Archivo por meses: abril 2010

Derecho y necesidad

Tenemos demasiadas visiones extrañas

Tenemos demasiadas visiones extrañas

Profundizo, con vuestro permiso, en la idea del otro día: ser pobre no es una condición moral, y tener una necesidad no te da derecho a nada.

Otro ataque del Invicto Ejército de los Obvios, vale, pero es necesario repetir estas cosas para quitarnos de encima esa mugre pseudocristiana o pseudomarxista, o pseudo-algo que nos han echado encima para convencernos de que tiene más derecho a algo el que carece de ello.

Tiene derecho a una vivienda el que la paga. Tiene derecho a recibir exactamente lo que ha contratado, en el pazo acordado, y en las condiciones estipuladas. Tiene derecho a que el banco lo trate conforme a la Ley, a que no le aplique condiciones abusivas en la hipoteca y a que lo informe de todo cuanto ataña a su contrato con el banco.

Fuera de ahí, en la hipoteca, en el trabajo, o en cualquier faceta de la vida, nadie tiene derecho a vivir de su prójimo ni a convertir su necesidad en un arma que amenace los derechos, los bienes o las vidas de los demás.

Porque resulta que los derechos de unos se convierten, siempre e indiscutiblemente, en obligaciones de otros, y a medida que nos crean obligaciones nos reducen la libertad. ¿O no habíamos caído en eso? La libertad no es la posibilidad de  votar cada cierto número de años, sino la posibilidad de decidir sobre ti mismo y tus propios asuntos sin que venga el cantamañanas de turno a podar tu árbol de posibilidades hasta dejar una sola rama: la suya.

La dictadura no tiene por qué consistir necesariamente en prohibir cosas: también puede crearse una dictadura haciendo que todo, casi todo lo que importa, sea obligatorio. Por interés público. Por las necesidades ajenas. Por la madre que lo parió.

Se me nota que vengo contento, ¿eh?

Trataré de enmendarme.

Se sigue viendo la luz con el incremento en la compraventa de viviendas

La luz al final del túnel de la crisis

La luz al final del túnel de la crisis

El silogismo es evidente, si la crisis vino provocada por el sector inmobiliario, tan pronto como como éste comience a recuperarse la crisis comenzará a quedar atrás y todos veremos el final del túnel, un final que nos viene indicado por la luz, la luz de la recuperación, la luz de la esperanza.

Una esperanza que ha quedado reflejada en los datos que hemos recibido sobre la compraventa de viviendas en el mes de febrero, con un repunte claro. Concretamente, estamos hablando de un 18,6% de incremento con respecto a las cifras de febrero de 2009, lo cuál es una buena noticia, pero que debe de ser analizada con cuidado.

Está claro que la cosa está mejor que hace un año, pero también hay que analizar el mes con el que estamos comparando, porque cualquier estadística que se quiera comparar con cifras del primer semestre del año 2009 arrojarán, necesariamente, datos positivos.

Porque un análisis comparativo no depende tan sólo de la cifra objetiva, sino también de la cifra con la que se compara. Por tanto, parece claro que estamos mejorando, pero tampoco podemos echar las campanas al vuelo y siempre debemos de tener en cuenta los factores externos que están distorsionando la compra-venta de viviendas.

El primero, y más evidente, es la subida del IVA prevista para este verano. Todas aquellas personas que tenían en la cabeza el comprar una vivienda durante este año 2010, lo están acelerando para adquirirla antes de la subida del IVA, por el evidente ahorro que ello supone. Por ejemplo, en una vivienda de 200.000 euros supondría un ahorro para el comprador de 2.000 euros.

Por otro lado, está la eliminación de las deducciones por vivienda que el Gobierno tiene prevista para el año venidero, por lo que todo aquél que se quiera aprovechar de estas deducciones está obligado a comprar este mismo año 2010, claro está, siempre y cuando tenga la capacidad adquisitiva para ello.

Por tanto, los datos que hemos recibido son positivos, y como tales deben de ser recibidos, aunque siempre hay que realizar un análisis crítico de cualquier estadística para no caer en los mismos errores del pasado, para seguir mirando a la luz al final del túnel como una salida de la crisis y no como un objetivo inalcanzable.

La estética del perdedor

el romanticismo de la decadencia es romántico porque no es racional...

el romanticismo de la decadencia es romántico porque no es racional...

Soy de los que creen que la economía debería ser, ante todo, una rama de la sociología, así que poerdonadme proque de vez en cuando os encaje estos párrafos en vez de hablar de Euribor e hipotecas.

Algunas veces, en los comentarios, me habéis oído decir que la pobreza no es una cualidad moral. Lo pienso de veras: se puede ser pobre y honrado, y también se puede ser pobre y canalla. La pobreza, por tanto, ni nos mejora no nos empeora.

¿Y a qué viene este ataque de la armada de la obviedad? A que empiezo a darme cuenta de que hay cosas que es obligatorio decir, porque alguna especie de monstruo maligno nos ha comido la lógica.

Ser pobre es una mierda. Y sus consecuencias son peores. La única manera de ser pobre y disfrutarlo es huyendo de sus consecuencias, como algunas comunidades religiosas, que no tienen nada pero disponen de todo en caso de emergencia.

Perder las guerras es malo, porque no existe ninguna estética del perdedor fuera de la épica de su resistencia, que, si os fijáis no tiene que ver con perder, sino con resistir, que es otra cosa. El que se apoya en la barra del bar a rumiar sus penas con un cigarrillo a medio apagar entre los labios no está resistiendo. Está regodeándose. La estética del perdedor es, casi siempre, la estética del regodeo, o una simple pose para justificar su rendición

Con todo esto vengo a decir que tengo la impresión de que esta crisis y esta presión sobre el crédito y la hipoteca han servido para que muchos crean abierta la veda de la lamentación pasiva, esa clase de lamentación que lleva a no hacer nada, no intentar nada y no emprender nada, porque los tiempos están malos.

Entre las razones por las que en España durará la crisis más que en otros lugares, propongo que apuntéis esta nueva: porque nos sirve de disculpa y de pretexto para la fatalidad y la vagancia que tanto nos gustan.

Así de sólidas son a veces las coartadas.

 

Hay Gobiernos que sí hacen algo, en el País Vasco se ayuda a las familias embargadas

Los que sí hacen algo

Los que sí hacen algo

No todos los Gobiernos españoles están instalados en la inacción como política económica, no todos siguen la estrategia de Zapatero de dejar las cosas pasar y esperar a que escampe la tormenta, por suerte, al menos para algunos ciudadanos, existen algunos gobiernos autonómicos que sí están haciendo los deberes y están haciendo todo lo que está en su mano para proteger al ciudadano de los excesos de las entidades financieras.

El mejor ejemplo es la política del Gobierno vasco, que a través del programa Bizigune está ayudando a aquellas familias que se vieron afectadas por un embargo y que tienen a sus miembros en paro, con el objetivo de que estas familias tengan, al menos, un lugar en el que vivir, y en el que empezar la vida de nuevo.

Gracias a este programa las familias se pueden beneficiar de alquileres que no superan, en ningún caso, el 30% de sus ingresos, con lo que se los pueden permitir, y pueden destinar el resto de su renta a otras necesidades primarais, como la alimentación, por ejemplo.

La pena es que esta política tan positiva no se extienda al resto del país y que tengamos que sufrir las consecuencias del Estado de las Autonomías, que ha conseguido crear ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, todo en función del signo político del gobierno que ocupe el sillón presidencial en la Comunidad Autónoma que te haya tocado residir.

No seré yo el que critique un país descentralizado, todo lo contrario, pero sí defenderé como el que más un país descentralizado con los servicios esenciales centralizados, porque de otra forma lo único que se consigue es dilapidar la igualdad social que se había alcanzado en nuestro país.

La educación, la sanidad, la defensa y las políticas de vivienda deberían de estar gestionadas íntegramente por el Gobierno Central, para asegurarse de que todos los ciudadanos tienen los mismos deberes y derechos, independientemente de su lugar de origen o de residencia, porque en ello consiste, precisamente, un país, en ciudadanos iguales ante la ley y ante los derechos.

Si no se hace esto ocurre lo que está pasando en el País Vasco, que unos pocos se aprovechan de unas políticas ventajosas, mientras que el resto miramos muertos de envidia deseando poder estar viviendo allí, en lugar de hacerlo en nuestras respectivas Comunidades Autónomas.

La jugada del pacto

Nos encontramos a veces ante extraños laberintos

Nos encontramos a veces ante extraños laberintos

Llevamos un tiempo en el que todo el mundo habla de la necesidad de un pacto entre Gobierno y oposición y de lo bueno que sería para el interés común que todos los partidos pusiesen de una vez sus desacuerdos en barbecho para tratar de sacarnos del hoyo en el que nos eternizamos.

Puede que así sea, pero permitidme un análisis distinto de las cosas, ya que para eso estoy aquí, firmando el artículo del día.

Hablemos claro: un pacto de unidad nacional, que es lo que piden en realidad esas voces, es más propio de los sistemas totalitarios que de una democracia. Los pactos de ese tipo, de hecho, son antidemocráticos siempre, pues presuponen que todas las fuerzas políticas deben renunciar a sus ideas, sus proyectos y sus intereses por el bien de un interés general que, curiosamente, no coincide con esas ideas. ¿Quién demonios va a reconocer que abandona su programa para hacer otra cosa que es mejor?, ¿quién va a suicidarse de ese modo dando a entender que sabe que hay cosas mejoras que las que lleva años proponiendo?

En democracia, existen distintos partidos porque existen distintas soluciones posibles para los mismos problemas. Pero si en el momento de la necesidad estamos todos de acuerdo en que existe una sola solución, ¿para qué sirven los partidos y para qué sirve la democracia?

¿Os dais cuenta del sindiós filosófico que esos pactos entrañan? Significan, ni más ni menos, que hay alguien que conoce la verdad, alguien que conoce la solución buena y que los demás deben dejar de mentir por unos meses para aceptar esa solución divina, por el bien de la nación.

Se puede hablar de pactar, se puede mencionar el diálogo, la transigencia y el acercamiento. Todo cojonudo, vale. Pero a la hora de la verdad, cuando haya que materializar toda esa palabrería en hechos concretos, ¿quién reconocerá que lo suyo es un error y que lo verdaderamente bueno para la comunidad es lo de los otros?

Por eso, como sabéis, se habla mucho pero no se concreta nada. Porque no se puede concretar. Porque los que gobiernan no quieren gobernar y los que están en la oposición no pueden gobernar, precisamente porque están en la oposición tras haber perdido unas elecciones.

La solución es obvia: si el que gobierna no quiere gobernar, que convoque elecciones. Si el que está en la oposición quiere llegar al gobierno, que las gane.

Cualquier otra solución es pasarse la voluntad del pueblo por el forro.

Y ya lo hacen lo bastante por su cuenta como para encima animarlos.

¿Por qué me pasa esto a mí?

.

¿Y aún te preguntas qué pasa?

¿Y aún te preguntas qué pasa?

¿Por qué? Porque eres hijo de la resignación y nieto de la envidia, porque no había más remedio, porque no somos nada, porque qué le vamos a hacer

Porque no hay rencor de clase como el rencor a la clase propia, porque te azora tu infancia, te avergüenza tu padre y te abochorna tu abuelo; porque saliste de la nada para acabar en la nada, pasando por la nada y aspirando a la nada.

Porque fuiste vicedelegado del parvulario, vicedefensa central del equipo de tu barrio, vicesecretario de la comunidad de vecinos y serás vicemuerto.
Porque nunca te llega el día de mañana, porque piensas en futuro y obras en pasado, porque hipotecaste el presente al 14% y tienes dos avisos de embargo.

 Porque eres solidario, interactivo, versátil, multimedia y funcional, porque te han impactado, porque lees con prisa y bebes sin pausa, porque las únicas letras que tienes son las que debes, porque te manifiestas pero no te pronuncias, porque las cosas son como son.

 Porque eres feo y colaboras, porque tienes cara de que no, porque te tratan de usted los niños y de tú hasta los ujieres, porque tienes tanta mano izquierda que tienes dos.

Porque eres progresista en la calle, conservador en casa y franquista en la cama; porque tienes el título enmarcado, la póliza enmarcada, el contrato enmarcado, la polla enmarcada.

Porque si tú supieras, porque lo oíste por ahí, porque dijo el otro, porque pensó el otro, porque al final tuvo que hacerlo el otro, porque no te comprenden, porque no te apoyan, porque no te valoran, porque hay que ver.

Porque el que tiene, tiene, porque la ley es para todos, porque ser rico no es malo si se sabe repartir, porque ser pobre no es malo si se lleva con dignidad, porque eres pobre como el que es rubio, pobre como el que es cojo, pobre como el que es tonto y plastifica el diploma.

Porque tu bandera es la miseria, tu himno la desidia, tu pendón el abandono, tu estandarte la decadencia; porque eres como los pozos, que a más te quitan más grande eres, porque tu orgullo es tu vida, porque tu vida está en venta y aún maldices al que la compra.

Porque esto no tiene arreglo, porque éramos pocos y parió la abuela, porque este año tampoco juegas la promoción, porque cogiste la sífilis en un water, porque haber jugado un décimo.

Porque hoy por ti y mañana por mí, porque arriero eres, porque siempre son los mismos, porque todos los tontos tienen suerte, porque tú lo merecías más, porque si tuvieras dos tetas.

Porque resulta que entonces, porque no te lo vas a creer, porque efectivamente no te lo crees, porque así está montada la cosa, porque es otro el que la monta.

Porque aguantas hasta siete y sin sacarla, porque ella no lo sabe y otra no hay, porque sales derrapando del garaje, porque no ves con las gafas pero te quedan muy bien.

Porque a Brahms le falta ritmo, porque lo dijo la ONU, porque te hiciste insumiso y no te hicieron un héroe, porque te hiciste la mili y no te hicieron un hombre, porque te hiciste objetor y no te hicieron ni caso.

Porque piensas globalmente y no actúas puntualmente, porque por una vez no pasa nada, porque pasaste de largo, porque pasaste de todo, porque pasó lo que tenía que pasar.

Porque mañana mismo empiezas, porque cuando tengas tiempo, porque de este año no pasa, porque en cuanto te jubiles, porque pudiste haber hecho, porque pudiste haber sido, porque crees que estás de vuelta cuanto sólo estas devuelto, porque si llegas a saberlo, porque manda cojones, porque vaya por Dios.

www.javier-perez.es

Escritor Freelance

Para que no se diga que todos los días veis al mismo Ladríllez.

😀

Hipoteca entre particulares

Nuestra prima se volvió un poco siniestra cuando nos hizo la hipoteca...

Nuestra prima se volvió un poco siniestra cuando nos hizo la hipoteca...

Este artículo tiene un poco de mala fe, así que espero que sepáis perdonarme.

¿Cansados de los bancos?, ¿hartos de sus artimañas?, ¿hasta el gorro de que todo se convierta en comisiones, en letra pequeña o en cláusulas incomprensibles que siempre nos acaban perjudicando?

Pues el que quiera, que pruebe esto, porque también es posible.

Para constituir una hipoteca no es necesario que haya un banco de por medio: la hipoteca la pueden constituir dos particulares entre sí e inscribirla en el registro con los mismos derechos y obligaciones que las hipotecas normales, en las que participa una entidad bancaria.

En este caso, hay que saber que el que recibe el dinero para comprar el piso responde con el inmueble adquirido ante el que  da el dinero de igual modo que ante respondería ante el banco. Los impuestos, especialmente el de Actos Jurídicos Documentados, deben pagarse también.

Y ojo al dato, porque el que da el dinero debe declarar entre sus rendimientos lo que obtiene por los intereses del dinero que prestó ya que son un ingreso financiero, sin que se tenga en cuenta el riesgo o posible riesgo en el que incurre.

Y ahora vienen las preguntas malvadas:

¿Le darías vosotros una hipoteca a un pariente o un amigo sustituyendo al banco para cobrar vuestro dinero en 30 años con un tipo de interés del Euribor más unas décimas?

¿Asumiríais el riesgo, aun cuando os produjera ese beneficio del Euribor más otro poco y os pudieseis quedar con el piso si dejara de pagar?

¿Qué seguridades le pediríais en cuestión de trabajo y posibles ingresos?

La gracia del asunto está en que todas las veces que lo he preguntado me he acabado convenciendo de que, comparados con nosotros, los bancos son casi Hermanitas de la Caridad. Y si no lo creéis, probad a pedirle una hipoteca a un particular, aunque sea amigo o de la familia.

Y veréis.

 

Comprar y vender oro. El monopolio de la moneda

Nos han cambiado hasta a la chica de los billetes

Nos han cambiado hasta a la chica de los billetes

Como acabamos de pasar la Semana Santa, os voy a hablar de un tema un poco raro, para que tengáis tiempo de aterrizar después de las  vacaciones. O para todo lo contrario, no sé.

Se trata del monopolio del papel moneda: ¿por qué, vive Dios, tiene el Estado el monopolio de fabricar moneda? ¿Por qué suprimió el patrón oro y ahora no tiene ya la obligación de darte el oro correspondiente a los billetes que lleves al banco emisor?

Como sabéis, en los antiguos billetes venía escrita la frase: “el Banco de España pagará al portador 1000 pesetas“, por ejemplo. Sin embargo, con el paso del tiempo, la obligación de entregar esa cantidad en oro desapareció, con lo que el billete, que en realidad era un pagaré, se convirtió en un cheque sin fondos, apoyado sólo por cosas como la confianza, la credibilidad y los peces de colores.

Si toleramos esta descomunal estafa de partida, ¿cómo podemos esperar luego que el Estado no nos trate como a idiotas?

Algunos economistas radicales sugieren que para evitar las consecuencias derivadas de esta falta de respaldo de la moneda, debería permitirse que cualquiera emitiese billetes con respaldo en oro o plata. ¿Cómo lo veis?. ¿Aceptaríais billetes del Corte Inglés, por ejemplo, si el Corte Inglés os los cambiase pro oro cuando fueseis a su ventanilla, o preferiríais el dinero del Estado?

¿Por qué está prohibido acuñar monedas aunque sean de oro, si la estafa en ese caso no es posible?

¿Creéis que hay algo bueno detrás de esta desaparición del patrón oro que respaldaba a todas las monedas o que simplemente es un mecanismo, el primero, para hacernos jugar con dinero del monopoly mientras la riqueza real la controlan otros?

¿Serían posibles las devaluaciones y otros trucos de los gobiernos si alguien más que ellos pudiese fabricar moneda de curso legal?

¿Es justo este monopolio monetario?

 

 

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid…, los bancos suben los diferenciales

pisuerga

Los Bancos aprovechan cualquier situación para ganar más dinero

Lasentidades financieras aprovechan cualquier recoveco, cualquier circunstancia, cualquier idiosincrasia para sacar tajada e incrementar sus beneficios de manera más o menos ética, de forma más o menos lícita. Ahora, que el Euríbor está por los suelos, han visto la oportunidad de oro para disparar los diferenciales que aplican a sus hipotecas.

Conocedores de que los consumidores estarán dispuestos a soportar unos diferenciales más elevados debido a que el Euríbor es muy bajo, están haciendo su agosto cargando valores excesivos y sin ninguna justificación económica más allá que la de su propio beneficio.

Concretamente, y según datos del Banco de España, el interés medio de las hipotecas concedidas durante el mes de febrero fue del 2,67%, casi punto y medio por encima del Euríbor. Es decir, que las entidades financieras estuvieron cobrando, de media, un diferencial del 1.5, una auténtica barbaridad.

Nadie va a discutir, y menos yo, el hecho de que los bancos y las cajas están para ganar dinero, porque no dejan de ser empresas privadas que viven de prestar dinero a los consumidores y a las empresas, ahora bien, hay una diferencia entre un beneficio lícito y aprovecharse de la situación para hacer el agosto.

Y más si se tiene en cuenta de la situación de la que venimos en la que hemos sido precisamente los ciudadanos, a través de nuestros impuestos, los que hemos puesto a salvo las cuentas de estas entidades que ahora, lejos de solidarizarse con nosotros por haberlos ayudado cuando venían de aquella manera, intentan aprovecharse de nuestra buena voluntad.

Pero claro, nos tienen vendida la moto de que no dan créditos a nadie, por ello el mero hecho de que un banco te conceda una hipoteca, independientemente del diferencial que te aplique, ya es un éxito y te puedes dar por contento. Así está montada la película y así la estamos sufriendo los ciudadanos sin poner freno.

En definitiva, los bancos y cajas aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid para aplicar unos diferenciales abusivos, ante los cuáles los ciudadanos no decimos nada porque sabemos que, en el fondo, somos unos afortunados por poder disponer de un dinero que nuestros vecinos no tienen, así de simples somos, así de engañados estamos. Y, mientras tanto, siempre ganan dinero los mismos.

Esperando las reformas

El Sol Invicto por quien tanto brindan

El Sol Invicto por quien tanto brindan

No sé si es que estamos tontos o es que creemos que todo se arregla frente al mundo por el mismo procedimiento de dejar las cosas para nunca como hacemos aquí.

Hace meses, casi un año, que el Gobierno afirma que es urgente abordar las reformas estructurales necesarias para adaptar nuestro mercado laboral y nuestro modelo productivo a las necesidades de esta crisis. Desde entonces, son millon y pico los españoles que han perdido su trabajo, decenas de miles las pequeñas (y no tan pequeñas) empresas que han cerrado y centenares de miles los españoles desahuciados de sus viviendas o con la soga al cuello, tirando de sus últimos ahorros.

Y las reformas no llegan.

Unas veces se opone la patronal, otras los sindicatos, y otras el lucero del alba, pero el Gobierno, que es quien tiene la responsabilidad de hacer algo, lo que sea, aunque se equivoque, prefiere dejar para más adelante lo que no puede esperar.

¿Se piensan que el mercado de trabajo y el modelo productivo son como la sentencia sobre el Estatuto de Cataluña, que va ya para cuatro años pudriéndose en el Tribunal Constitucional?

Si están en esas, se equivocan: lo que hagamos entre nosotros, y lo mucho que nos burlemos de la independencia de los jueces o de nuestra propia Constitución se la bufa a todo el mundo, mas o menos. Lo que hagamos con nuestros modos de contratación nos afecta a todos, y se mira con lupa desde los despachos de los inversores internacionales, cada día más convencidos de que no se debe invertir un duro en España porque aquí no se decide nada real.

Enfrascados en discusiones y en maniobras electoralistas, nuestros gobernantes han decidido no decidir. Pero las hipotecas no se discuten. Se pagan o no se pagan. Y el trabajo no se discute: se tiene o no se tiene.

Los brindis al sol, para los mitraicos. Los demás, cristianos, ateos, judíos y musulmanes, necesitamos que alguien haga algo y lo haga de una vez.

Lo que sea, pero ya.

Buenos tiempos para la lírica, y para las hipotecas

El sector inmobiliario comienza a ir sobre ruedas, aunque de momento de bicicleta

El sector inmobiliario comienza a ir sobre ruedas, aunque de momento de bicicleta

Si Golpes Bajos cantaban aquello de malos tiempos para la lírica (que sí, que no me he equivocado en el título, sólo lo he forzado un poco para que me cuadrara), aquí podemos traerlo a nuestro terreno y hablar de buenos tiempos para las hipotecas, o para el sector inmobiliario, o para todo ello.

No es que la situación esté boyante, no nos vamos a engañar, pero según todos los indicadores, la cosa comienza a mejorar y todo apunta a que estamos en la senda de la recuperación, que puede ser bueno, o malo, según se mire.

Estos días todos los periódicos están plagados de noticias sobre el repunte de todos los indicadores que se utilizan para medir la buena o mala salud del sector inmobiliario: descenso de impagos, confianza de los consumidores, número de hipotecas,…

Todos estos indicadores han cambiado la senda, lo que antes era caída, ahora es crecimiento, sin grandes alardes, sin grandes excesos, sin grandes porcentajes, pero crecimiento, al fin y al cabo, que es lo importante.

Un crecimiento que está dando un respiro a todo el mundo, porque, no nos engañemos, todos estamos involucrados, de una manera o de otra, en el sector inmobiliario.

Los que pagamos hipotecas estamos metidos de lleno por la cuota mensual que tenemos que abonar a nuestro banco, y ahora estamos de enhorabuena porque el Euríbor sigue marcando cada mes un nuevo mínimo histórico para la alegría de nuestros bolsillos.

Los bancos están hasta el cuello metidos por una doble dirección. Por un lado tienen gran cantidad de dinero inmovilizado en financiación de proyectos inmobiliarios que ahora no van a ningún lado, y por otro tienen todas las hipotecas concedidas a sus clientes. Así que ahora tienen una doble alegría, por un lado los proyectos inmobiliarios comenzarán a salir ante la creciente demanda, y por otra al reducirse los impagos sus beneficios no se reducirán tanto como hasta ahora.

Y el Gobierno está metido sin querer porque durante mucho tiempo ha vivido, en parte, de los impuestos que generaban las operaciones inmobiliarias y porque la reactivación del sector inmobiliario supondrá un momento de tregua en las cifras de desempleo.

Todos ganamos, por tanto, aunque también hay un aspecto negativo que hay que tener en cuenta. A medida que el sector inmobiliario se vaya recuperando, los precios volverán a subir, seguro que no a los precios desorbitados de los que veníamos, pero subirán de todas formas.

El dolor hipotecario

Se prepara una matanza de cigarras

Se prepara una matanza de cigarras

¿Pero alguien, oh Cielos, puede explicarnos los motivos de esta extraña y contumaz política del Euro fuerte?

 

Gran Bretaña sin tapujos y Estados Unidos a la chita callando han devaluado sus monedas para hacer más competitivos sus productos en los mercados exteriores. La Unión Europea, en cambio, mantiene el dogma de que es mejor un Euro fuerte, caiga quien caiga, y la esperada y dolorosa devaluación de la moneda común no acaba de producirse, para desesperación de los deudores, públicos y privados.

Lo cierto es que muchos, demasiados, han hecho sus cuentas contando con que acabarían pagando sus préstamos con un dinero que a la postre valdría menos que el que recibieron en préstamo. Lo cierto, para ser sinceros, es que en muchas partes les ha salido bien la jugada, porque los deudores británicos, por ejemplo, han visto que su moneda se ha depreciado un veinticinco o un treinta por ciento en sólo unos cuantos meses.

Pero los que estamos en la zona Euro, resulta que seguimos con la soga al cuello, y países como Grecia (el más visible), o España, se encuentran con que sus deudas no menguan un ápice por el empeño alemán de mantener alta la moneda.

Los alemanes lo tienen claro: viven de las exportaciones y de esa extraña excepción suya consistente en que logran exportar sin que el precio de sus productos les afecte, porque el Made in Germany está por encima del bien y del mal de los vaivenes de precios. ¿Que lo nuestro es caro? Es verdad. Si alguien quiere una mierda, hay por ahí mercancías mucho más baratas, parecen decir al mundo. Y les funciona.

¿Y los demás? Los demás no podemos decir lo mismo, y al tener que competir en precios nos empobrecemos en una espiral bajista de sueldos y beneficios que devora los empleos y la competitividad de nuestras economías.

Los demás vemos como el dolor hipotecario, ese concepto que podría definirse como la parte de nuestra renta que está gastada de antemano en una vivienda que se compró demasiado cara, crece sin cesar, sin que haya ya morfina de subvenciones ni fondos europeos que lo alivien.

Si la devaluación llegase, nos podríamos salvar las ciudadanos, pero quizás no los bancos. Si la devaluación llegase, los estados podrían ayudar a los bancos con el alivio de ver cómo subían los impuestos al aumentar el consumo de la gente. Perderían los que tuviesen dinero ahorrado y ganarían los que tuviesen deudas. Sería un alivio para la mayoría, y un dolor para unos pocos, pero no esperéis tal cosa. No todavía.

 

El dolor es un arma afilada y nos la quieren aplicar antes de ofrecer la salvación. Lo dijo muy bien el otro día la revista alemana Der Spiegel: SE APROXIMA UNA MATANZA DE CIGARRAS.

¿A quién pensáis que se referían?