaría). Pero sin esta precaución, seréis alimento de las fieras.

Avisados vais.

Crédito hipotecario

Con un poco de técnica y de pericia, todo se consigue...

Con un poco de técnica y de pericia, todo se consigue...

Aunque muchos penséis, a primera vista, que un crédito hipotecario es lo mismo que una hipoteca, existen algunas importantes diferencias que convierten a este producto en una opción interesante para algunos casos determinados. O dicho de otro modo: que os servirá o no, pero es importanbte saber que existe.

El crédito hipotecario es una forma de financiación a largo plazo mediante la que la entidad financiera concede una determinada cantidad de dinero, con la garantía de un bien inmueble, pero no entrega todo el importe de una sola vez, sino que lo mantiene disponible para que el solicitante gaste ese dinero a medida que lo vaya necesitando.

Este mecanismo puede ser muy útil, por ejemplo, en los casos en que se compra una vivienda para rehabilitar. Si se acude a una hipoteca convencional, tendremos dos problemas: que la vivienda difícilmente será tasada por el importe que necesitamos y que empezamos a pagar desde el primer día intereses por toda la cantidad recibida. Una vivienda en mal estado no vale lo mismo que arreglada, por supuesto, y el banco no puede asegurarse de que efectivamente la repararemos, así que estará más dispuesto a darnos un crédito hipotecario, con condiciones, que una hipoteca normal.

Con el crédito hipotecario podemos acordar con el banco que vaya aportando dinero a medida que se presenten los correspondientes certificados de obra, con lo que a medida que aumenta el valor del inmueble aumenta también la cantidad que debemos.

Así, sólo pagamos intereses por el saldo dispuesto, pues por el saldo no dispuesto se suelen pagar unas cantidades extremadamente bajas, que pueden llegar incluso a cero si negociamos bien con el banco.

De las diferencias entre los préstamos en general y las líneas de crédito en general hablamos cuando queráis, que tiene tela la cosa.


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¡Pasen y vean! Pisos low cost y casitas oulet

Las Administraciones presentando sus planes y ayudas en los salones inmobiliarios

Las Administraciones presentando sus planes y ayudas en los salones inmobiliarios

¡Pasen y vean! ¡Pasen y vean, señoras y señores, los pisos low cost, el outlet residencial y las casas de segunda mano! La mujer barbuda, el forzudo y el hombre elefante no supondrían ni la mitad de atracción que las seis ferias inmobiliarias, con jerga de trapitos y vuelos baratos, que se celebrarán en Madrid entre enero y mayo.

En dicha comunidad, como en todas partes, ya no saben cómo deshacerse de los pisos en stock. Por eso, el Grupo Códice se ha lanzado a lo Indiana Jones a organizar el I Salón de Vivienda Social, Asequible y Sostenible. ¿Sostenible por quién? Ya estamos con la palabrita… Grrrr… ¿Asequible para quién? ¿Social? La sociedad, como Hacienda, somos todos pero luego qué curioso que las VPO les tocan sólo a unos pocos elegidos.

ZP estará orgulloso del copieteo del apellido de su Ley de Economía de moda pero, aunque muchos ayuntamientos de la comunidad madrileña (por llevarle la contraria al presi, seguro) han dado el sí, quiero, el organizador sigue en busca y captura del respaldo de organismos públicos y del Ministerio de Vivienda, que como todos sabemos está muy estresado tramando vete a saber qué para justificar su existencia.

Entre los objetivos de este salón, hay dos bastante llamativos:

1. Presentar de manera ordenada y conjunta las políticas, viviendas, ayudas, planes, etc. ¿Eso es posible? Si la fauna y flora de las Administraciones se ponen de acuerdo en materia de Viviendiversidad llamo a Iker Jiménez para que lo estudie.

Y digo yo también: ¿es que no se les había ocurrido antes organizar un sarao de este tipo? Qué casualidad que lo hacen ahora, tras hacer un curso de creatividad subvencionado por el INEMficaz, cuando no saben por dónde meterse los pisos.

2. Facilitar el acceso a aquellas personas y familias materialmente “expulsadas” del mercado libre. No tengo suficiente espacio para todos los comentarios que haría a esta frase de vocabulario tan poco sostenible, así que os lo dejo a vosotros.

Si os apetece daros un garbeo de gratti por el evento, será del 5 al 7 de febrero en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo, en Madrid. Presiento que tendrá éxito y al año que viene se celebrará en lugar de Fitur. ¿Para qué buscar destino de vacaciones cuando aún tienes que buscar donde vivir el resto del año? Con estas iniciativas tan guays, luego dirán que el que no tiene piso es porque no quiere.

El segundo plato en forma de alquiler

Bajo Puente

Mejor vivir de alquiler que hacerlo debajo del puente

El grifo de las hipotecas se ha cerrado casi totalmente por lo que no nos podemos comprar pisos de ninguna manera, pero tenemos que vivir en algún lado, y bajo el puente no es una opción razonable, más que nada porque hace mucho frío en estos días de invierno.

Por ello tenemos que buscarnos una segunda opción, una alternativa viable que nos permita vivir en algún lado sin tener que ahogarnos financieramente y aparece, como de la nada, el alquiler.

El alquiler, ese gran olvidado por la sociedad española, por ese gran afán que tenemos todos de poseer, pisos, que no se me entienda mal, y que ahora se convierte en una buena opción.

Especialmente cuando conocemos datos como los que publicó ayer El economista.es, en los que nos hablan de un descenso del alquiler de un 4.8% en el año 2009.

Además, teniendo en cuenta que los alquileres se suelen actualizar con el IPC, este año 2010 no se prevé ninguna subida en lo que se refiere a actualización y es probable que las cuotas tampoco se incrementen.

Se suele tener la idea errónea de que el alquiler es un pozo sin fondo, una forma de malgastar el dinero, pero eso es un craso error, porque con el alquiler se liberan los gastos financieros que tiene la compra, en forma de comisiones e intereses, los cuáles pueden ser utilizados para obtener beneficios.

Es un simple cambio de chip, un cambio de concepto financiero. El alquiler es la opción mayoritaria en Europa, mientras que en España la compra gana por goleada.

Cada una tiene sus pros y sus contras, pero en momentos de inestabilidad financiera el alquiler debería ser la opción principal y no la residual.

Los muertos bajo la alfombra (contabilidad inmobiliaria de la banca)

¡Qué bueno es tener un sitio seguro en el que dormir tranquilo!

¡Qué bueno es tener un sitio seguro en el que dormir tranquilo!

Hoy, en lugar de gruñir y despotricar sobre lo mal que nos tratan, lo feos que son nuestros banqueros y lo miserables que resultan nuestros políticos, voy a hablar de un tema concreto y en un artículo breve. A ver si lo consigo.

Algunos dicen por ahí que el temporal de la crisis ha pasado y que sólo falta ver lo que tarda en recuperarse la economía real. Yo creo que es mentira, y que aún nos falta por vivir la parte más dolorosa y con más peligro, y voy a explicar por qué.

En el resto de los países desarrollados la banca las ha pasado canutas, pero aquí, de momento, nuestra entidades financieras han salido bien libradas, con la excepción de las cajas, que han tenido que fusionarse para no hundirse.

Pero resulta que si nos ponemos a hacer las cuentas nuestra banca debe 450.000 millones de Euros, y lo debe sobre todo a la banca extranjera, pues aquí no había financiación para construir tanto piso como se construyó, ni para conceder tanta hipoteca y tanto crédito como se concedió estos años pasados. Los de fuera está jodidos, en parte, porque nos han prestado el dinero a nosotros y esos préstamos no han vencido, por lo que no los pueden exigir.

El chiste va a empezar cuando nuestros bancos no puedan devolver los créditos. Y esto sucederá en breve, pues la cantidad arriba mencionada, el casi medio billón de Euros, hay que devolverlo entre 2010 y 2012.

¿Y por qué parece nuestra banca tan saneada? Pues por la jugada siguiente:

Hasta ahora, los promotores inmobiliarios, cuando no pueden devolver los préstamos a los bancos, les pagan con bloques enteros de viviendas. Por eso los bancos venden tantos pisos: porque se han quedado con miles y miles de pisos embargados tanto a particulares como a promotores morosos. La verdadera historia de risa está en que esos pisos se contabilizan en el balance de los bancos a precio de mercado, y por eso nuestros bancos PARECE que no están en quiebra.

Sin embargo, el precio de mercado al que se contabilizan estos inmuebles no tiene nada que ver con su valor real actual, por lo que muchos de nuestros bancos tienen en realidad un activo menor a su pasivo, y SÍ ESTÁN REALMENTE en quiebra, aunque logren ocultarlo con trucos contables.

Cuando llegue el momento de devolver los préstamos, no tendrán efectivo, sino pisos que no valen ni mucho menos lo que ellos dicen que valen, y entonces el acreedor, el banco holandés, alemán, belga, o de dónde sea, exigirá la liquidación.

Y veréis.

¿Comprendéis ahora por qué las tasaciones siguen altas y los pisos no bajan, al menos en teoría? Porque si bajasen las tasaciones y los precios oficiales, los bancos tendrían que reconocer que lo que tienen vale menos que sus deudas, y a eso se le llama quebrar.

Espero haber sido claro hoy, aunque no haya logrado lo de breve.

 

Balones fuera, las medidas del Gobierno para liberar vivienda libre fracasan en Madrid

Las medidas del Gobierno no funcionan en Madrid, ¡y nadie tiene la culpa!

Las medidas del Gobierno no funcionan en Madrid, ¡y nadie tiene la culpa!

“No es culpa mía, sino tuya, o del otro, y si no ya buscaremos a alguien para echarle la culpa, pero que quede claro que quiero que me vendas mis viviendas, pero a buen precio y sin que yo tenga que hacer nada”.

Eso parecen estar diciendo las empresas constructoras y promotoras de la Comunidad de Madrid a las Administraciones, que les han puesto sobre la mesa varias opciones para dar salida al stock de viviendas (más de 50.000 pisos vacíos en la Comunidad de Madrid) y ellos no se están aprovechando de ninguna.

Ahora la polémica está servida, porque los constructores echan la culpa al Gobierno central por no poner soluciones a su situación, el Gobierno central echa la culpa al Gobierno autonómico por no adaptar las normativas estatales, y el Gobierno autonómico echa la culpa a los constructores por no aprovecharse de las opciones que se les ofrecen.

¿Quién tiene la culpa? Al final la tendremos nosotros, los ciudadanos de a pie, por no comprar los pisos, ya verás.

El caso es que el Gobierno de Zapatero lanzó hace un par de años una medida que se está mostrando como muy efectiva en otras Comunidades como, por ejemplo, en Valencia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León.

La medida permitía a los constructores clasificar como protegidas todas aquellas viviendas que llevaran más de un año sin ser compradas. A cambio de ello, el precio se tenía que amoldar a unos máximos fijados por el Gobierno.

Sin embargo, la Comunidad de Madrid no adaptó esa medida hasta hace un par de meses, y de momento ningún empresario se ha adherido a esa solución. El problema está en que se han perdido casi dos años en los que se podía haber estado funcionando con esta solución.

Una vez más, vemos como las disputas entre Administraciones provoca un perjuicio evidente al ciudadano, ya que los habitantes de Madrid podían haber adquirido viviendas a precios más económicos durante los dos años pasados.

Los fallos del colectivismo (II): lentitud y rigidez en la respuesta a las necesidades económicas.

Economía comunista teorizando sobre sí misma...

Economía comunista teorizando sobre sí misma...

En el artículo anterior sobre este tema hablamos de la intrínseca enemistad entre socialismo o comunismo y libertad. Decíamos entonces que la gente no quiere convencerse de que son iguales sus hijos que los de los demás. Hoy nos centraremos en otra idea no tan psicológica sino mucho más práctica: la centralización y burocratización de la actividad económica en los sistemas colectivistas.

Cuando la cobertura de las necesidades económicas depende de agentes privados, estos ven la necesidad o la demanda en la calle y acto seguido, sin pasos intermedios, pueden decidir que en esas necesidades existe una oportunidad de lucro, con li que se lanzarán, sin más, a explotar el hueco.

En las sociedades colectivistas, el proceso es otro: surge en primer lugar la necesidad, luego esa necesidad aparece reflejada en las estadísticas oficiales, estos datos pasan por distintos filtros o comités que las estudian y si las encuentran adecuadas proponen a otros comités que dispongan los medios para subsanarlas. Los que disponen de los medios, estudian las respuestas adecuadas, ven si encajan en la planificación previa o si será necesario modificar la planificación para siguientes planes trienales io quinquenales y finalmente deciden emplear recursos, detrayéndolos de otra actividad, después de largas discusiones y luchas internas, porque el que ha de perder cuota de poder o producción para cederla a la nueva necesidad se resiste a renunciar a su parte.

De este modo, como decía un informe checo de la época de la Primavera de Praga, cuando empiezan las lluvias se solicitan paraguas, y finalmente los paraguas se fabrican en el verano del año siguiente, si es que aparecen antes fabricantes de varillas y si es que se consigue formar a tiempo personal que sepa montarlos.

Cuando hasta los aspectos más baladíes de la producción y la distribución tienen que pasar por una maquinaria burocrática, las decisiones se retrasan hasta la absoluta ineficiencia, se desperdician recursos, se pierden oportunidades y las decisiones finales dependen a menudo más de los equilibrios interno de poder que de la demanda o necesidad real de un bien o servicio.

En las sociedades capitalistas se padece a menudo un fallo muy similar, aunque menos intenso: la burocratización. De hecho, una de las razones por las que no se abren más empresas es por el papeleo y por la cantidad de permisos perevios que se exigen.

Si esto es así en una sociedad donde supuestamente existe libertad de empresa, podéis imaginar fácilmente lo que pasa en una sociedad donde todo, absolutamente todo, queda en manos de funcionarios, a los que ni les viene ni les va que se haga algo más que lo mínimo e imprescindible.

Quizás por esto dijese Helmuth Kohl, refiriéndose a la Alemania del Este: “De una derrota como la del año 45 salimos en quince años. Han pasado veinte desde que los estados del Este abandonaron el comunismo y aún no han logrado salir. Es obvio cual de las dos cosas es peor”.