Archivo de la categoría: Hipotecas

La cuenta que hicimos con la hipoteca del piso

No va bien...

No va bien...

La mayor parte de la gente que tiene problemas con su hipoteca puede encontrar la causa de sus apreturas en dos tipos de razones: o cuentas mal hechas, o vicisitudes personales.

Cualquiera de los dos grupos de motivos puede achacarse a una raíz más profunda: un margen ajustado, que aumenta el riesgo.

Los que hemos estudiado sabemos muy bien que prepararse la mitad de la materia para un examen no te garantiza un cinco, o un aprobado raspado, sino que la mayor parte de las veces te conduce al desastre. Y sin embargo, a la hora de calcular sus posibilidades para hacer frente a una hipoteca, ese fue el sistema de cálculo que emplearon demasiados españoles.

Una pareja cualquiera, con dos sueldos de mil doscientos euros cada uno, no puede hipotecarse por setecientos euros. En teoría, no hay problema, porque si los ingresos son de dos mil cuatrocientos, quedan mil setecientos euros libres al mes, pero luego, en la práctica, si uno de los dos pierde su empleo, resulta que tenemos quinientos euros disponible para vivir, y ahí hay que meter todos los demás gastos comprometidos, el mantenimiento de la vivienda, los recibos de los suministros, y ese pequeño detalle que se llama comer.

¿Y se podía decir, a primera vista, que era una imprudencia? No, pero lo era.

Y podía surgir un traslado, o un divorcio… Podían surgir muchas cosas, más o menos probables, que seguramente no se tuvieron en cuenta en su justa medida, máxime cuando una hipoteca es un compromiso para treinta años y en semejante espacio de tiempo pueden llegar a ocurrir muchas cosas, tanto las probables como las improbables.

La otra causa habitual de ahogo son las cuentas mal hechas. La frase que mejor expresa este agujero contable es “hoy en día es mucho dinero setecientos euros, pero como la vida sube, en pocos años será una miseria”. A esa idea se agarraron y nos agarramos muchos, pero cuando la crisis nos condujo a la bajada de tipos, enseguida nos dimos cuenta de que la realidad iba a ir por el camino contrario: la deflación.

La bajada general de precios y salarios ha hecho que, sobre todo los autónomos, hayan visto reducido su nivel de ingresos. Bajan los precios para poder competir, bajan los salarios, y los setecientos euros que pagábamos hace seis años son más duros de pagar hoy en día, porque en realidad son más dinero.

¿Tiene pinta la cosa de mejorar en ese aspecto? Pues no. La inflación que padecemos nos viene, sobre todo, de la energía, de esa electricidad y esa gasolina que pagamos a precios cada vez más caros pero que, mala suerte, no vendemos nosotros.  El dinero que sale de nuestros bolsillos no va al tendero, ni al profesional de la esquina: va a los saudíes, a los exministros del las eléctricas, ya los impuestos.

Y así, no, ni de broma. Así no vamos a ver descender el peso de nuestras cuotas.

Todo nuestro gozo en un pozo

Que poco dura la alegría en la casa del pobre

Que poco dura la alegría en la casa del pobre

Si hace unas semanas nos las prometíamos muy felices con la ley antidesahucios andaluza en función de la cuál la Junta podía expropiar las viviendas a las entidades financieras en determinadas circunstancias con el objetivo de salvaguardar a las familias con menos recursos.

Esta ley fue muy bien acogida por los colectivos de izquierdas y aquellas asociaciones que llevan años luchando para paralizar los desahucios en general porque significaba una victoria en su lucha y les abría el camino a una posible recuperación de la esperanza.

Sin embargo, el Gobierno central, aludiendo a un conflicto de competencias, aunque más bien parece un problema de lealtad a las entidades financieras que les pagan las campañas electorales, recurrió esta ley ante el Tribunal Constitucional, órgano que ahora ha decidido suspender temporalmente la aplicación de esta norma hasta que pueda decidir al respecto.

Con ello muchas familias en serias dificultades económicas que se aferraban a esta norma como su única tabla de salvación posible quedan ahora en un limbo legal en manos de las entidades financieras a las que adeudan su hipoteca que estará en disposición de poder iniciar el proceso de desahucio.

El Tribunal Constitucional ha tomado esta decisión sobre la base de la posible vulneración del derecho a la propiedad privada, ya que la expropiación lo que hacía era usurpar la propiedad de la vivienda a las entidades financieras de manera temporal.

Era evidente que las entidades financieras de este país no se iban a quedar de brazos cruzados y que iban a mover todos sus hilos para conseguir que esta ley no les impidiera gozar del pleno poder sobre sus propiedad.

Se trata por tanto de una situación muy esclarecedora, ya que nos encontramos con un gobierno autonómico que está intentando ayudar a las familias más desfavorecidas, sin pensar en las consecuencias que ello pueda producir sobre los poderes económicos, y un gobierno central que prefiere defender los intereses de los más poderosos antes de intentar ayudar a las familias con menos recursos.

Que cada cual saque sus propias conclusiones pero creo que están bastante claras a juzgar por las acciones de unos y otros.

Draghi vuelve a descolocar a todo el mundo

Mario, el poderoso

Mario, el poderoso

Está claro que si algo se le puede reconocer al presidente del BCE, Mario Draghi, es que nunca deja a nadie indiferente y que siempre ofrece una sorpresa en sus comparecencias, porque cuando nadie lo esperaba se ha despachado con una noticia de alcance que ha conseguido tranquilizar, dentro de lo posible, a los mercados.

En su comparecencia tras la reunión del Consejo de este primer jueves de julio anunció que el dinero en la zona Euro iba a seguir en valores bajos, al menos hasta que la recuperación comenzara a notar de una manera real y verdadera, hasta que ésta comenzara a llegar a la economía real, a la de verdad, a tu bolsillo y al mío.

Sin embargo, tampoco podemos empezar a celebrarlo, porque este dinero barato, que en principio nos debería de alegrar en realidad sólo sirve de manera retórica porque las entidades financieras se están preocupando de evitar que un dinero por los suelos les pueda perjudicar a su margen de beneficios.

Así, las nuevas hipotecas, que podrían beneficiarse de un Euríbor bajo y de la eliminación paulatina de la cláusula suelo, se encuentran con unos diferenciales realmente abusivos que hacen que al final las hipotecas sigan siendo caras. Unos diferenciales que ahora, con el Euríbor tan bajo, pueden ser asumibles pero que dejarán de serlo en cuanto el indicador empiece a dispararse de nuevo.

Los únicos beneficiados de esta medida serán las familias que ya cuenten con una hipoteca, porque se garantizarán que, al menos de momento, sus cuotas no subirán o incluso bajarán, en función de la cláusula suelo que puedan tener firmada en sus hipotecas. Con ello se consigue cierta estabilidad en el medio-largo plazo.

Pero volvemos a darnos de bruces con la misma realidad de siempre, y es que hasta que no se produzca una liberalización real del crédito para familias y pequeñas empresas la economía real no se podrá recuperar y seguiremos condenados a vagar por la recesión como almas en pena, recibiendo discursos de todo tipo que no hacen sino irritar más a la población que percibe que nadie mira por sus intereses.

Y seguimos cayendo, y cayendo, y volviendo a caer

Y las hipotecas siguen cayendo

Y las hipotecas siguen cayendo

El Instituto Nacional de Estadística ha vuelto a certificar la paupérrima situación en la que nos encontramos con una concesión de hipotecas que pone de manifiesto donde tenemos el verdadero problema de nuestra economía, que pasa por la falta casi absoluta de crédito.

Así, según los datos que publica periódicamente el INE nos encontramos con que durante el mes de mayo se constituyeron un total de 17.508 hipotecas, lo que supone una caída de un 18,1% en tasa interanual, es decir, comparando la cifra con el mismo mes de un año antes.

Con esta caída, el indicador ya acumula un total de 36 meses de caídas consecutivas, lo que es un auténtico récord y debería de poner la voz de alarma en todas las administraciones a la hora de exigir de las entidades financieras cierto rigor a la hora de conceder hipotecas o, al menos, de financiar a las pequeñas y medianas empresas.

Como único dato positivo, cabe mencionar que la caída interanual es algo inferior a la que se sufrió durante el mes de marzo, cuando la caída fue del 34,1%.

Por otro lado, en cuanto al importe medio de las hipotecas nos encontramos con un valor de 94.023 euros, realmente bajo si lo comparamos con los años de bonanza económica cuando la hipoteca media superaba ampliamente los 150.000 euros, lo que demuestra la situación en la que nos encontramos.

Y otro de los indicadores que deja bien a las claras la situación en la que nos encontramos es la del diferencial aplicado por las entidades financieras sobre el Euríbor, que en abril, y según los datos del INE, llegaron hasta el 4,75%.

En definitiva, nos encontramos con una situación a la deriva, en la que las entidades financieras no conceden ningún tipo de crédito y cuando lo hacen aplican unos diferenciales realmente abusivos que no hacen sino condenar a las pequeñas familias ahorradoras que quieren plantearse la compra de una vivienda.

Esta situación está acabando por condenar al sector inmobiliario que no es capaz de vender sus inmuebles vacíos, en parte porque no hay compradores, pero en gran parte porque no hay crédito para los compradores que pueda haber.

Lo que dicen que ahorran y lo que no vemos

El sargento ya se cachondea de nosotros...

El sargento ya se cachondea de nosotros...

La secuencia lógica está clara: mientras el Estado gaste más de lo que ingresa, emitirá deuda pública, y mientras el Estado emita deuda pública, a los bancos les resultará más interesante prestarle el dinero al Estado que dárnoslo a nosotros o a las empresas en forma de créditos o de hipotecas. Así las cosas, resulta que hasta el Corte Inglés ha tenido que acudir por primera vez en su historia a una emisión de deuda.

Sí, habéis leído bien: la vieja broma bancaria de que “si un día entra por la puerta el director del Corte Inglés le dices que no es lo bastante solvente” se ha convertido en realidad. Aquí tenéis el enlace para que podáis haceros cruces tranquilamente y pensar en qué casos le prestarán dinero a cristalerías Benito o a  instalaciones Manolo.

Y entonces, ¿qué pasa con el gasto público?

Nada. Que diga lo que diga la vicepresidenta sobre que ha llegado el momento del sacrificio de los políticos, todo es una pantomima para que las cosas sigan igual, y hasta se han reunido Rajoy y Rubalcaba para acordar qué se toca y qué no se toca. Eso, y no otra cosa, es el cacareado acuerdo entre los grandes partidos sobre la reforma de las administraciones.

Como ejemplo de lo que tenemos, os cito un dato que he encontrado por ahí: “La Conselleria de Sanidad valenciana tiene empleadas a 1.500 personas, de las cuales 164 son telefonistas, 116 electricistas, 18 pintores, 2 fotógrafos, 80 calefactores y 34 costureras. ¿Cómo creen que un país puede funcionar así? Y con un 22% de absentismo.

Así, por supuesto, no se puede reducir el gasto público, y ni siquiera se plantea la opción de corregir ese tipo de barbaridades, porque hacerlo de veras repercutiría sobre el empleo.

¿Os dais cuenta del eufemismo? Repercusión sobre el empleo. Sí, claro, por supuesto, porque echar enchufados a la calle, repercute sobre el empleo. Porque echar asesores a la calle, de los que se nombran a dedo y cobran una media de 60.000 euros al año, repercute sobre el empleo, porque preguntarse por qué los profesores universitarios obtienen su plaza en oposiciones a las que no se presenta nadie más, repercute y mucho, sobre el empleo.

Lo único que no repercute sobre el empleo es dejarlo todo como está, absorber todo el dinero disponible del mercado y ver cómo los demás rabian y lloran en busca de una financiación o una hipoteca que ni llega ni se la espera.

El crédito sigue cayendo sin parar

No hay quien llegue a conseguir crédito

No hay quien llegue a conseguir crédito

Está claro que de esta no saldremos pronto a juzgar por los datos macroeconómicos que escuchamos un día sí y otro también, y por supuesto, por la gran lacra de nuestra crisis como es el crédito hipotecario y el sector inmobiliario en general.

Nos encontramos con que cada nuevo dato publicado es peor que el anterior, y así ya llevamos cuatro años, con lo que uno la verdad es que ya no puede esperar nada bueno, sólo ir a peor, lo cuál es bastante triste se mire por donde se mire.

Lo último ha sido el saldo vivo del crédito hipotecario que publica periódicamente la Asociación Hipotecaria Española (AHE) y que ha vuelto a demostrar que las entidades financieras tienen el crédito totalmente congelado y sin solución de continuidad hacia una mejora inminente.

Concretamente, y en lo que se refiere a los datos del mes de abril, nos encontramos con una descenso del 13,95% en el saldo vivo mantenido por las entidades financieras, es decir, el crédito que mantienen los clientes con estas entidades, una caída similar a la del mes de marzo, cuando el descenso fue del 13,99%.

El problema es que parece que la caída no tiene fondo ya que por mucho que caemos un mes, al siguiente volvemos a caer lo mismo o incluso más, lo cuál nos demuestra que todavía hay camino para la caída sin que podamos hacer nada al respecto, al menos eso es lo que parece.

Si hablamos en cifras absolutas, en dinero, tenemos que el descenso en el mes de abril, en comparación con abril de 2012, la caída fue de 134.868 millones de euros, mientras que en términos intermensuales, es decir comparando los datos de abril con los de marzo, el descenso fue de 7.132 millones de euros.

En definitiva, que lejos de iniciar la recuperación seguimos ahondando en la depresión, en la recesión, en la caída libre o como lo quieras llamar, sin que ningún gobernante de la zona Euro parezca tener la varia mágica para conseguir solucionar el problema, y mientras tanto los grandes perjudicados, los que seguimos pagando el pato, somos los ciudadanos de a pie.

43.853 desahucios en 2012

La desolación

La desolación

Aunque el Consejo General del Poder Judicial advierte que esta cifra es una estimación, hay que reconocer que se trata de una mejora respecto a la absoluta opacidad que se manejaba hasta ahora.

Mejora la información, pero no el problema.

Las causas son muchas y ya las hemos tratado aquí en bastantes ocasiones, pero el hecho es que hay casi cincuenta mil familias que se han quedado en la calle y con la deuda puesta. Como sabéis, soy absolutamente contrario a que se pueda uno deshacer de las deudas por el simple procedimiento de pasárselas a otro, ya sea este otro Perico de los Palotes o un banco de esos que ahora son satánicos y antes nos alegraban el año, pagando la casa, el coche y las vacaciones.

Pero al mismo tiempo que me opongo a que las deudas se traspasen como un billete falso, me opongo también a un sistema financiero en el que no hay segunda oportunidad, ni posibilidad de remisión, y en el que los más cómodo, lo más prudente y lo más seguro es no hacer nada, no emprender nada y no arriesgarse a nada.

Aunque parezca que me salgo del tema, no lo hago: la economía española va cuesta abajo porque todo el mundo quiere un empleo pero no hay nadie dispuesto a crearlo. Vamos de culo porque alrededor de las universidades americanas, por ejemplo, nacen y mueren centenares de empresas que los estudiantes van creando a medida que los conocimientos recién adquiridos les inducen ideas.

¿Y aquí? Aquí en torno a las universidades florecían como setas las academias de opositores, porque todos esos conocimientos supuestos que imbuían las universidades en los estudiantes se convertían en ganas de ser funcionario y olvidarse de problemas más que en ganas de montar una empresa.

Es posible, sí, que seamos vagos, acomodaticios y esquivos al riesgo, pero lo cierto es que leyes como la hipotecaria, donde te comes al deuda para siempre y el riesgo es eterno, no ayudan a generar en España ni emprendedores, ni gente dispuesta a sumir riesgos. A lo único que esto ayuda es a conseguir que exista cada vez más gente instalada en la gigantesca estupidez de querer un trabajo por cuenta ajena al mismo tiempo que llama hijo de puta al que se lo ofrece.

La conclusión es la obvia: que el que tiene dinero no lo arriesga. Ni le hace falta ni le apetece que lo pongan a parir. Y el que no lo tiene, ni consigue que se lo presten ni acaba de atreverse a dar el paso, por los riesgos que conlleva.

Y al final la psicología lo es todo.

El fin de las cláusulas suelo

La cláusula suelo al borde del precipicio

La cláusula suelo al borde del precipicio

Parece que la larga batalla llevada a cabo por las plataforma de defensa de los consumidores y de los afectados por las hipotecas está llegando a buen puerto, y tras la sentencia del Tribunal Supremo que las consideraba abusivas, el BBVA se ha puesto las pilas y ha decidido eliminarlas.

Sin embargo, eso no quiere decir que la guerra esté terminada, ni mucho menos, porque el BBVA ha declarado que seguirá litigando porque estas cláusulas vuelvan a tener validez ya que bajo su prisma ideológico son totalmente validas desde cualquier punto de vista.

De cualquier forma, la buena noticia está ahí, y a falta de que sea ratificada por las instancias superiores lo único cierto es que todos los hipotecados que tengan que empezar a revisar el tipo de interés de sus préstamos a partir de ahora lo harán a la baja, lo que significa un alivio con la que está cayendo.

Y lo mejor es que el resto de entidades no tendrán otra alternativa más que el seguidismo más absoluto, ya que no pueden permitirse el mantenerse en unas reglas de juego diferentes de las de su más inmediato competidor, y estoy pensando principalmente en el Banco Santander.

Eso sí, no podemos esperar que esta medida tenga carácter retroactivo, porque así ya lo pidió el Tribunal Supremo, en aras de la seguridad jurídica del país, y así lo ha anunciado el BBVA, para evitar posibles confusiones al respecto.

En definitiva, nos encontramos con una excelente noticia para todas la personas que ya tengan un préstamo hipotecario contratado, aunque puede que no tan buenas para aquellas personas que estén en disposición de pedir una nueva hipoteca, ya que las entidades financieras tendrán que protegerse ante este nuevo escenario y es posible que impongan diferenciales aún más elevados.

Tenemos que pensar que las entidades financieras nunca pierden, o nunca quieren perder, y se querrán asegurar un tipo de interés adecuado para sus intereses aún cuando el Euríbor se encuentre por los suelos, así que no dudarán en incrementar el diferencial y así compensar sus beneficios.

La dación en pago y el divorcio

Encaje...

Encaje...

El parlamento europeo insiste en apoyar a los movimientos de afectados por la hipoteca: el otro día le concedieron a la PAH el premio Ciudadano Europeo por la defensa de los derechos de los ciudadanos y el domingo Estrasburgo aprobó una resolución en la que se pedía que se suspendieran las deudas de los desahuciados.

En principio eso puede estar muy bien, peor una de las razones por las que España se encuentra en la situación en la que se encuentra es que es un país lleno hasta arriba de españoles. Y digo semejante obviedad porque en varios foros y hasta en un bar he escuchado planes coincidentes para moverse en la dirección apropiada en el caso de que el Gobierno acabe pro aprobar la dación en pago.

En primer lugar, la dación sólo se aprobaría para la vivienda habitual y para aquellos que no tuviesen ingresos. Quedan excluidos de este modo los que simplemente se nieguen a pagar para que les desahucien y poder librarse de un piso que vale mucho menos que cuando lo compraron. Hasta ahí, correcto.

¿Y qué pasa?

Pues que ya hay gente que tiene firmados los papeles del divorcio y que los llevará al juzgado el mismo día que se apruebe esta ley de dación en pago. La idea es seguir pagando la hipoteca de la residencia habitual, divorciarse, y fijar en la segundo inmueble la residencia habitual de uno de los dos cónyuges, de modo que este puede acogerse a la dación en pago para la casa de la playa o de esa urbanización que ya no vale una cuarta parte de lo que valía cuando se compró hace unos años.

Lo repìto para que se entienda mejor. Matrimonio normal y corriente. Trabaja uno de los dos. Tienen un piso en Madrid y un chalé en Almería. El chalé de Almería no vale ni la quinta parte de lo que valía. Se divorcian. El que no trabaja, fija su domicilio y residencia habitual en el chalé de Almería. Como es su domicilio habitual y la persona que no vive en él no tiene ingresos, se acoge a la dación en pago, le mete el pufo al banco y regresa tan ricamente a Madrid a vivir con su exmarido o su exmujer, porque nadie en este país te pregunta con quién vives o si estás casado o no.

La gracia del asunto es que también está previsto lo que sucede si trabajan los dos. Si es por cuenta ajena, mala cosa, pero como sea por cuenta propia, además de meter el pufo del chalé, el que trabaje por cuenta propia se da de baja y se pasa a la economía sumergida para no declarar ingresos, con lo que tendremos un caso más, otro, de que todo son ventajas para el que trabaja en negro.

¿A que somos un país fantástico?

La banca sigue defendiendo las cláusulas suelo

Diciendo sólo lo que le interesa

Diciendo sólo lo que le interesa

Eduardo Arbizu, responsable de los servicios jurídicos del BBVA, se ha encargado de defender en el Congreso de los Diputados la bondad de las cláusulas suelo, justificando su existencia en la prudencia que debe de guiar la gestión financiera en todo momento y lugar.

Una prudencia, dicho sea de paso, que no siempre se ha aplicado, y basta con echar la vista atrás y recordar los años de burbuja inmobiliaria. Arbizu ha sostenido que esta cláusula suelo sirve para que las entidades financieras puedan tener un soporte ante un escenario en el que casi el 97% de las hipotecas concedidas en nuestro país son a tipo de interés variable.

Además, Arbizu defiende a las entidades financieras al hablar de que la media de las cláusulas suelo se encuentra en el 3,12%, mientras que en el caso del BBVA supera ligeramente el 2,80%, un valor que, en realidad, es muy adecuado para cualquier coyuntura económica.

Pero lo que Arbizu no dice, y la banca nunca quiere reconocer, es que el verdadero problema no es la cláusula suelo en sí misma, que no deja de ser una cláusula adicional del articulado hipotecario, el problema es la cláusula techo, o mejor dicho, el exceso de diferencia que existe entre una y otra.

Ya lo he escrito en numerosas ocasiones en este blog. El problema es que las cláusulas techo fijadas por las entidades financieras son totalmente inalcanzables hoy en día, independientemente del escenario económico en el que nos encontremos, como se ha demostrado con esta crisis con tipos de interés que nunca fueron por encima del 6%.

Entonces nos encontramos con que la banca siempre gana, hay un límite por debajo pero nunca hay un límite por arriba, y ese es el verdadero problema, lo que nadie quiere entender o aceptar, por la cuenta que les trae claro.

Ningún ciudadano se opondría a una cláusula suelo del 3%, por ejemplo, si luego su cláusula techo fuera del 5-6%, porque sería una situación justa en el que en ocasiones ganaría la banca y en ocasiones el ciudadano, no como lo que sucede ahora.

Alguien debería de haberle recordado eso al Sr. Abizu.

Baja el Euríbor y suben las hipotecas

Telas de araña petrificadas en caja fuerte de un banco.

Telas de araña petrificadas en caja fuerte de un banco.

A estas alturas ya no deberíamos extrañarnos de que pasen estas cosas, porque estamos en un país en el que las eléctricas producen la energía hidroeléctrica (es poca, pero sirve de síntoma) con un agua que es de todos, y no pagan por ella, pero luego nos cobran por la electricidad como si el agua fuese suya. Lo mismo pasa con la gasolina: cuando sube el petróleo, suben los combustibles, pero cuando el petróleo baja, los combustibles no lo hacen en la misma medida. Los ejemplos son innumerables y más que un reflejo de lo que es el capitalismo configuran un retrato de lo que somos los consumidores…

Al final, lo que  todo esto demuestra es que los precios no tienen nada que ver con los costes, y mucho menos con la calidad, pero eso es algo que ya me he desesperado de intentar demostrar, así que vayamos al caso de las hipotecas, que es lo que aquí nos ocupa.

Por lo visto, y según el INE, el tipo de interés medio al que se conceden las hipotecas en España llegó el pasado mes de marzo a su niveles más alto desde mayo de 2009. O sea, que ahora que la cosa está como está pagamos de media el 4,49%, frente al 4,37% del mismo mes del año pasado.  Con esto tenemos que, si el tipo de interés anda por el o,5 por ciento, el diferencial que aplican los bancos se está acercando ya a los cuatro puntos de media. Y la pedrada no la ha dado el Euríbor, por supuesto, que no.

¿Y sabéis que es lo peor? Que ni siquiera es verdad.

Lo cierto es que esa es la parte que el INE puede estudiar, pero todos sabemos que los bancos aplican otras tarifas o pellizcos a través de pequeñas comisiones, seguros forzados, pólizas de vida a precios irreales y otras pequeñas prebendas que se reservan para engrosar su cuenta de resultados (o reducir el agujero que tienen en ella) a costa del cliente que aún paga.

La jugada, por tanto, es la de siempre: hay dos clase de clientes: los que pagan y los que no. Los que pagan si son ya clientes hay que jorobarse, y si no lo son, hay que espantarlos de la oficina lo antes que se pueda.

En cuanto a los que pagan, si son ya clientes hay que atarlos como se pueda, pero sacándoles el dinero, y a los que no lo son hay que atraerlos de cualquier manera para convertirlos, si se puede, en cautivos.

Lo que algunos cantamañanas de los foros no ven es que lo que dejan de pagar los que no pagan se lo sacan, necesariamente a los que sí.

Comienzan las expropiaciones temporales de vivienda en Andalucía

Heroína o Villana

Heroína o Villana

Muchos pensaban que todo quedaría en papel mojado, pero nada de eso, hoy mismo hemos asistido al inicio del primer proceso de expropiación temporal en Andalucía, con lo que una familia que iba a ser expropiada podrá quedarse en su vivienda pagando un alquiler social por la misma.

Este proceso se inicia sin que la Unión Europea se haya pronunciado todavía sobre si esta medida es compatible con la legislación europea sobre hipotecas y propiedad privada, con lo que todavía hay riesgo de que una vez llevado a cabo pueda ser revertido, ya que más de un experto coincide en el hecho de que este ley andaluza no cumpliría con los requisitos necesarios.

En cualquier caso, este caso concreto que ahora comienza a tramitarse de manera efectiva es un paso al frente de una Administración pública, por fin, para intentar poner solución a la crisis que nos sigue asolando y, sobre todo, dando una solución a las familias que se enfrentan al abismo de no poder pagar sus hipotecas.

La propietaria de este inmueble, situado en la provincia de Huelva, ha tenido que demostrar que sus ingresos son inferiores a los 542 euros, y ahora tendrá que abonar un alquiler social a la Junta de Andalucía por un total del 25% de sus ingresos, lo cuál le garantiza suficiente capacidad adquisitiva como para poder seguir viviendo de una manera digna.

Ahora bien, y más allá de lo que diga o deje de decir la Unión Europea, debemos de plantearnos el debate social y económico que esta situación genera. Una expropiación, aunque sea temporal, no deja de ser un atentado contra la propiedad privada, fundamento básico de nuestra sociedad actual.

Por otro lado, la situación de determinadas familias es agónica y con esta medida conseguirán aferrarse al clavo ardiendo del alquiler social para intentar salir adelante de la manera más digna posible.

Propiedad privada contra dignidad humana, ¿qué es más importante?, eso es un debate que todos nos debemos de hacer de manera individualizada en función de los argumentos que consideremos más oportunos, porque en base a ellos podremos construir la sociedad que nos gustaría en el futuro.